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viernes, 25 de enero de 2013

El nuevo capítulo es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LOS VIAJES
Los viajes. La necesidad de viajar. Cuanto más lejos mejor. A descubrir nuevos mundos. A encontrarnos con otras culturas. Los viajes. Nuevo fenómeno social. Antes era cosa de ricos. Ahora es cosa de todos. Porque todos somos ricos. O lo parecemos al menos. O lo debemos parecer. Los miembros de la clase media no somos menos que nadie. Los miembros de la clase media imitamos a los ricos. Los miembros de la clase media nos imitamos entre sí. Los miembros de la clase media viajamos mucho.
No me gusta viajar. Lo veo agotador. Cuando tengo vacaciones quiero descansar. También entiendo a quien viaja. Un viaje puede ser excitante. Pero no entiendo que nadie se queje de viajar. Aún me quedan unos días de vacaciones. Al volver me reencontraré con los compañeros de trabajo. Todos intentarán contarme qué lugares han visitado. Todos presumirán de nuevas experiencias. De nuevos descubrimientos. Nadie me hablará del cansancio. Nadie me hablará del overbooking. Nadie me comentará las incomodidades del viaje. Todos estarán satisfechos de sus vacaciones. No puede ser de otro modo.
Los viajes. Hay que marchar cuanto más lejos mejor. A conocer otros continentes. En avión. En barco. La moda de los vuelos baratos. La moda de los cruceros. La moda de los créditos para marchar de vacaciones. Los españoles conocemos Nueva York. Conocemos El Cairo. Conocemos Tokio. No conocemos Cuenca. No conocemos Córdoba. No soy chauvinista. Pero no entiendo viajar para presumir. De visitar Córdoba no se presume. De  visitar Río de Janeiro sí se presume. Sé de lo que hablo. Soy profesor. Quise hacer un viaje de estudios a Portugal. Mis alumnos me quitaron la idea de la cabeza. En Portugal no hay nada que ver. Claro. Sólo hay cosas que ver si se viaja lejos.
Los viajes. Las nuevas mentalidades de la clase media. Las nuevas necesidades de la clase media. Esquiar. Montar a caballo. Ropa de marca. Coches caros. Comida de diseño. Ahora todos somos gourmets. Todos pagamos con gusto por beber vinos caros. A todos nos disgusta un vino corriente. Nos hemos vuelto muy selectos. Ya no somos gente corriente. Somos gente de calidad. La clase media. Sigue abominando de los pijos, pero toda ella es pija ya.
La clase media. Mis amigos jugando al golf. De un tiempo a esta parte. Olvidando sus orígenes. Orígenes obreros. Jugando a sentirse ejecutivos. Claro. Yo juego al golf. Yo tengo clase. Yo tengo categoría. Estatus ficticio. Pero que justifico. Es importante participar de la mentalidad de empresa. Tengo mucha presión en el trabajo. Mi dedicación es máxima. Genero mucho stress. El golf me relaja. No me puedo relajar dando un paseo. Los currantes sintiéndose jefes.
Sé mucho de currantes jugando a ser jefes. Tengo muchos amigos que son ingenieros técnicos. Trabajan a destajo. Cobran una miseria. Pero sus empresas les proporcionan móvil y coche para el ejercicio de su trabajo. Con eso se sienten importantes. Tienen los atributos del poder. Pueden fardar. Pero, ¿de qué? Cobran menos que un peón. Ya. Pero soy el jefe. Tengo la responsabilidad. Tengo subordinados. No tengo un duro. Me tengo que aficionar al golf.
Jugar a ser jefes. La imagen sobredimensionada del ciudadano español. Las bodas. El día en que nos tenemos que sentir príncipes o princesas. Estoy harto de escuchar buenas intenciones de que, cuando me case, mi boda será sencilla. Que no comprometeré a nadie. Luego son todos bodorrios. En los sitios más caros posibles. Generalmente por la Iglesia. Por parte de personas que no la pisaron en años. Pero los españoles quieren presumir de boda. Sentirse importantes. Las bodas por la Iglesia dan lustre y esplendor. La clase media. La triste clase media. Vanidad de vanidades.
Los viajes. El golf. Las bodas. Un largo etcétera. Basta con que todos miremos un poco la frivolidad en la que vivimos. La cantidad de necesidades artificiales que nos hemos ido creando por sentirnos ricos. Necesidades que estarían bien si de verdad tuviéramos dinero. Si tuviéramos la seguridad de tener dinero en el futuro. Pero la clase media nos hemos quedado en el presente. Hemos bajado la guardia por vivir en una plenitud falsa. Hemos identificado nuestros intereses con los de aquellos que sólo tienen interés en nuestro empobrecimiento. Nos hemos confundido de amigos. Eran amigos fascinantes sí. Amigos a los que prestaba imitar. Pero malos amigos. De los que nos teníamos que haber distanciado. De los que nos teníamos que haber diferenciado.
La clase media. Sus nuevas necesidades. Ilusa clase media. Sin haber terminado su ascenso ya está comenzando su descenso. Más dura será la caída. Palabras sabias. Que como todas las palabras sabias no van a ser escuchadas. Rápidamente los españoles pasarán de viajar al extranjero a volver a pasar las vacaciones en el pueblo. Si tienen suerte. Si tienen la suerte de trabajar. Si tienen la suerte de tener un trabajo que aún respete las vacaciones. Antes de que se supriman las vacaciones pagadas. Los españoles. Sentirnos ricos caminando hacia pobres. Sinsentido completo. Sinsentido terrible.
Los españoles. Antes de empobrecernos viajemos por el mundo. Por todo el mundo. Sintámonos reconfortados con la miseria ajena. Sintámonos ricos por última vez. Descubramos lo que nos espera. Descubramos la desigualdad. Descubramos la injusticia. La injusticia que estamos fomentando con nuestra vanidad. Aceptando el overbooking. Aceptando que las compañías aéreas nos tomen el pelo. Mis alumnos soñando con un futuro de viajes. Imaginándose el futuro viajando. Pobres. Mejor se imaginaban un futuro de buenos trabajos. Aunque no viajaran tanto. Vota PP-PSOE.
El vigésimo capítulo es:


El INFRAHOMBRE HISPÁNICO: EL VOTO
El voto. Costó mucho que el pueblo eligiera sus gobiernos. Costó mucho que las élites compartieran el poder político. Tradicional desconfianza hacia los de abajo. Tradicional defensa de sus intereses. Intereses creados. El pueblo no está preparado. Caerá en manos de demagogos. Fin del orden social. El poder en manos del pueblo engendra el caos. No ha sido así. El pueblo también quiere orden. Pero no sólo orden. Orden más justicia. Lo tuvo claro muchos años. Protestó. Se rebeló. La democracia se perfeccionó. La democracia se consolidó. Hoy el pueblo olvida la política. El pueblo olvida sus conquistas. Las masas han dejado de ser masas. También ellas se creen élite. Votan sólo por mantener el orden social. Ya no votan por afán de justicia.
El individualismo ha aterrizado en la sociedad. El individuo goza de su libertad. El individuo olvida la lucha política. Olvida la lucha tradicional. Tiene nuevas causas. El individuo es ecologista. El individuo es pacifista. El individuo lucha contra la discriminación sexual. Grandes causas sin duda. El individuo olvida la lucha política. El individuo deja su destino en manos de la economía. Visión del Estado como un agente económico. Visión del Estado como una empresa. Visión eficiente. Evitar gastos superfluos. Evitar despilfarros en servicios sociales. Pérdida del Estado de bienestar. Degradación de la democracia.
El individuo se ha vuelto conservador. Cree que el nuevo orden económico le hará rico. Cree en una prosperidad sin límites. Parcela la realidad. Ve sólo lo que quiere ver. Escucha sólo lo que quiere oír. Vota en consecuencia. No piensa en las consecuencias. Prefiere creer. La economía solucionará sus problemas. Él será parte del éxito colectivo. Los políticos como gestores de la economía. Los ciudadanos como beneficiarios de un maná sin límites. Bajada de impuestos. El consumo fácil. El crédito fácil. La crisis. La otra cara de la realidad.
Voto conservador. Voto para asegurar mi éxito. Voto individualista, no voto social. Votar a partidos con los que yo no gano nada y otros pierden. España. Veinte años de retrocesos salariales y sociales. Veinte años de pérdidas de derechos. Sucesivas reformas laborales. Siempre a peor. Mercado dual de trabajo. Unos pierden, otros se mantienen. Nadie gana. Extraña sensibilidad. Clase media siempre perdiendo. El ciudadano creyendo ser rico. Hasta que le llega su turno. Hasta que el retroceso social le llega a él. Hasta que el sueño capitalista le engulle.
El ciudadano debiendo ejercer su derecho a voto. De otro modo. Aprendiendo de nuevo a votar. Votando con humanidad. Votando con inteligencia. No pensando sólo en uno mismo. Pensando en leyes justas. Pensando en los más pobres. Pensando en un futuro estado de dependencia. Pensando en una enfermedad. Pensando en el paro. Pensando en el fracaso. Pensando en el lado malo de la realidad. No sólo en el bueno. Pensando que puedo ser una víctima de una sociedad injusta. Pensando que puedo estar indefenso en gobiernos elegidos por mis vecinos. En gobiernos elegidos por la mayoría.  Por una mayoría que son ricos. Por una mayoría que pueden volver a pobres. Por una mayoría que no piensa. Por una mayoría que no controla su voto.
Nada de votos en blanco. Nada de inventos extraños. Votar con conciencia. Votar a quien pueda hacer leyes. Leyes justas. Reprobar a quien haga leyes injustas. Votar a gobiernos que representen al pueblo. Castigar electoralmente a gobiernos que no representen al pueblo. No creen en las palabras de los políticos. Creer en los hechos. Valorar mi nivel de vida. Valorar el nivel de vida de mis vecinos. No creer en la macroeconomía. Ser individuo racional, no individuo irracional. Vivir en la realidad, no vivir en la imaginación.
El voto. Decisión importante. Decisión trascendente. Los votantes eligen a sus gobiernos. Éstos los forman personas. Personas egoístas. Personas que acumulan mucho poder. Personas que se relacionan con otras personas que gobiernan en la sombra porque tienen mucho dinero. Otras personas que tratarán de reforzar su predominio social. Otras personas que tratarán de hacer leyes injustas. Otras personas que tienen mucha influencia en los políticos. El voto. Evitar connivencias. Castigar a los políticos. Hacer que no olviden el origen de su poder. El pueblo dando y retirando poder.
El voto de los españoles. Ejemplo de voto ciego. Ejemplo de voto que refuerza poderes fácticos. Votantes fieles. Los políticos convertidos en una casta. Una casta instalada firmemente en el poder. Una casta que ha olvidado su origen. Una casta que se alía a otra casta. La casta financiera. Una casta que legisla a su conveniencia. Aumento de las desigualdades. Incremento de la riqueza. Para unos pocos. Incremento de la pobreza. Para unos muchos. Fracaso de la democracia. Fracaso de los votantes.
El voto de los españoles. Voto sectario. Un ejemplo a nivel local. En mi lugar de origen. En Mieres. Fue hace unos años. Un candidato a la alcaldía por parte del PSOE. Vamos a llamarlo L. M. Uno de los hombres menos queridos de Mieres. Yo no lo conocía. Lo conocí en los días previos a las votaciones. Mi familia es socialista. Muchos de mis amigos son socialistas. Todos hablaban de él. Todos me hablaban mal de él. No le querían.
Yo no entendía cómo L. M. había sido el elegido por el PSOE. Incomprensible decisión política si el partido socialista quería ganar las elecciones. Se elige como candidato a alguien estimado por el pueblo, no a alguien impopular entre el pueblo. No hay nada que entender. Llega el día de las elecciones. Mieres, ciudad minera, tradición de izquierdas. El PSOE gana las elecciones. L. M es elegido alcalde. Voluntad popular. Patente de corso para los políticos. Autismo político. Triunfo político.
El voto de los españoles. El voto útil. Perniciosa expresión. Dañina para la democracia. Los políticos convertidos en casta. Los políticos acomodados. Los políticos acostumbrados a ser refrendados por el pueblo. El bipartidismo como expresión de la derecha y de la izquierda. Expresiones vacías para votos cautivos. Llega la crisis. No hay respuesta del pueblo. Nuevas votaciones. Respuesta equivocada del pueblo. Se refuerzan los poderes fácticos. Se refuerzan las leyes injustas. Se refuerza la creencia en la bondad de la economía. El español abandonado a su suerte. El español cavando su fosa. La pobreza acechando.
Incremento de la pobreza. Fracaso de la política. Protestas violentas de los mineros. Nuevo nudo gordiano. La pobreza legitima la violencia social. La democracia ilegitima la violencia social. La democracia con violencia es un enigma incomprensible. Es difícil de entender cómo se puede convertir a la democracia en un sistema injusto. Es difícil de entender como la democracia puede engendrar pobreza. Es más difícil de entender en sociedad ricas. Es más difícil de entender en sociedades donde se habían generado clases medias. Los nuevos ricos españoles tienen la culpa. Es difícil no enfadarse con la estupidez hispana.
El voto. La democracia. El retroceso social de España. El retroceso viene de la mano de Europa.  La Europa mítica del bienestar ¿Qué bienestar? El de los europeos o sólo el de algunos europeos. ¿Bienestar por países o por clases sociales? ¿Europa de dos velocidades o Europa de ricos o pobres? Un español de clase media no entra en ninguna de las categorías del bienestar futuro. Los españoles votan a partidos europeístas. Los españoles votan su empobrecimiento. Los españoles no entienden nada. ¿Qué piensan los españoles cuando votan? ¿O cuando no votan? Triunfo de la voluntad popular. Vota PP-PSOE.
El siguiente capítulo es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: EL PEQUEÑO COMERCIO
Mito del emprendedor. Es fácil ser empresario de éxito. Hay que tener la idea correcta y perseverar. Crisis del pequeño comercio. Es difícil ser empresario de éxito. El consumo decae y la competencia es mucha. Prevalece la visión primera. La imaginación es más hermosa que la realidad. Todos van para atrás, menos mi empresa que irá para adelante. La locura es contagiosa. Me identifico con el grande sin serlo. Yo también soy empresario. Yo también seré empresario de éxito. Yo también seré rico.
Visión empresarial contemporánea. Concepción piramidal de la sociedad. Vuelta a conceptualizaciones antiguas. Mentalidad pequeñoburguesa. Miedo al desclasamiento. Miedo a la identificación con el trabajador. Miedo a la proletarización. Pero ahora no por temor a la pobreza. Ahora por la confianza en uno mismo. Ahora por el ansia de ser rico. Ahora por creer en el sueño capitalista. Sueño al alcance de todos. De todos los emprendedores.
Visión empresarial. Visión clasista. El pequeño empresario es clase media emprendedora. Clase media que sueña con ser rica. Está en guerra con el trabajador. Porque sus intereses son opuestos. Cierto hasta cierto punto. No cierto del todo. Es empresario, sí. No es trabajador, sí. Le interesa la contratación barata, si. Le interesan menos impuestos, sí. Pero le interesa que el trabajador gaste: es su cliente. No debe olvidarlo. Debe saber diferenciarse del resto del empresariado. Hay empresas grandes y hay empresas pequeñas. Si quiere beneficios le interesa que los beneficios de las grandes empresas lleguen a los trabajadores. Son sus clientes. Son sus mejores clientes. A veces son sus únicos clientes.
El pequeño empresario necesita ingresos. Necesita de los ingresos del trabajador. Necesita del consumo de éste. Extraña guerra entre socios. Extrañas alianzas con el enemigo. Extrañas traiciones entre la clase media. Por parte y parte. Leyes liberalizadoras. Fuga de clientes hacia las grandes superficies. Precios más baratos. El cliente anda con lo justo. El pequeño comercio no puede competir. Los peces grandes se comen a  los chicos.
El pequeño empresario quiere enriquecerse. El trabajador no quiere empobrecerse. El beneficio del primero está en el sobrante del segundo. Tiene una empresa que debería querer que al cliente le vaya bien. No ocurre así. Son complementarios y, sin embargo, están en guerra. Error mutuo. Todos apoyan al enemigo. Todos apoyan al grande. Éste gana. Baja salarios y cierra la competencia. El trabajador también se cree listo. Echa cuentas falsas. Acude a los supermercados. Busca precios baratos que favorecen al poderoso. Menor competencia mercantil. Perjuicio a largo plazo. Los ricos siempre teniendo la sartén por el mango.
El pequeño empresario olvida que aún no es rico. Olvida que él se identifica con el rico, pero que el rico no se identifica con él. Liberalización del comercio. Las grandes superficies ganan. Los chinos ganan. Autoexplotación para competir. Voto conservador. Confianza en que las leyes contra los trabajadores me favorezcan. Leyes a favor de la empresa. Si. A favor de la gran empresa. Siempre es bueno saber en qué lugar de la sociedad se está. Siempre es bueno no votar por razones jerárquicas. Quiero ser más que el trabajador. Lo consigo. Cierro el negocio. Todos al paro. Voy a compartir su pobreza.
Mundo de locos. Todos soñando con ser ricos. Todos seremos emprendedores. Todos seremos empresarios. Nadie será trabajador. Lógica pura. ¿Para qué defender derechos laborales si voy a ser rico? ¿Y si me fracasa la empresa? No pienso en ello. Nadie piensa en ello. Nadie piensa en el valor de un buen trabajo. Es una alternativa indeseada. Propia de mediocres. No me satisface. Yo pienso en grande. No pienso en leyes justas. No pienso en beneficios seguros. Prefiero leyes injustas. Prefiero soñar en grandes beneficios. No quiero límites. Echo el cierre. Paso a ser explotado.
He montado una empresa. Quiero hacerme rico. Propósito loable. Nada que criticar. Pero con inteligencia. Si el cliente tiene dinero, haré dinero. Si no lo tiene me mataré a trabajar para sobrevivir. No hay que pensar con el culo. No hay que pensar en modo jerárquico. Yo tengo que ser el jefe. Los trabajadores deben vivir peor que yo. Por ley. Apoyo políticas agresivas contra los trabajadores. Voto a quienes las promueven. Envidio su bienestar. Aunque me beneficie de él. Aunque me gasten en mi comercio. Aunque yo pueda volver a ser uno de ellos en el futuro. Nivelación hacia abajo. La clase media pierde.
Desprecio al currante. No tiene espíritu de empresa. No tiene iniciativa. No genera riqueza como yo. Sólo sabe reclamar y plantear problemas. Sólo quiere ventajas a mi costa. Los sindicatos son una mierda. El currante es un parásito. Posiblemente, pero un parásito que consume. Hay otros parásitos más importantes. Un banco es otro parásito. Que drena hacia sí la riqueza. Al que ayuda el Estado. El banco es una empresa que no quiebra. Una empresa que se aprovechan de las quiebras de otras empresas. Pero yo me identifico con el gran empresario. Algún día seré como él.
Falsa percepción de la realidad. Para crecer tengo que competir. Si yo valgo saldré adelante. La competencia es el reino de los fuertes y yo lo soy. Si fracaso lo volveré a intentar. Irracionalidad pura. No hay análisis de la realidad. Creo castillos en el aire. Me convierto en mero aventurero. Fracaso. Me arruino. Despecho hacia el trabajador que vive bien, ¿cómo es posible? Si él no ha luchado tanto como yo. No me merezco mi mala suerte. El mundo es injusto. La sociedad es injusta. No puedo hacerme rico. Pues que el trabajador pierda también.
Sueños desaforados. Quiero hacerme rico. Quiero la pobreza del trabajador. No sé lo que quiero. Monto un negocio y quiero que esté lleno de clientes. De clientes empobrecidos. Algo falla. Un rico nunca irá a un hotel de tres estrellas. Irá alguien de la clase media. Apoyo la destrucción de ésta. Ésta me rehúye. Fuga de clientes hacia las grandes superficies. Liberalización del comercio. Aplauso del cliente. Ahora es éste el traidor. Traición por traición. Traición igualmente.
Mentalidad de pequeño empresario. Mentalidad pequeñita. Nada nuevo bajo el sol. Clase media insolidaria. Siempre cree ganar cuando pierde. Juega a ser rica. Juega a pasarse de lista. Otro ejemplo. Invierte en la bolsa. Crisis de Bankia. Ruina de los pequeños accionistas. No aprende. Sigue en guerra consigo misma. El trabajador ama las grandes superficies. El pequeño empresario se identifica con el grande. Los de arriba aplauden. Pueden hacer las leyes a su gusto. A gusto de todos. Subida del IVA. No afecta a los productos de lujo. Vota PP-PSOE.
Un nuevo capítulo es el siguiente:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LA PRECARIEDAD LABORAL
Tuve un padre. Ya murió. Era buena persona. Como casi todas. Era un buen trabajador. Trabajó más de treinta años en la misma oficina. Se desvivía por ella. Se jubiló. Recibió un homenaje de sus jefes. Fidelidad absoluta a la empresa. Reciprocidad de trato. Modelo japonés. Estaba bien pagado. Estaba bien tratado.
Tuve un padre. Se responsabilizaba del trabajo. No hacía falta mandarle horas extras. No todos los españoles somos unos pícaros. Algunos sí, la mayoría no. Los trabajadores tienen valores. Son personas. Tienen alma. Pueden hacer de la empresa algo suyo. Pueden querer al trabajo. Éste puede aportar dignidad. Mi padre trabajó en una notaría. Mi padre estaba orgulloso de haber trabajado en una notaría. Y no era notario.
Mi padre ya murió. Llegaron nuevos tiempos. Llegaron nuevos conceptos. Llegó la flexibilidad laboral. Llegó la productividad. Mi padre no hubiera recibido un homenaje. Mi padre hubiera sido despedido. Como tantos. Los jóvenes arrinconan a los viejos. Es ley de vida. Hay valores nuevos. Competitividad. Sagrada palabra. No respeta la edad. No respeta la fidelidad. Convierte al trabajador en un objeto. Convierte a la persona en inservible.
Nuevos tiempos. Nuevos trabajos. Trabajos precarios. Trabajos sin dignidad. Jefes indignos. Promesas incumplidas. Rebajas de sueldo. Zancadillas al compañero. Juego sucio. Mezquindad. Competitividad en estado puro. Juego de supervivencia entre trabajadores. El paro acecha. Las leyes desprotegen.
Mi padre. El pasado. Un modelo de persona desaparecido. Un modelo de persona incomprensible en la actualidad. Ya nadie se realiza a través del trabajo. Fin de los buenos trabajos. Fin de los trabajadores contentos. Fin de la dignidad profesional. Algún día el trabajador reconocerá su caída. Perderá la esperanza. Dejará de creer en sí mismo. Sabrá que nada le salva. Que ser mejor que el compañero no aporta seguridad. Que nada evita el despido. Que el trabajo envilece. Algún día faltará la motivación. Y volverá la picaresca.
Volverá la picaresca. Y volverán los desprecios. Volverán las humillaciones. El jefe haciendo reproches. El trabajador inerme. No le queda autoestima. Les gustaría hacer las cosas bien. Pero no le preocupa. No se aprecia su trabajo. Y el jefe no puede estar en todas partes. Sabrá engañarle. Sabrá disimular. Es cuestión de experiencia. Las trampas se aprenden. El trabajo bien hecho debe ser bien pagado.
La picaresca. Tendencia natural del trabajador al placer. Tendencia del trabajador a evitar el trabajo. Tendencia humana. Otra tendencia humana. Tendencia natural del jefe a la codicia. A la explotación del trabajador. Necesidad de equilibrio entre dos tendencias destructivas. Trabajadores divididos. Ruptura del equilibrio. Ganan los jefes.
El jefe haciendo reproches. Con razón y sin razón. El trabajador degradado. Dependiendo de otro ser humano. Arbitrario como somos todos. El trabajador sin atreverse a abrir la boca. El jefe crecido. Es muy placentero sentir el miedo ajeno. Sentir una atención excesiva sobre mí. Sentir mi influencia sobre los demás. Es muy goloso el poder. Los políticos lo saben. Los empresarios lo sabían. Se les pusieron límites: se crearon derechos laborales y sociales. Ahora estos límites desaparecen. Vuelve la impunidad. Volverá un nuevo feudalismo. Derecho de pernada. Mi secretaria está muy buena. Le haré bromas obscenas. Tendrá que soportarme. Para qué gastar en putas si ya tengo subordinadas. Vuelve la Lewinsky a gran escala. Strauss-Kahn y Berlusconi marcan el camino.
Precariedad laboral. El español engañado. Cree en sí mismo. Cree que su explotación será un estado pasajero. El éxito cuesta. Hay que recorrer un largo camino hasta llegar a él. Hay que demostrar que se vale. Precariedad. Camino hacia atrás, no hacia adelante. Esclavitud moderna. No hay libertad sin autonomía económica. Principio sencillo que se olvida. Libertad teórica, esclavitud real. No hay elección. No hay buenos trabajos. O trabajas o al paro. Ninguna de las elecciones es afortunada. No hay libertad.
Precariedad. El caso español. Un país que creció con un modelo de bajos salarios tiene que bajar salarios para salir de la crisis. Ésta se soluciona degradando aún más las condiciones de trabajo. Claro. Los españoles vivimos en el pasado por encima de nuestras posibilidades. Claro. Todo mentiras. España va bien. España no va tan bien. Los de abajo siempre pierden. Prioridad política: lucha contra la inflación. Los de abajo siempre pierden. Los políticos luchando contra el paro a costa de los trabajadores. Hay que degradar al trabajador para que le contrate el empresario. Sociedad de las estadísticas. Lucha contra el paro, no por el empleo.
Precariedad laboral. Empiezan las apreturas. Los españoles viviendo al límite. No teniendo para imprevistos. No teniendo ni para cambiar las ruedas del coche. Asumiendo riesgos. Los políticos lanzando mensajes optimistas. Viviendo al margen de la sociedad. Como la parte de la sociedad aún sin precarizar. A la que también le llegará su turno. La crisis continúa. La crisis va para largo. La precariedad va para largo. Para mucho más largo. Vota PP-PSOE.

sábado, 19 de enero de 2013

El decimoséptimo capítulo es el siguiente:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LAS PENSIONES
Los viejos. Fueron de pobres a ricos. Ahora sus descendientes van a ir de ricos a pobres.  Con sus padres pasivos. El ser humano no sabe ser bueno. Vive a corto plazo. No piensa a largo plazo. Es capaz de aportar mucho amor, pero sobre todo amor a sí mismo. Yo he luchado por un mundo mejor. Vivo bien. Ya he cumplido.
Protesté en su momento, ahora estoy del lado del orden. Estoy del lado de las instituciones. Las refuerzo con mi voto. Que no me toquen el estatus. Está todo bien. Los jóvenes se quejan de vicio. Si a sus años yo hubiera tenido todo lo que ellos tienen. Están refalfiados. Tienen de todo. Se les consiente todo. Nunca se ha vivido mejor.
Me he vuelto mezquino. Como el resto de la sociedad. Los españoles de un tiempo a esta parte somos felices. No tenemos expectativas de nada, sólo de conservar lo propio mientras vemos caer a nuestros semejantes. Vivimos en un sálvese quien pueda, sin amigos ni piedad. Individualismo atroz. Ceguera inhumana. Ni la familia se salva. Los padres son ciegos ante el futuro de sus hijos. Salvemos la pensión. Que no me toquen un euro. Aunque mis hijos no cobren. Aunque mis hijos no trabajen.
En el pasado se han ganado la pensión. En el presente se ganan el desprecio social. No me toquen la pensión. Que se jodan los demás. Los trabajadores, que trabajen. Mis derechos ya no son sus derechos. Que no protesten. Que peligra mi bienestar. Viva el orden de los viejos. Los pensionistas como grupo de presión. Son muchos y sí votan. Estuvieron muchos años sin hacerlo. Conocieron la dictadura. Que sufran otros.
Comprensión de los políticos por los problemas de los pensionistas. Crisis del Estado del bienestar. Las pensiones no se tocan. Que los pensionistas no se fíen. No son ricos. Se recortará y recortará a los demás, pero algún día les tocará a ellos. Le tocará a su pensión. Cuando ya no haya otra cosa de qué echar mano para contentar a los poderosos. Los políticos ganando tiempo. Esperando a que los pensionistas se mueran. Esperando que el gasto de las pensiones se solucione de forma natural. Esperando que los últimos derechos adquiridos desaparezcan por extinción natural. Como los dinosaurios.
Mientras viva ayudaré a mis hijos. ¡Qué bonito ayudarles! Prestarles para la compra de su piso. Mantenerles en mi casa. Soy tan buen padre. Soy tan buena madre. Tengo corazón. Me quiero a mí mismo. Voto a favor del orden establecido. No me planteo alternativas políticas. ¿No sería mejor que esta ayuda no fuera necesaria? ¿No sería mejor que mis hijos se valieran por sí mismos?
Mientras viva ayudaré. Pero moriré. ¿Y después? No pienso en ello. No pienso en mis hijos. No pienso en mis nietos. No pienso en que va a ser de ellos. Voto a gobiernos que los perjudican. Me justifico a mí mismo. Los jóvenes saldrán adelante. Nunca ninguna época fue para atrás. Siempre se va a mejor.
Los pensionistas. Antiguos luchadores por la libertad. Antiguos luchadores por la democracia. Vivieron tiempos muy duros. Lucharon por cambiar la sociedad. Hoy viejos conformistas. Esclavos del sistema. Esclavos del orden capitalistas. Algunos resisten. Resiste su conciencia. Los yayoflautas son viejos dignos. Vivieron con dignidad y morirán con dignidad. Adaptándose a los tiempos. Adaptándose a la nueva explotación. Luchando contra ella. No presumiendo de un pasado luchador. Siguiendo en la lucha de ricos y pobres. Sabiendo que no son ricos. Sabiendo que sus hijos serán pobres.
Fin del Estado del bienestar. Los pensionistas contribuyeron a crearlo. Los pensionistas contribuyendo a destruirlo. Época de aceleración de la historia. Lo que rápidamente se crea, rápidamente se destruye. Nuestros viejos vivieron el paso de la pobreza a la riqueza. Nuestros jóvenes vivirán el paso de la riqueza a la pobreza. Con el consentimiento de sus padres. Qué más da que sea un consentimiento tácito. Que más da que no sea su intención hacer daño a su familia. El resultado es el mismo. El daño es el mismo.
Presumí de hijos. Presumo de nietos. Presumo de estatus alcanzado. Protegí a mis hijos. Sobreprotejo a mis nietos. Que no se enteren de la vida real. Que crean en un mundo de sueños. Les otorgo sus deseos. Les dejo consumir. Les atonto. Les privo de su dignidad presente. Les privo de su dignidad futura. Que no protesten. Yo vivo bien.
Faltaba aún tanto por hacer. Faltaban tantos derechos por conseguir. Soy viejo. Conocí lo que era vivir explotado por otros. Conocí la injusticia. Dejo que mis descendientes piensen que ellos serán jefes. No les enseño. Vivo en el pasado. Dejo que cambien las leyes. Volverán los abusos. A mí ya no me afectarán. Gano tiempo. Quiero a mis hijos. Quiero a mi pensión. Voto en consecuencia.
Jóvenes atontados. Viejos insensibles. Los cambios no ocurren porque sí. Las revoluciones trajeron cambios a mejor. La pasividad social trae cambios a peor. Unos no votan. Otros votan sin corazón. Los pensionistas votan sin pensar en el futuro. Ellos no lo vivirán. Sus descendientes sí. Son sus hijos. Son sus nietos. Les falta experiencia. Nadie les enseña a defenderse. Aprenderán el lado malo de la vida. A un coste muy alto. Algunos ya lo están aprendiendo. El resto aún no sufre. Piden más dinero a sus abuelos. Éstos se lo dan. Algún día no estarán. Vota PP-PSOE.
Un nuevo capítulo es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LOS MINEROS
He nacido en una cuenca minera asturiana. Conozco perfectamente los puntos buenos y malos de la lucha minera. Ahora los mineros han vuelto a movilizarse. Es una época de grandes retrocesos sociales. Los mineros pelean por sus privilegios. Los demás no pelean por sus derechos. Admiro a los mineros. Quien algo quiere, algo le cuesta.
Soy de Mieres. Lugar de tradición minera. Conozco las ventajas alcanzadas por los mineros en el pasado. Conozco las prejubilaciones. Conozco las becas mineras. Conozco los chanchullos de los sindicatos en las cuencas mineras asturianas. Yo he tenido que emigrar de ellas. Para mí no había enchufe. Yo estaba fuera del reparto del dinero. Yo no tenía amigos en el sindicato.
Trabajo en Villablino. Cuenca minera leonesa. Vitorino Alonso. El nuevo padrino. El nuevo capo de los capos. Don Vito para los de Villablino. La mafia empresarial controla la fuerza de trabajo minera. Los mineros al servicio del empresario. Persiguiendo a los verdes. Defendiendo las minas a cielo abierto. Fin de la lucha de clases. Corporativismo franquista. Los obreros y el empresario remando juntos. Intereses entremezclados. El empresario gana, los obreros trabajan. La naturaleza pierde.
La mina. Los mineros. La epopeya obrera. La letra pequeña es diferente. No comulgo con muchas de las reivindicaciones mineras. Tengo rencor hacia mi lugar de origen. Yo tuve que emigrar mientras otros se forraban. He conocido a personajes indeseables que medraban a costa de ideales de izquierda. Pienso que los mineros se han dejado comprar con las prejubilaciones. Y así podría seguir párrafos y párrafos criticando a los mineros y sus sindicatos. Pero da lo mismo. Mi lucha no es contra los mineros.
Hay otra lucha. Destrucción del Estado del bienestar. La economía mandando sobre la política. La pobreza convertida de nuevo en necesidad social. Resignación de la población. Nadie protesta. Nadie defiende sus derechos. Todos asienten. Individualismo suicida. Todos al matadero sin oposición. Imágenes de judíos entrando en una cámara de gas. Los nuevos españoles aceptando su destino infame.
Valores mineros. Solidaridad. Los mineros están unidos. Ellos no son individualistas. Pueden defenderse. Fin del pensamiento único neoliberal. La población también debe beneficiarse de la tarta económica. La población también puede organizarse para exigir este reparto. La población también puede poner un freno al egoísmo de los poderosos. Aunque sea con otro egoísmo. Un egoísmo proletario. Un egoísmo popular. Un egoísmo sectorial. Otro egoísmo al fin y al cabo. Pero los mineros son mis vecinos. Los banqueros no. Un hijo mío puede ser que sea minero. Un hijo mío no es nada probable que sea banquero.
Los mineros como símbolo de la lucha obrera. Los mineros aburguesados de nuevo convertidos en símbolo de la revolución. Los mineros recuperando la simpatía social por la insensibilidad de los políticos. Unos políticos convertidos en diosecillos. Recreándose con la ansiedad ciudadana cuando tienen que anunciar recortes. Semanas de anuncios previos. Les gusta dilatar las medidas. Se sienten importantes. Son inmorales. Son odiados. El poder por el poder.
Medidas de ajustes inclementes con las clases medias y bajas. Políticos acostumbrados a que no haya oposición. Y con razón, la población no se atreve. El ser hispánico es inseguro. El ser hispánico es cobarde. Las clases medias se sentían importantes. Se sentían superiores. Ahora, ya no lo son. Ahora descienden al hoyo social. La población tiene miedo. Admira a quien no lo tiene. Admira a los mineros. Son su esperanza de reversibilidad social.
Los mineros marcando el camino a seguir. Camino que no se va a seguir. Espejismo minero. Cambio de mentalidades por venir. Aún desconfío del vecino. Aún no me identifico con él. Es mi competidor. Nadie se atreve a ir a la huelga. Pierdo mi empleo. Empleo precario. Nuevo deterioro legal. Empleo más precario. Nuevos aprendizajes de lucha. A vencer el miedo. A confiar en el prójimo. A reprobar al esquirol. La seguridad laboral no vendrá si no la peleo. He perdido mucho terreno. Aún puedo perder más. Aún no estoy convencido. Aún no me creo que yo esté llamado a luchar. Los mineros luchan por lo suyo, no por lo tuyo. Te marcan un camino, la responsabilidad es tuya.
La lucha social es difícil. Es mucho más difícil que creer en uno mismo. Hay que vencer los recelos hacia el prójimo. Hay que vencer los recelos hacia los mineros. Yo nací en una cuenca minera, vivo en otra, conozco el percal. Conozco las injusticias obreras. Conozco el lado malo del romanticismo proletario. Pero sé también que quien manda, manda. Y hoy día los poderosos ya mandan demasiado. Intenta frenar ese poder. Es un poder destructivo. Usa el poder del pueblo. Es democracia. Se puede protestar. Si no lo haces, vota. Los partidos políticos te están esperando. Vota PP-PSOE.
El decimoquinto capítulo es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: EL MIEDO A LA CRISIS
Políticas de miedo. Recurso recurrente de los poderosos. Hay que unir a la población frente a las amenazas exteriores. En el pasado era la guerra. En los años ochenta fue el SIDA. Ahora es la economía quien amenaza al pueblo español. Los especuladores nos acechan. Nadie sabe quienes son. Nadie nos lo explica. Pero saldremos de la crisis todos unidos. Eso sí, más pobres.
Peligro de estirar la cuerda demasiado. Mientras la clase media sueña con ser rica está tranquila. Es civilizada. Odia la violencia. Cuando el pánico a ser pobre llegue a la clase media, ¡cuidado! Su pacifismo es pura apariencia. Sólo durará mientras crea que el orden la favorezca. Y cada vez cree menos en el sistema. No está acostumbrada a protestar pero la rabia estallará. Cuando por fin descubra la estafa social. Cuando por fin su vanidad no oculte el engaño. Y en democracia no es tan fácil la represión. Los políticos juegan con las ilusiones de muchas personas. Los políticos juegan con fuego. Aunque tardarán en quemarse. Hoy por hoy, la gente es boba.
Los políticos aún pueden dormir tranquilos. ¿Cuánto tiempo? No sé, un año, dos tres, cuatro, a saber. Todo tarda, pero todo llega. La explosión social llegará. Como llegó la crisis tras años de especulación. Todo el mundo sabía que el crecimiento anterior era insostenible. Todo el mundo confiaba en que la burbuja inmobiliaria no estallaría. Pero estalló. Y también estallará el descontento social. Es cuestión de tiempo.
La gente tardará en reaccionar. Mientras identifique la salida de la crisis con la futura prosperidad personal se mantendrá tranquila. Mientras impere el miedo a la crisis y crea en soluciones mágicas se mantendrá tranquila. El ser hispánico es muy tonto. Es ingenuo hasta decir basta. Pero espabilará. Y el miedo a la crisis dejará de funcionar. Porque aprenderá que es un engaño. Que la crisis beneficia a algunos. Que la salida de la crisis ya no le beneficiará a él.
El miedo a la crisis. El miedo a la ruptura del euro. El miedo al apocalipsis financiero. Salida del euro, desastre macroeconómico. La necesidad de un euro fuerte como fundamento del progreso social. Será para otros. A mí el euro me ha traído subidas de precios y bajada del salario. No es mi amigo. No es el amigo de la mayoría de los españoles. No quiero el euro. Pierdo con él. Incluso cuando la economía iba bien. Y no era el único. Ahora pierdo más por salvarlo.
Bombardeo informativo. Los medios oficiales repiten y repiten la misma palabra: crisis, crisis y crisis. El miedo ahoga la racionalidad. El miedo a la crisis no deja al españolito pensar. El ciudadano español acojonado. Pero estamos en la sociedad de la información. Hay otros conductos de comunicación. No todos se pueden censurar. Irá conociendo otras versiones de la realidad. Irá procesando tantas y tantas mentiras oficiales. Irá descubriendo la pobreza. Reflexionará sobre su estado. Y ya no será tan fácil contentarle. Ya no será tan fácil asustarle.
El miedo a la crisis. Los españoles aman a su país. Los españoles entienden la dificultad de la situación económica. Los españoles deben de sacrificarse por el bien de España. Necesidad de tener altura de miras. Necesidad de que los españoles hagan causa común para salir de ella. Valores de grupo. También éstos dejarán de ser creíbles. La crisis no compromete de igual modo a todos. Unos, los más, ven caer su nivel de vida, otros, los menos, evaden capitales. Los primeros volverán a pensar en un ajuste de cuentas. Volverán a hablar de injusticia. No se piden sacrificios sin compensación. No se piden sacrificios sin contrapartida. El odio social renacerá cuando la pobreza se asiente. Y no tardará. Aumentan los parados de larga duración.
El miedo a la crisis. Algún día fallará. Entonces, los poderosos intentarán reforzar el orden porque saben que, con la penuria social, aumentará la delincuencia. Gracias a ésta, les será fácil inventar nuevos miedos que atenacen a la sociedad y así, de paso, usarán la fuerza contra la contestación social. Pero la fuerza tiene un límite en democracia. En ésta es mejor tener a una clase media aletargada que  a una clase baja cabreada. Los ricos habían convertido a los españoles en perfectos peleles. Los van a obligar de nuevo a pensar. Y no pueden destruir a la democracia. Es el valor supremo. Se identifica con el capitalismo. Es un juego peligroso. O destruyen la democracia o destruyen su egoísmo. Tratarán de adulterar la democracia. Ya lo están haciendo. Gobierno del FMI y del BCE. Gobiernos de tecnócratas en Italia y Grecia. Fin de la legitimidad. ¿Inicio del fin de la democracia?
La economía por encima de la política. La economía como único lenguaje social. La política al servicio de la economía. Los políticos convertidos en correa de transmisión de los financieros. Los políticos convertidos en el pararrayos del descontento popular. Los políticos muy bien pagados por ello. Los políticos legitimados por luchar contra la crisis. La gran mentira a punto de estallar. La gente busca otros políticos. La gente no los encuentra. La gente no se fía. Pero volverá la política. Para bien o para mal. Para recuperar derechos o para recuperar demagogias. Pero habrá un cambio. El pueblo también genera su propio miedo. El miedo a las masas. Pobres élites. Ya no les valdrán sus trucos. Vota PP-PSOE.
El capítulo decimocuarto es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LA VIVIENDA
Los españoles soñando a ser ricos sin dinero. Un rico tiene vivienda propia. Un español no podía dejar de tenerla. Aunque fuera cara. Aunque no pudiera pagarla. Para eso estaba el banco. Te daba el dinero. Te quitaba independencia. Todos los españoles cogidos por los huevos. Ya nadie defiende sus derechos. Todos debemos gratitud a la banca. Los banqueros son tan buenos. Son tan generosos. Sin ellos no podríamos presumir de casa.
Deuda impagable. Trabajo precario. Fin de la libertad. La hipoteca esclaviza al español. Ha perdido su voz. No puede protestar. Tiene que llegar a fin de mes. Se ha vuelto un pelele. Se indigna, pero en silencio. Teme por su casa. Él es propietario. Está en el lado bueno de la sociedad, el que debe mantener el orden establecido. Vida de esclavo con mentalidad conservadora.
Si las cuentas no salen, no hay problema. Los padres avalan. La vorágine hipotecaria ha inundado el país. La fuerza de trabajo al servicio de los bancos. Estrategia perfecta de los millonarios. Alienación de la clase media. Ya nadie se refiere a los bancos como rapaces o usureros. Sin ellos, no tendríamos sueños. Bendigamos el capitalismo. Bendigamos la banca. Tenemos casa. Triunfa el capitalismo popular. El Dioni ha dejado de ser el héroe del pueblo.
Como los bancos son fundamentales, el Estado debe salvarlos. Si las personas se arruinan y el consumo cae en picado no es lo mismo. Los problemas de los ciudadanos no son fundamentales. Aunque afecten igualmente a la economía. Los ciudadanos lo entienden, primero hay que refinanciar la hipoteca. Salvar los bancos es lo importante.
Reducción al absurdo. Ayudar al rico para mantener al pobre. Si el ciudadano no tiene dinero para mantener su hipoteca y es desahuciado da lo mismo. Para él no hay ayudas directas. Que se busque la vida. La sociedad sólo debe ayudar a quienes se arriesgan. A quien crea riqueza. Aunque sólo sea beneficiosa para él. Los demás a esperar por las migajas. El sistema está montado así. Y todos los ciudadanos contentos, los bancos son su esperanza.
Dependencia de los bancos. Ellos imponen las normas sociales. Ellos imponen las leyes a tomar durante la crisis. Pero nadie tiene miedo. La clase media espera mantener su nivel de gasto. Curiosa contradicción. Otra de las muchas que hay en esta sociedad. La panacea del crédito. Los bancos salvarán el consumo. Pero primero retraerán sus beneficios. No son instituciones de la caridad. El beneficio manda. Y la gente aprenderá que es mejor depender de un trabajo, y que éste esté bien pagado, que de la buena o mala disposición ajena. Sobre todo cuando ésta depende de un banquero en época de crisis. Nunca es bueno depender de nadie. Ni de los bancos siquiera.
Crisis. Edad de oro de los banqueros. No gano tanto pero preparo el terreno para el futuro. Echo cuentas. Transferencia de rentas del trabajo hacia rentas del capital. Cuando vuelva la prosperidad aún seré más rico. Me encanta esta sociedad. Algunos protestan. Son los menos. Clase media acomplejada. Clase media hipotecada.
La hipoteca. ¡Qué bonito invento! El más eficaz para la integración social. El banquero como el amigo principal del pueblo. Todos dependiendo de mí y yo en lo más alto. Prestando dinero. Haciendo de judío pero sin rechazo social. La casa de tus sueños al alcance de todos los bolsillos. Los banqueros haciendo feliz a la gente. El mundo al revés. Ya no se presta por necesidad. Se presta por estatus. La posición social dependiendo del banco. El banco en el eje de todas las esperanzas. ¡Salvad al banco! Él salvará a la sociedad. La clase media necesita de hipoteca. Sus miembros necesitan enseñar su casa a sus amigos.
El banco te permite presumir de vivienda. Aunque no comas. Aunque no llegues a fin de mes. Aunque tengas que pedir prestado a tu familia. Aunque rompas las huelgas por pagar el piso. Aunque tu vida se reduzca a pagar la letra. De nuevo los pobres vergonzantes. Pero con casa. Con una buena casa. Menos los desahuciados, claro. El banco no puede ayudar a todo el mundo.
La burbuja inmobiliaria. Invento del PP. Chollo del PSOE. Ganancias fáciles. Peligro a la vista. Mérito de los políticos. Irresponsabilidad de los políticos. Nadie avisó al ciudadano. No interesaba. Hasta que llegó la crisis. Millones de personas arruinadas. Millones de parados. Nueva irresponsabilidad de los políticos. Ahora sí dan la cara. Pero con los débiles. No con los bancos. Fin de los sueños. Creencia en ellos. Hay que salvar a los bancos Vota PP-PSOE.

lunes, 14 de enero de 2013

Un nuevo capítulo es el siguiente:

EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LOS HEROICOS DE LA IZQUIERDA
Aún existen seres que piden una imposición más justa. Pocos pero existen. A ellos quiero dedicar este capítulo. A los que no se han creído que todos seremos ricos. A los que prefieren evitar que seamos pobres. A los que aún creen que no es un robo intentar repartir la riqueza. A los pocos lúcidos de esta mísera sociedad. A los que su vanidad no les ciega el intelecto.
En mi día a día repito mucho una frase. Yo hago las huelgas aunque las haga yo solo. Sé que es una frase estúpida. Una huelga sólo es eficaz, y no siempre, si tiene un seguimiento mayoritario. Pero sé que es necesario rearmar moralmente a esta sociedad obtusa. Pocos comparten mi pensamiento. Más bien, al contrario. Para la mayoría soy gilipollas. Y la mayoría de las personas que conozco son de izquierdas.
Extraña sociedad ésta en la que vivo. Discurso de pobres si las cosas no van bien. Pensamiento de ricos en el fondo. Pijos de izquierda con su móvil de última generación, su ropa de marca y su presumir de viajes. Lo público como recurso de última instancia. Soy de izquierdas, pero llevo mis hijos a un colegio concertado. Hay que seguir adelante pese a ellos. Pero hacen daño, mucho daño.
Contradicciones sociales. Es tan bonito soñar con ser rico sin dejar de sentirme del pueblo. ¡Qué corazón tengo! Con lo que valgo no me siento más que los demás. Hasta doy lecciones morales y largo contra la derecha. Esos no son demócratas, yo sí lo soy. Ésos aún creen en jerarquías sociales, yo tengo más sensibilidad social.
Soy de izquierdas. Hablo mucho, demasiado. Muchas bravatas. Me comprometo poco o nada. Las huelgas, ¿para qué? Hay que hacerla indefinida, claro, pero no me muevo. Le reprocho a los sindicatos que no la convoquen. Con los mineros sí la convocan. No veo la contradicción. No va conmigo. Que luchen por mis derechos otros. Como si yo fuera tonto para perder dinero. Estoy con el pueblo, pero no soy tan tonto como el pueblo. Me indigno y es suficiente. Me quejo por Internet anónimamente. Es gratis y no me señala. Eso sí, soy tolerante, abierto y defiendo la libertad. Nada de prejuicios religiosos. Ésto es progresismo.
Soy de izquierdas, porque ahora los de izquierdas somos los buenos. Queremos el mismo éxito en la vida que los de derechas, pero con valores superiores. Nada de elitismos, tenemos asumido un espíritu democrático. Mucho colegueo. Mucho buen rollo. Nada de prejuicios sexistas. Nada de prejuicios racistas. Todos iguales, pero yo por encima. Afecto calidad y juego al golf. Quiero calidad. Presumo de haber ido a Arzak. Pienso como un rico. Soy de izquierdas, pero primero mi éxito, luego los problemas colectivos.
Conozco varios cachorros socialistas. Sé su forma de pensar. Tengo un amigo de izquierdas, llamémosle P. Yo soy funcionario. Está a favor de que me despidan porque con sus impuestos no tiene porque soportar tanto aprovechado. Yo he estudiado: yo no tengo mérito. Él hace dinero: él sí tiene mérito. Él trabaja en una multinacional. Ahora su empresa se va a deslocalizar. Que disfrute de las bondades de la empresa privada. Que disfrute del capitalismo. A ver si con un poco de suerte trasladan su empresa a la Cochinchina. A lo mejor mi amigo P. entonces se humaniza. A lo mejor ni eso. Habla tan bien cuando me discursea. Se siente tan superior. Verdad capitalista. Verdad superior. Verdad irrefutable. Verdades.
Mi amigo es hijo de obrero. Le emociona la lucha contra la dictadura de sus ancestros socialistas. Esta lucha le ha permitido jugar a nuevo rico. Adscripciones de izquierdas con anhelo de ganancias de derechas. Los de izquierdas también queremos ser jefes. Discurso de la voluntad. Admiración por el hombre hecho a sí mismo. Me he esforzado. Me lo merezco. Porque yo lo valgo. Es tan fácil justificarse a sí mismo. Es tan difícil ponerse límites a la ambición. Es tan difícil tener conciencia social. No son tiempos para ésta.
¡Qué panorama con los seres de la izquierda actual! Defender derechos con el freno de mano echado. Calculando lo que gano y lo que pierdo a cada paso. Viendo hasta dónde llega mi compromiso. Si me afecta directamente y pierdo lo que tengo sí me comprometo. De otro modo, suelto un discurso y miro a otro lado. Gran pensamiento de izquierdas: movilizarse por intereses egoístas y no por motivos solidarios. Espíritu sindical, reflejo del individualismo de izquierdas. ¡Qué grandes diferencias con la derecha!
Con esta izquierda, la derecha está muy cómoda. Una izquierda que es derecha, lógico que la derecha sea ultraconservadora. Keynes se ha transformado en un comunista. Un liberal hecho comunista por el triunfo del neoliberalismo. Hasta los de izquierda son neoliberales. Utilizando a Keynes para justificar la socialización de las pérdidas de los bancos. Sin condiciones. Intervención del Estado para salvar los beneficios de los banqueros. Ruina del Estado para salvar las fortunas de los más ricos. Neoliberalismo keynesianizado. Pese a ello Keynes es el nuevo Lenin. Es un hereje económico. Sus ideas representan una amenaza social. Una amenaza a la sociedad neoliberal.
Es difícil escapar a esta marea de pensamiento único. Tengo amigos que piensan como yo. Hacen las huelgas. Intentan comprometerse. No son comunistas. También creen en la democracia. No son tan ejemplares como el resto de la izquierda. No creen en valores superiores. Sólo quieren vivir bien. Son también egoístas pero saben que necesitan de los demás. Son pocos. Somos ridículos. Tenemos miedo, pero no por la crisis económica, sino por la pérdida de derechos.
Intentaremos resistir. Como el irreductible pueblo galo. En este envite no nos va la vida, pero sí el bienestar. Necesitamos de los demás. Que se vayan sumando. Que se olviden del cainismo de la clase media. Algún día volverán. Seguro. Pero no sé si antes de que todos lleguemos a pobres. Y entonces será peor. O revolución o fascismo. Mierda de la izquierda actual.
Sueño de ricos de las izquierdas. Pérdida inevitable de derechos. Hay culpables: los partidos de izquierda clamando contra el miedo a la derecha. Después gobiernan: ningún espíritu de izquierda. Se otorgan privilegios propios. Legitiman a la derecha. Ésta retira derechos. Se repite el proceso. ¿En quién confías? Vota PP-PSOE.

sábado, 12 de enero de 2013

El duodécimo capítulo es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: EL EMPLEO.
Primero, años setenta, pleno empleo y de calidad. Después, años ochenta, aceptación del paro. Invención de la tasa de paro natural, tranquilizante social. Más adelante, años noventa, precarización de los nuevos empleos pero respeto por los derechos laborales adquiridos. Ahora, entrados en el nuevo milenio, ni eso. Paro con empleo precario más destrucción del buen empleo. Todo ello con aprobación popular.  Tras las sucesivas reformas laborales ganan las votaciones siempre los mismos. Viva la democracia hispánica.
Lucha contra el paro. Bandera de todos los partidos en el gobierno. Treinta años de lucha contra el paro. Cada vez más parados y peores empleos. Gran éxito. Excelencias de las políticas liberales. La fuerza del trabajo al servicio de la economía y no al servicio de las personas. La economía al servicio de los poderosos y no de la sociedad. Pero somos españoles, no protestamos. Todos contentos, aunque somos currantes ahora, en el futuro seremos ricos. Por eso consumimos cuando podemos. Listeza ibérica. Vamos hacia atrás y creemos ir hacia adelante.
Lucha contra el paro. Mágica expresión. Término absoluto. Los pobres también trabajaron toda la vida en el pasado y no salieron de pobres. No es lo mismo una chabola que un palacio. No es lo mismo un mal empleo que un buen empleo. La lucha contra el paro no entiende de matices. Un parado menos es un éxito estadístico, pero posiblemente no sea un éxito para la persona. Sólo una necesidad para no mendigar.
Todos necesitamos trabajar. En una sociedad monetaria quien no cobra no puede subsistir. Bien, es cierto que hay que luchar contra el paro. Obvio. Pero es muy triste trabajar y vivir mal, con lo mínimo. Es más triste si la sociedad genera mucha riqueza. Vamos a ello. Nos estamos latinoamericanizando. Muy rápido además. Se acabaron las clases medias. Argentina vuelve en Europa.
Quien trabaja vive mal. Quien no trabaja vive peor. Es un modelo de sociedad que no me convence. La solución a la crisis pasa por destruir los buenos empleos. Extraña solución. Se destruye el consumo aparejado. Esto no es un problema económico, no hay que rescatar a los ciudadanos, a los bancos sí: Bankia sí es un problema económico. Nueva economía democrática: los intereses de los ricos por encima de los intereses ciudadanos.
El paro convertido en algo natural. Tasa de paro natural. La propia expresión suena aberrante. Pero se acepta. La aceptan las clases medias. Sus miembros están más entretenidos despellejándose mutuamente. No protegen sus intereses. No protegen el derecho al trabajo. A un trabajo digno. Los de arriba cada vez más contentos. Sus intereses sí se protegen. ¿Qué intereses? Ni se conocen. Bankia de nuevo a la palestra. Opacidad informativa. Mucha información, pero ninguna útil. Ciudadano desinformado. Ciudadano acrítico. Ciudadano parado.
El paro. Plaga moderna y mal hispánico. Insensibilidad de quien vive bien hacia quien vive mal. El paro como anticipo de la pobreza generalizada en la nueva España democrática y europea. El paro como prólogo de la miseria venidera. El paro aún no entrevisto en toda su trágica dimensión. El ciudadano español aún optimista sobre su futuro. Normal. Sólo se despierta la sensibilidad humana cuando la pobreza es extrema. No debería hacer falta llegar a ello. Nuestros padres vivían bien y trabajaban bien, los hijos queremos vivir bien y trabajar bien. No parece tan difícil. Pero somos españoles. No sabemos defender las conquistas sociales. Vivimos en un espejismo. Despertaremos en una pesadilla.
Lucha contra el paro. Destrucción progresiva de las clases medias. Unos no trabajan, otros trabajan en malas condiciones. La gente acude a votar. Piensa que el problema es ajeno. Sus males son pasajeros. Somos todos tan capaces. Cuando trabaje progresaré. Demostraré lo que valgo. Soy el mejor. Las decepciones no me arredran. Entretanto necesito gobiernos que me den la oportunidad. En fin, los políticos están muy cómodos: no tienen que apretar a los de arriba y los de abajo se conforman. La lucha contra el paro continúa. Vota PP-PSOE.

miércoles, 9 de enero de 2013

El siguiente capítulo es:

EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: ESPERANZA AGUIRRE
Política de éxito. La nueva Thatcher española. Populismo de derechas muy eficaz. Reflejo de la nueva mentalidad. Capitalismo popular. Ella liderará a la población hacia el éxito. Ella eliminará a los golfos y parásitos sociales. Ella es un carácter enérgico. Nunca un español se seguirá aprovechando de otro español. El Estado en sus justos términos. Sirviendo al rico, como siempre ha hecho. No es justo que nadie más se aproveche del Estado que los que siempre lo han hecho. Liberalizaciones a destajo. El ciudadano identificado con su líder. El líder destruyendo el Estado del bienestar. 
Esperanza Aguirre arrasando en Madrid. Gobiernos de mayorías absolutas legislando contra el interés de la población. Esperanza Aguirre como quintaesencia de la política. Los políticos no son tontos. Están acostumbrados a jugar con fuego. Están acostumbrados a alimentar las bajas pasiones ciudadanas. Están acostumbrados al maquiavelismo del poder. Guerra a los liberados sindicales. Aplauso popular. Guerra a los nacionalismos periféricos. Aplauso popular. Esperanza Aguirre es lista. Ridícula sí, pero lista. Ande yo caliente, ríase la gente.
Esperanza Aguirre destruyendo el discurso social. Alimentando la desconfianza entre los ciudadanos. Mis vecinos son unos pícaros. Necesito un poder fuerte que los controle. Necesito votar a ese poder. Esperanza Aguirre alimentando nuevos valores morales que sustituyan a los sociales. Vuelta a la religión. La religión capitalista. Como si el capitalismo no tuviera otra moral que la del dinero. No importa. Se le da una más presentable. En España es fácil. Está la moral católica. Siempre al servicio del poder. Ahora al servicio del poder capitalista. La Iglesia de nuevo al servicio de los poderosos. En España los tiempos han cambiado, pero las instituciones permanecen. La Iglesia siempre renace. El ser hispánico necesita estar oprimido. El ser hispánico vota su propia opresión. Esperanza Aguirre es su esperanza.
Soy Esperanza Aguirre. Soy política pura. Tengo las claves para ganar elecciones. Discurso ultraliberal. Discurso nacionalista. Discurso católico. Muchas contradicciones juntas. No importa. La globalización económica es opuesta al nacionalismo. No importa. La moral católica condena la usura y el beneficio inmoderado. No importa. Yo le prometo ser rico, ser un buen español y ser una buena persona a la vez. ¿Qué más quiere? Fomento su egoísmo, refuerzo su identidad y le lavo la conciencia de una sola tacada. ¿Cómo no me van a votar? Las contradicciones no importan. El ser humano es muy flexible si no recibe críticas. Yo lo sé. Lo sé manipular. Le halago. Me vota. Es normal.
Mi política se cobra víctimas, ¿qué importa de nuevo? Hay menos servicios públicos. Hay menos médicos y profesores a cargo del Estado. Alguien tiene que perder. Las mayorías lo entienden y me siguen. A algunos no les gusta. Tengo algo de oposición. Es inevitable en democracia. Es un incordio que llevo bien. La gente cree en mí. Sabe que  garantizo el éxito si me dan tiempo. Conmigo la economía crecerá y pagarán menos impuestos. Todos podrán llevar sus hijos a colegios privados, todos podrán tener su seguro médico privado, todos podrán tener su propio plan de pensiones. Conmigo todos ganarán. El mundo de Yupi. La vanidad reforzada. En un país pobre y de pobres, todos piensan como ricos. Yo lo sé. Y me aprovecho.
Soy Esperanza Aguirre. He encontrado la fórmula del éxito. Tengo la gente detrás. Convierto en antisociales las protestas. Divido a la sociedad en buenos y malos. Los buenos quieren ser ricos, los malos quieren ser parásitos. Los buenos contribuyen a la sociedad, los malos se aprovechan de ella. Huelga del metro de Madrid. Los trabajadores son malos ciudadanos. No dejan a los madrileños ir a trabajar. Entiendo la indignación de los madrileños. Me hago cargo. ¿Qué puedo hacer yo? Era necesario rebajarles el sueldo. No entiendo porque me piden estos huelguistas que no lo haga. Que vuelvan al trabajo. Que no perjudiquen a mis votantes. Yo me preocupo por Madrid. Yo me preocupo por los madrileños. No me gustan los malos madrileños.
Los trabajadores del metro. Protestar. Los profesores. Protestar. Con lo bien que viven. ¡Qué egoísmo! Hay tanta gente que lo pasa mal. Se olvidan de que estamos en crisis. Se olvidan de que todos tenemos que contribuir a salir de ella. Es cierto que unos más que otros. Yo no tengo la culpa de pertenecer a una familia de pasta que a veces me pide favores. Los valores familiares son tan hermosos. Están tan avalados por la Iglesia. Yo soy tan creyente. Yo no voy a dejar tirados a mis seres queridos. Yo enchufo a mis familiares, pienso en mi familia. Los trabajadores que piensen en los madrileños, no en sus familias. Mi discurso tiene contradicciones, es lógico que mi vida tenga también algunas. No importa, los madrileños me adoran. Soy su esperanza.
Los madrileños son como mis hijos. Seguiré velando por ellos. Seguiré liberalizando. Seguiré reduciendo el Estado. Los madrileños se quedarán sin garantías sociales. Los madrileños se quedarán sin garantías laborales. Los madrileños se empobrecerán. Es tan fácil vender que hay que pagar menos impuestos. Es tan fácil trasladar este mantra a una sociedad ignorante. Es tan fácil favorecer a mi clase social. Los ricos tenemos aversión a los impuestos. No les vemos utilidad. Yo me pago mis servicios, el que no tenga dinero que se joda, que no me lo robe a mí. He trasladado este pensamiento a la clase media. Ésta no puede pagar su bienestar pero no importa. Se siente rica. Es clase media. No da más de sí. Me vota. Me cree aunque la engañe. Vota Esperanza. Vota PP- PSOE.

lunes, 7 de enero de 2013

El capítulo décimo es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LA MATERNIDAD
Crecí con un espíritu femenino inteligente. Pero, ¡oh, pecado!, pensé que iba a ser para siempre. Tenía fe en las mujeres. Pensé que por fin se habían liberado. Pero aquellas eran mujeres de clase media que venían de pobres. Las actuales son mujeres de clase media que juegan a ser ricas. Ya no luchan por sus derechos. El ser madre oculta sus miserias personales sin bajarlas de estatus. El retroceso de las mentalidades. El feminismo no iba a ser diferente. La sociedad camina para atrás. Las mujeres caminan para atrás.
Hubo un tiempo en que las mujeres aspiraban a ser independientes. Hubo un tiempo en que las mujeres se querían a sí mismas. O lo parecía al menos. Ahora ese tiempo se ha acabado. La maternidad se ha vuelto a poner de moda. ¡Qué ilusión tener hijos! El reloj biológico acecha. Este orgánico reloj es tan recurrente como amenaza para el equilibrio mental de las mujeres actuales como la prima de riesgo para la buena salud de la economía hispana. Mira que si se me pasa el tiempo de parir y no puedo ser madre, ¡qué desgraciadita seré! ¡No me realizaré!
Ser madre. Fracaso personal presentido ocultado con nuevas y tradicionales realizaciones. Ser madre como forma de ocultar una realidad: la incapacidad de asegurarme un bienestar por mis propios medios. Pero las mujeres no somos inferiores a los hombres. No admito el fracaso. No me lo merezco. La sociedad debe reconocer mi sacrificio. Pienso en ella antes que en mí. Renuncio a mis sueños. Soy una buena chica.
El país os necesita, chicas. El país necesita de nuevas generaciones de trabajadores. Tenéis que tener altura de miras y saber devolver a la sociedad lo mucho que ella hace por las mujeres. Las mujeres están agradecidas. Ya somos europeas, hemos dejado atrás la sumisión franquista. La democracia nos ha devuelto nuestra libertad. Ya nos privamos nosotros de ella. Pero voluntariamente, por supuesto.
Las madres españolas. Ya no nos obligan a ser sumisas. Ya la sociedad no nos reserva el papel de madre. No hay problema, nos lo reservamos nosotras solas. Para qué reclamar una realización a través del trabajo. Para qué reclamar una realización a través de una independencia económica. Debemos tener hijos para asegurar la prosperidad patria. Las españolas, como los españoles, saben tener fe. Dios proveerá. Si no es con ellas, será con sus hijos. Mis hijos son tan guapos. Seguro que ellos tendrán éxito. Seguro que ellos no sufren mi misma frustración. ¡Qué orgullosa estaré de ellos!
Que hermoso ser madre. No aseguro mi futuro, pero qué placer poder jugar con el futuro ajeno. ¡Qué ejercicio de responsabilidad! Que hermoso parir futuros pobres. Al menos si son niñas y están buenas, se ganarán la vida como prostitutas. Los grandes adelantos de las mujeres españolas se verán en un futuro próximo. Y las madres estarán orgullosas de sus hijas putas. De clase media y consumistas, por supuesto.
Ser madre. Conservar conquistas previas, ¿para qué? Mejor salvar mi autoestima. Reconocer mi fracaso, ¡jamás! Las reivindicaciones feministas están anticuadas. La mujer hispánica, como el hombre hispánico, es individualista. Vive en la sociedad perfecta. Vive en Europa. Esto no es el mundo musulmán. Está todo conseguido en materia social. Lo que quieras conseguir en la vida lo alcanzarás. Y si no, puedes ser madre. Es tan fácil.
Feminismo. Sueño inalcanzable. Moral conservadora que renace. Todas madres. Las pocas mujeres listas marginadas. Están pasadas de moda. Lo moderno vuelve a ser parir y hablar de los hijos. ¡Qué progreso! El sexo vuelve a ser ilícito. ¡Qué escándalo! Yo soy madre y no una furcia. Vamos en el buen camino. Los gobiernos autonómicos retiran las ayudas a las mujeres maltratadas. Normal. Son libres. El mundo es suyo. Que tengan más hijos. Vota PP-PSOE.

domingo, 6 de enero de 2013

El capítulo noveno es el siguiente:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: EUROPA
Los españoles creen en Europa. Más les valdría creer en Dios. Éste es más transparente y tradicional. Es la misma fe y es fe religiosa. Europa es fe económica. El Plan Marshall no llegó y a Europa los españoles llegamos tarde. Aún soñamos con una Europa que ya no existe.
El mito de Europa. El mito del zar para los pobres campesinos rusos. El padrecito euro. El extinto bienestar que un día fue posible. Fue real que no hubiera sociedades de ricos y pobres. Ya no es real. Aún mantenemos la fe. Los españoles somos perseverantes. Siempre hemos sido un pueblo muy devoto. Que más nos da un Dios católico que alemán.
La Europa del norte y la Europa del sur. Alemania admirada. El milagro alemán nos oculta miserias teutonas anteriores. Hasta nos parecen guapas las alemanas. No tenemos ojos. Pensemos en su jefa. Hermosa. Ni para sexo vale la raza superior. Comentario sexista. Comentario indignado. Tampoco yo soy guapo.
Admiración ibérica por los alemanes. Lógico. Somos un pueblo inferior. Nos lo creemos todo. ¡Somos tan fáciles de contentar! En plena crisis somos el único pueblo cuya fe en Europa se mantiene incólume. Aún necesitamos más palos. Europa nos lo solucionará todo, menos nuestra vida y nuestro bienestar. Sin duda para el ser hispánico la ilusión es más placentera que la realidad. El Quijote es un producto hispánico, un producto de acomplejados, un producto de infelices.
Europa, para qué discutirla. Una idea, si es perfecta, hay que aceptarla en bloque. Se vive más feliz. El español es feliz: en Europa es imposible la pobreza. He oído tantas veces esta frase que me hace gracia. Somos el primer mundo. Los pobres son del tercero. Allí si que son desgraciados. Y es verdad, pero las desgracias nunca vienen solas.
Europa nos salva de la crisis, y, ¿antes de la crisis? El euro. El crédito. Muy bien. Los españoles tuvimos consumo a cambio de derechos. Engaño mayúsculo. Todos ricos. En bonanza económica, bajada de salarios. Bien. Qué inteligentes. Sólo los albañiles ganaron. Ahora también pierden. Mejor salvar el banco que salvar tu  trabajo. Ayudas a Bankia. Los españoles queremos que fluya el crédito. Deseamos un euro fuerte. Aunque nos empobrezcamos.
Desde arriba, los que siempre ganan se ríen de los de abajo. Y apelan al patriotismo. Una Europa fuerte necesita de una España unida. No importa que nuestra soberanía se la haya quedado Europa. La economía manda.
El mito de Europa. Una Europa democrática. Una Europa donde todos sus ciudadanos están representados. Una Europa a la cabeza del desarrollo de las libertades y los derechos mundiales. Una Europa cívica donde la protesta no ha lugar. Una Europa ejemplar. Por fin en Europa asistimos al final de la lucha de clases. Los españoles nos lo hemos creído. El sueño europeo nos ha invadido.
El mito de Europa. Una Europa democrática. Celebremos los gobiernos elegidos por los ciudadanos, que las decisiones ya las tomarán otros. El coraje de los políticos se queda en el nos mayestático. Con la ayuda europea los españoles saldremos de la crisis. Algunos sí, seguro. Nunca han entrado en ella. Ellos sí entienden a Europa. Una Europa de los capitales.
El mito de Europa. Europa versus Estados Unidos. En Europa se reparte la riqueza. En Estados Unidos hay grandes desigualdades. Cuentos. Un día fue verdad. Sueño americano, pesadilla europea. Bendito modelo desaparecido. La vanidad actual lo permite. Nos labraremos nuestro propio destino. Por supuesto, a peor. Llegaremos a pobres. Seguro. Ya estamos en el buen camino.
El modelo europeo. Modelo de clases medias. Tonterías pasajeras. Siempre ha habido ricos y pobres. Es ya la hora de acabar con anomalías históricas: la industria del lujo vuelve a crecer. Europa reniega de las últimas décadas. Ha vuelto a la verdadera senda. La desigualdad es una necesidad en las sociedades humanas. Todos los europeos no lo saben. Los que mandan sí. Y los españoles saben asumir los mandatos. Son los tontos que votaron a favor de la Constitución Europea. Los franceses no son tan tontos. Los holandeses tampoco.
La Comisión Europea. ¡Qué gran invento! Los gurús del destino de Europa. Con sensibilidad de políticos modernos. Sensibilidad invertida. Alabar bajar salarios. Seamos competitivos. Los ricos más ricos, los pobres más pobres. Fin de las clases medias. Europa nos hará prósperos. Los españoles volveremos a pobres. ¡Viva la Comisión!
Bien por Europa. Los poderosos hacen bien. Si yo fuera uno haría lo mismo. No tienen culpa. Son otros tontos los que lo permiten, los tontos que votan. ¡Viva la democracia! Necesita de votantes más listos. Falla cuando no es posible el voto inteligente. Los españoles aprueban por mayoría el referéndum sobre la Constitución Europea. Masoquismo puro. Gran ejercicio democrático de mis compatriotas: o aprobación o indiferencia.
La idea de Europa como reflejo de nuestra política. La clase media elige a mediocres y los mediocres que les eligen quieren que sean genios. Y, sin serlo, han sabido crear con Europa una feria de vanidades que diluye la responsabilidad. Políticos que son polvo, mas polvo humano. Son personas y las personas son egoístas. Siempre son las mismas. Siempre el mismo egoísmo. Es la inteligencia de los votantes. ¡Vivan los controles democráticos! No falla el sistema. Fallan las personas. Pero no las elegidas, sino las que eligen. Viva Karamanlis-Papandreu. España no es diferente. Vota PP-PSOE.
El octavo capítulo es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LA EDUCACIÓN
Se dice que el ser humano es egoísta. Y es verdad. Una verdad indudable que pocos se atreverían a poner en duda, aunque pocos la reconocerían en sí mismos. Pero el egoísmo y la estupidez casan mal. Y el ser español es un egoísta muy triste, un egoísta patético.
Voy a hablar de educación, soy eso que se llama educador, pero lo siento, tengo que crear mierda. La crisis me lo pide. Mi estado de ánimo me lo pide. Vivo en la sociedad de la envidia. La educación no es ajena. Mi escritura tiene que estar a su altura. Pongamos el caso de una compañera mía de trabajo, de otra educadora, a la que llamaremos E., por la letra inicial de su nombre.
E., cuyo trabajo es el de profesora de un instituto público, anda muy preocupada, terriblemente preocupada. ¿Por los efectos de la crisis en su vida? ¿Por la anterior y más que posible futura bajada de su sueldo? ¿Por qué pueda acabar despedida si cambia la legislación sobre los funcionarios? No, eso son bagatelas para E. Su vanidad le impide ver el bosque.
E. anda preocupada por la reducción horaria que ha conseguido una compañera suya, que es su jefa para más inri. Por culpa de esta tramposa ella tiene que trabajar más horas. Esta injusticia la tiene a mal traer. Es su particular obsesión. No hay día que no exprese su queja a algún compañero. Pero, ¡oh, maravilla!, saca una medida el gobierno que amplia su jornada laboral convirtiendo su malhadado horario temporal de este año en definitivo y en E. no hay lugar a la protesta. Esta medida afecta a todo el mundo y es, por ello, más justa. Ya no se siente de menos. E. no va hacer una huelga por tan poca cosa. Después de todo su dinero es suyo. No vaya a ser que encima se gane la huelga y favorezca a su enemiga.
Sigamos con más ejemplos del profesorado. Se supone que los profesores son inteligentes, se supone sólo. No dejan de ser parte del rebaño y sufren de la misma atrofia mental que el común de los españoles. Este nuevo profesor lo vamos a llamar C., muy amigo mío, asturiano como yo, otro miembro de la enseñanza pública. Otro educador.
C. ha asumido como propios los prejuicios contra los funcionarios, pese a ser uno de ellos. Postura inteligente donde las haya, hacer de caja de resonancia de tu propia desgracia. Según C., el problema de España son los funcionarios, que no son productivos. Esta comunión de valores con el resto de la masa hispánica es hermosa, pero suicida. Deja que otros te juzguen y saldrás escaldado, y así le ha pasado a C., que recientemente ha visto como su gobierno, el de la ejemplar comunidad madrileña, la misma de Bankia, ha decidido bajarle fuertemente el sueldo, sin tener en cuenta el fuerte compromiso de C. con la verdad. Él denunciaba a sus compañeros pícaros, pero él no era como ellos. La sociedad, por desgracia para C., no entiende de matices. C. ha potenciado una sospecha y paga por ello.
El caso de C. me recuerda cuando los judíos ricos financiaron las campañas electorales de Hitler. El ser humano tiene una fuerte tendencia a su autoinmolación. Pronto los ricos españoles también financiarán un partido de ultraderecha. Financiarán la llegada de locos al poder. Con lo fácil que es repartir. En fin, los ricos  no son más listos que C., sólo que toda sociedad es jerárquica, y algunos tienen que estar en lo más alto. Y, como el resto no sólo son tontos, sino también débiles, no es fácil bajarles del pedestal.
Volviendo a C. últimamente ha cambiado, cuando su sueldo ha empezado a caer en picado. Ahora hasta asiste a protestas y se indigna. No entiende que se le confunda con los malos funcionarios. ¡Él es diferente! ¡Él no estafa a la sociedad! La única verdad es que él está pagando su debilidad. La única verdad es que él también será pobre. Es cuestión de tiempo.
C. está ahora asustado pero, pese a los palos recibidos, la mayoría de sus compañeros profesores aún no protestan: su vanidad se lo impide. Vanidad, vanidad, vanidad, el gran mal social. Todos nos creímos lo suficientemente listos para ser ricos. Y nadie pensó en su contrario. En asegurar no ser pobres. Los profesores son como los demás pero con un agravante. Que explico. He dicho antes que los profesores son igual de memos que el resto de la sociedad, pero quizá lo sean un poco más porque, encima, se creen listos porque tienen estudios. Se sienten irremplazables. Sienten que no hay nadie que pueda ocupar su puesto. Ingenuos. Hoy día vivimos en una sociedad muy cualificada. Hoy día tiene estudios hasta el mendigo de la esquina.
Los profesores son vanidosos. El ser hispánico es vanidoso. La vanidad es el pecado mortal de nuestra sociedad, aquel que más limita la inteligencia. Todo español se siente predestinado al éxito. El fracaso no existe. Soy profesor. Sigamos analizando la educación. Analicemos la parte más importante de la familia educativa. Pasemos a hablar de los alumnos.
Me río cuando medios conservadores acusan a la juventud de ser antisistema. Teorías de la conspiración vanas. Nunca en la historia española ha habido una juventud más conformista. Es una juventud buena que, de momento, a causa de su temprana edad, sus miembros aún no son tan tristes como sus profesores. Pero llevan camino de superarlos. Si no cambian, que no cambiaran. Poca esperanza hay de lo contrario.
Una juventud muy competitiva. Terrible palabra. La más odiosa del léxico. Aún son buenos, creen en sí mismos, creen en el mérito individual, creen en sus futuras hazañas, creen que se comerán el mundo, creen en la armonía social capitalista. Creen en el sistema. Yo soy educador. Yo los engaño. Soy parte del sistema. Trabajad y estudiad. La recompensa llegará.
Pobres niños pijos, los jóvenes están condenados a ser malos. Serán trepadores o desgraciados. Más bien lo segundo. Su imaginación les pone en un sitio, la vida les pondrá en otro muy diferente. Hay un mundo dentro de la escuela, hay otro mundo fuera de ella. Hay un mundo de valores, hay otro mundo de realidades.
Son jóvenes, son sanos. Serán viejos, no serán tan sanos. La edad no pasará en balde. Nuestros virtuosos jóvenes se volverán mezquinos. Se perjudicarán a sí mismos. Es el destino de la sociedad hispánica. Cultiva un individualismo que acaba hundiendo a sus miembros en la miseria. Y los jóvenes son los peores. Creen en el éxito. Están predestinados al fracaso.
Pensemos en C., una alumna modélica. Un encanto de persona. Una niña adorable. No mataría una mosca. Incapaz de pensar mal. Ella saca muy buenas notas. He puesto un examen muy fácil en su curso. Todos sus compañeros han sacado muy buenas notas. C. ha cogido una llorera. Ella ya no destaca. Esta niña está enferma. Y una persona enferma no es buena para la sociedad. Pero la sociedad está enferma. Esta niña no desentona. Yo apruebo su actitud. Es mi labor como educador.
Dejemos a los alumnos. Pensemos en otro pilar educativo: los padres. Les hacen los deberes a sus hijos. Normal. Sus hijos quieren jugar y son vagos. Aún son humanos. Sus padres no. Si suspenden sus vástagos, hay culpables. Por supuesto los profesores. No han sabido motivarlos. Sus hijos tienen que ser los mejores. Sin disgustarlos, por supuesto.
Cultura del esfuerzo sin esfuerzo. Sólo resultados. Disfunción entre teoría y realidad. Hay que exigir a los hijos de los demás, hay que disculpar al propio. Mi hijo no va a ser menos, pero aún es un niño. Superdotado, por supuesto. Hay que darle tiempo hasta que consiga resultados. Presión de los padres. Presión social. Dobles raseros. Mejor un rasero más humano. Mejor los padres se preocupaban de un futuro de clase media para sus hijos. Con estudios o sin ellos. Con resultados o sin ellos. Con derechos. Vota PP-PSOE.