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lunes, 14 de enero de 2013

Un nuevo capítulo es el siguiente:

EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LOS HEROICOS DE LA IZQUIERDA
Aún existen seres que piden una imposición más justa. Pocos pero existen. A ellos quiero dedicar este capítulo. A los que no se han creído que todos seremos ricos. A los que prefieren evitar que seamos pobres. A los que aún creen que no es un robo intentar repartir la riqueza. A los pocos lúcidos de esta mísera sociedad. A los que su vanidad no les ciega el intelecto.
En mi día a día repito mucho una frase. Yo hago las huelgas aunque las haga yo solo. Sé que es una frase estúpida. Una huelga sólo es eficaz, y no siempre, si tiene un seguimiento mayoritario. Pero sé que es necesario rearmar moralmente a esta sociedad obtusa. Pocos comparten mi pensamiento. Más bien, al contrario. Para la mayoría soy gilipollas. Y la mayoría de las personas que conozco son de izquierdas.
Extraña sociedad ésta en la que vivo. Discurso de pobres si las cosas no van bien. Pensamiento de ricos en el fondo. Pijos de izquierda con su móvil de última generación, su ropa de marca y su presumir de viajes. Lo público como recurso de última instancia. Soy de izquierdas, pero llevo mis hijos a un colegio concertado. Hay que seguir adelante pese a ellos. Pero hacen daño, mucho daño.
Contradicciones sociales. Es tan bonito soñar con ser rico sin dejar de sentirme del pueblo. ¡Qué corazón tengo! Con lo que valgo no me siento más que los demás. Hasta doy lecciones morales y largo contra la derecha. Esos no son demócratas, yo sí lo soy. Ésos aún creen en jerarquías sociales, yo tengo más sensibilidad social.
Soy de izquierdas. Hablo mucho, demasiado. Muchas bravatas. Me comprometo poco o nada. Las huelgas, ¿para qué? Hay que hacerla indefinida, claro, pero no me muevo. Le reprocho a los sindicatos que no la convoquen. Con los mineros sí la convocan. No veo la contradicción. No va conmigo. Que luchen por mis derechos otros. Como si yo fuera tonto para perder dinero. Estoy con el pueblo, pero no soy tan tonto como el pueblo. Me indigno y es suficiente. Me quejo por Internet anónimamente. Es gratis y no me señala. Eso sí, soy tolerante, abierto y defiendo la libertad. Nada de prejuicios religiosos. Ésto es progresismo.
Soy de izquierdas, porque ahora los de izquierdas somos los buenos. Queremos el mismo éxito en la vida que los de derechas, pero con valores superiores. Nada de elitismos, tenemos asumido un espíritu democrático. Mucho colegueo. Mucho buen rollo. Nada de prejuicios sexistas. Nada de prejuicios racistas. Todos iguales, pero yo por encima. Afecto calidad y juego al golf. Quiero calidad. Presumo de haber ido a Arzak. Pienso como un rico. Soy de izquierdas, pero primero mi éxito, luego los problemas colectivos.
Conozco varios cachorros socialistas. Sé su forma de pensar. Tengo un amigo de izquierdas, llamémosle P. Yo soy funcionario. Está a favor de que me despidan porque con sus impuestos no tiene porque soportar tanto aprovechado. Yo he estudiado: yo no tengo mérito. Él hace dinero: él sí tiene mérito. Él trabaja en una multinacional. Ahora su empresa se va a deslocalizar. Que disfrute de las bondades de la empresa privada. Que disfrute del capitalismo. A ver si con un poco de suerte trasladan su empresa a la Cochinchina. A lo mejor mi amigo P. entonces se humaniza. A lo mejor ni eso. Habla tan bien cuando me discursea. Se siente tan superior. Verdad capitalista. Verdad superior. Verdad irrefutable. Verdades.
Mi amigo es hijo de obrero. Le emociona la lucha contra la dictadura de sus ancestros socialistas. Esta lucha le ha permitido jugar a nuevo rico. Adscripciones de izquierdas con anhelo de ganancias de derechas. Los de izquierdas también queremos ser jefes. Discurso de la voluntad. Admiración por el hombre hecho a sí mismo. Me he esforzado. Me lo merezco. Porque yo lo valgo. Es tan fácil justificarse a sí mismo. Es tan difícil ponerse límites a la ambición. Es tan difícil tener conciencia social. No son tiempos para ésta.
¡Qué panorama con los seres de la izquierda actual! Defender derechos con el freno de mano echado. Calculando lo que gano y lo que pierdo a cada paso. Viendo hasta dónde llega mi compromiso. Si me afecta directamente y pierdo lo que tengo sí me comprometo. De otro modo, suelto un discurso y miro a otro lado. Gran pensamiento de izquierdas: movilizarse por intereses egoístas y no por motivos solidarios. Espíritu sindical, reflejo del individualismo de izquierdas. ¡Qué grandes diferencias con la derecha!
Con esta izquierda, la derecha está muy cómoda. Una izquierda que es derecha, lógico que la derecha sea ultraconservadora. Keynes se ha transformado en un comunista. Un liberal hecho comunista por el triunfo del neoliberalismo. Hasta los de izquierda son neoliberales. Utilizando a Keynes para justificar la socialización de las pérdidas de los bancos. Sin condiciones. Intervención del Estado para salvar los beneficios de los banqueros. Ruina del Estado para salvar las fortunas de los más ricos. Neoliberalismo keynesianizado. Pese a ello Keynes es el nuevo Lenin. Es un hereje económico. Sus ideas representan una amenaza social. Una amenaza a la sociedad neoliberal.
Es difícil escapar a esta marea de pensamiento único. Tengo amigos que piensan como yo. Hacen las huelgas. Intentan comprometerse. No son comunistas. También creen en la democracia. No son tan ejemplares como el resto de la izquierda. No creen en valores superiores. Sólo quieren vivir bien. Son también egoístas pero saben que necesitan de los demás. Son pocos. Somos ridículos. Tenemos miedo, pero no por la crisis económica, sino por la pérdida de derechos.
Intentaremos resistir. Como el irreductible pueblo galo. En este envite no nos va la vida, pero sí el bienestar. Necesitamos de los demás. Que se vayan sumando. Que se olviden del cainismo de la clase media. Algún día volverán. Seguro. Pero no sé si antes de que todos lleguemos a pobres. Y entonces será peor. O revolución o fascismo. Mierda de la izquierda actual.
Sueño de ricos de las izquierdas. Pérdida inevitable de derechos. Hay culpables: los partidos de izquierda clamando contra el miedo a la derecha. Después gobiernan: ningún espíritu de izquierda. Se otorgan privilegios propios. Legitiman a la derecha. Ésta retira derechos. Se repite el proceso. ¿En quién confías? Vota PP-PSOE.

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