EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO:
LOS VIAJES
Los viajes. La necesidad de viajar. Cuanto más lejos mejor. A
descubrir nuevos mundos. A encontrarnos con otras culturas. Los viajes. Nuevo
fenómeno social. Antes era cosa de ricos. Ahora es cosa de todos. Porque todos
somos ricos. O lo parecemos al menos. O lo debemos parecer. Los miembros de la
clase media no somos menos que nadie. Los miembros de la clase media imitamos a
los ricos. Los miembros de la clase media nos imitamos entre sí. Los miembros
de la clase media viajamos mucho.
No me gusta viajar. Lo veo agotador. Cuando tengo vacaciones
quiero descansar. También entiendo a quien viaja. Un viaje puede ser excitante.
Pero no entiendo que nadie se queje de viajar. Aún me quedan unos días de
vacaciones. Al volver me reencontraré con los compañeros de trabajo. Todos
intentarán contarme qué lugares han visitado. Todos presumirán de nuevas
experiencias. De nuevos descubrimientos. Nadie me hablará del cansancio. Nadie
me hablará del overbooking. Nadie me comentará las incomodidades del viaje.
Todos estarán satisfechos de sus vacaciones. No puede ser de otro modo.
Los viajes. Hay que marchar cuanto más lejos mejor. A conocer
otros continentes. En avión. En barco. La moda de los vuelos baratos. La moda
de los cruceros. La moda de los créditos para marchar de vacaciones. Los
españoles conocemos Nueva York. Conocemos El Cairo. Conocemos Tokio. No
conocemos Cuenca. No conocemos Córdoba. No soy chauvinista. Pero no entiendo
viajar para presumir. De visitar Córdoba no se presume. De visitar Río de Janeiro sí se presume. Sé de
lo que hablo. Soy profesor. Quise hacer un viaje de estudios a Portugal. Mis
alumnos me quitaron la idea de la cabeza. En Portugal no hay nada que ver. Claro.
Sólo hay cosas que ver si se viaja lejos.
Los viajes. Las nuevas mentalidades de la clase media. Las nuevas
necesidades de la clase media. Esquiar. Montar a caballo. Ropa de marca. Coches
caros. Comida de diseño. Ahora todos somos gourmets. Todos pagamos con gusto
por beber vinos caros. A todos nos disgusta un vino corriente. Nos hemos vuelto
muy selectos. Ya no somos gente corriente. Somos gente de calidad. La clase
media. Sigue abominando de los pijos, pero toda ella es pija ya.
La clase media. Mis amigos jugando al golf. De un tiempo a esta
parte. Olvidando sus orígenes. Orígenes obreros. Jugando a sentirse ejecutivos.
Claro. Yo juego al golf. Yo tengo clase. Yo tengo categoría. Estatus ficticio.
Pero que justifico. Es importante participar de la mentalidad de empresa. Tengo
mucha presión en el trabajo. Mi dedicación es máxima. Genero mucho stress. El
golf me relaja. No me puedo relajar dando un paseo. Los currantes sintiéndose
jefes.
Sé mucho de currantes jugando a ser jefes. Tengo muchos amigos que
son ingenieros técnicos. Trabajan a destajo. Cobran una miseria. Pero sus
empresas les proporcionan móvil y coche para el ejercicio de su trabajo. Con
eso se sienten importantes. Tienen los atributos del poder. Pueden fardar.
Pero, ¿de qué? Cobran menos que un peón. Ya. Pero soy el jefe. Tengo la
responsabilidad. Tengo subordinados. No tengo un duro. Me tengo que aficionar
al golf.
Jugar a ser jefes. La imagen sobredimensionada del ciudadano
español. Las bodas. El día en que nos tenemos que sentir príncipes o princesas.
Estoy harto de escuchar buenas intenciones de que, cuando me case, mi boda será
sencilla. Que no comprometeré a nadie. Luego son todos bodorrios. En los sitios
más caros posibles. Generalmente por la Iglesia. Por parte de personas que no
la pisaron en años. Pero los españoles quieren presumir de boda. Sentirse
importantes. Las bodas por la Iglesia dan lustre y esplendor. La clase media.
La triste clase media. Vanidad de vanidades.
Los viajes. El golf. Las bodas. Un largo etcétera. Basta con que
todos miremos un poco la frivolidad en la que vivimos. La cantidad de
necesidades artificiales que nos hemos ido creando por sentirnos ricos.
Necesidades que estarían bien si de verdad tuviéramos dinero. Si tuviéramos la
seguridad de tener dinero en el futuro. Pero la clase media nos hemos quedado
en el presente. Hemos bajado la guardia por vivir en una plenitud falsa. Hemos
identificado nuestros intereses con los de aquellos que sólo tienen interés en
nuestro empobrecimiento. Nos hemos confundido de amigos. Eran amigos
fascinantes sí. Amigos a los que prestaba imitar. Pero malos amigos. De los que
nos teníamos que haber distanciado. De los que nos teníamos que haber
diferenciado.
La clase media. Sus nuevas necesidades. Ilusa clase media. Sin
haber terminado su ascenso ya está comenzando su descenso. Más dura será la
caída. Palabras sabias. Que como todas las palabras sabias no van a ser
escuchadas. Rápidamente los españoles pasarán de viajar al extranjero a volver
a pasar las vacaciones en el pueblo. Si tienen suerte. Si tienen la suerte de
trabajar. Si tienen la suerte de tener un trabajo que aún respete las
vacaciones. Antes de que se supriman las vacaciones pagadas. Los españoles.
Sentirnos ricos caminando hacia pobres. Sinsentido completo. Sinsentido
terrible.
Los españoles. Antes de empobrecernos viajemos por el
mundo. Por todo el mundo. Sintámonos reconfortados con la miseria ajena.
Sintámonos ricos por última vez. Descubramos lo que nos espera. Descubramos la
desigualdad. Descubramos la injusticia. La injusticia que estamos fomentando
con nuestra vanidad. Aceptando el overbooking. Aceptando que las compañías
aéreas nos tomen el pelo. Mis alumnos soñando con un futuro de viajes.
Imaginándose el futuro viajando. Pobres. Mejor se imaginaban un futuro de
buenos trabajos. Aunque no viajaran tanto. Vota PP-PSOE.