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viernes, 25 de enero de 2013

El nuevo capítulo es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LOS VIAJES
Los viajes. La necesidad de viajar. Cuanto más lejos mejor. A descubrir nuevos mundos. A encontrarnos con otras culturas. Los viajes. Nuevo fenómeno social. Antes era cosa de ricos. Ahora es cosa de todos. Porque todos somos ricos. O lo parecemos al menos. O lo debemos parecer. Los miembros de la clase media no somos menos que nadie. Los miembros de la clase media imitamos a los ricos. Los miembros de la clase media nos imitamos entre sí. Los miembros de la clase media viajamos mucho.
No me gusta viajar. Lo veo agotador. Cuando tengo vacaciones quiero descansar. También entiendo a quien viaja. Un viaje puede ser excitante. Pero no entiendo que nadie se queje de viajar. Aún me quedan unos días de vacaciones. Al volver me reencontraré con los compañeros de trabajo. Todos intentarán contarme qué lugares han visitado. Todos presumirán de nuevas experiencias. De nuevos descubrimientos. Nadie me hablará del cansancio. Nadie me hablará del overbooking. Nadie me comentará las incomodidades del viaje. Todos estarán satisfechos de sus vacaciones. No puede ser de otro modo.
Los viajes. Hay que marchar cuanto más lejos mejor. A conocer otros continentes. En avión. En barco. La moda de los vuelos baratos. La moda de los cruceros. La moda de los créditos para marchar de vacaciones. Los españoles conocemos Nueva York. Conocemos El Cairo. Conocemos Tokio. No conocemos Cuenca. No conocemos Córdoba. No soy chauvinista. Pero no entiendo viajar para presumir. De visitar Córdoba no se presume. De  visitar Río de Janeiro sí se presume. Sé de lo que hablo. Soy profesor. Quise hacer un viaje de estudios a Portugal. Mis alumnos me quitaron la idea de la cabeza. En Portugal no hay nada que ver. Claro. Sólo hay cosas que ver si se viaja lejos.
Los viajes. Las nuevas mentalidades de la clase media. Las nuevas necesidades de la clase media. Esquiar. Montar a caballo. Ropa de marca. Coches caros. Comida de diseño. Ahora todos somos gourmets. Todos pagamos con gusto por beber vinos caros. A todos nos disgusta un vino corriente. Nos hemos vuelto muy selectos. Ya no somos gente corriente. Somos gente de calidad. La clase media. Sigue abominando de los pijos, pero toda ella es pija ya.
La clase media. Mis amigos jugando al golf. De un tiempo a esta parte. Olvidando sus orígenes. Orígenes obreros. Jugando a sentirse ejecutivos. Claro. Yo juego al golf. Yo tengo clase. Yo tengo categoría. Estatus ficticio. Pero que justifico. Es importante participar de la mentalidad de empresa. Tengo mucha presión en el trabajo. Mi dedicación es máxima. Genero mucho stress. El golf me relaja. No me puedo relajar dando un paseo. Los currantes sintiéndose jefes.
Sé mucho de currantes jugando a ser jefes. Tengo muchos amigos que son ingenieros técnicos. Trabajan a destajo. Cobran una miseria. Pero sus empresas les proporcionan móvil y coche para el ejercicio de su trabajo. Con eso se sienten importantes. Tienen los atributos del poder. Pueden fardar. Pero, ¿de qué? Cobran menos que un peón. Ya. Pero soy el jefe. Tengo la responsabilidad. Tengo subordinados. No tengo un duro. Me tengo que aficionar al golf.
Jugar a ser jefes. La imagen sobredimensionada del ciudadano español. Las bodas. El día en que nos tenemos que sentir príncipes o princesas. Estoy harto de escuchar buenas intenciones de que, cuando me case, mi boda será sencilla. Que no comprometeré a nadie. Luego son todos bodorrios. En los sitios más caros posibles. Generalmente por la Iglesia. Por parte de personas que no la pisaron en años. Pero los españoles quieren presumir de boda. Sentirse importantes. Las bodas por la Iglesia dan lustre y esplendor. La clase media. La triste clase media. Vanidad de vanidades.
Los viajes. El golf. Las bodas. Un largo etcétera. Basta con que todos miremos un poco la frivolidad en la que vivimos. La cantidad de necesidades artificiales que nos hemos ido creando por sentirnos ricos. Necesidades que estarían bien si de verdad tuviéramos dinero. Si tuviéramos la seguridad de tener dinero en el futuro. Pero la clase media nos hemos quedado en el presente. Hemos bajado la guardia por vivir en una plenitud falsa. Hemos identificado nuestros intereses con los de aquellos que sólo tienen interés en nuestro empobrecimiento. Nos hemos confundido de amigos. Eran amigos fascinantes sí. Amigos a los que prestaba imitar. Pero malos amigos. De los que nos teníamos que haber distanciado. De los que nos teníamos que haber diferenciado.
La clase media. Sus nuevas necesidades. Ilusa clase media. Sin haber terminado su ascenso ya está comenzando su descenso. Más dura será la caída. Palabras sabias. Que como todas las palabras sabias no van a ser escuchadas. Rápidamente los españoles pasarán de viajar al extranjero a volver a pasar las vacaciones en el pueblo. Si tienen suerte. Si tienen la suerte de trabajar. Si tienen la suerte de tener un trabajo que aún respete las vacaciones. Antes de que se supriman las vacaciones pagadas. Los españoles. Sentirnos ricos caminando hacia pobres. Sinsentido completo. Sinsentido terrible.
Los españoles. Antes de empobrecernos viajemos por el mundo. Por todo el mundo. Sintámonos reconfortados con la miseria ajena. Sintámonos ricos por última vez. Descubramos lo que nos espera. Descubramos la desigualdad. Descubramos la injusticia. La injusticia que estamos fomentando con nuestra vanidad. Aceptando el overbooking. Aceptando que las compañías aéreas nos tomen el pelo. Mis alumnos soñando con un futuro de viajes. Imaginándose el futuro viajando. Pobres. Mejor se imaginaban un futuro de buenos trabajos. Aunque no viajaran tanto. Vota PP-PSOE.
El vigésimo capítulo es:


El INFRAHOMBRE HISPÁNICO: EL VOTO
El voto. Costó mucho que el pueblo eligiera sus gobiernos. Costó mucho que las élites compartieran el poder político. Tradicional desconfianza hacia los de abajo. Tradicional defensa de sus intereses. Intereses creados. El pueblo no está preparado. Caerá en manos de demagogos. Fin del orden social. El poder en manos del pueblo engendra el caos. No ha sido así. El pueblo también quiere orden. Pero no sólo orden. Orden más justicia. Lo tuvo claro muchos años. Protestó. Se rebeló. La democracia se perfeccionó. La democracia se consolidó. Hoy el pueblo olvida la política. El pueblo olvida sus conquistas. Las masas han dejado de ser masas. También ellas se creen élite. Votan sólo por mantener el orden social. Ya no votan por afán de justicia.
El individualismo ha aterrizado en la sociedad. El individuo goza de su libertad. El individuo olvida la lucha política. Olvida la lucha tradicional. Tiene nuevas causas. El individuo es ecologista. El individuo es pacifista. El individuo lucha contra la discriminación sexual. Grandes causas sin duda. El individuo olvida la lucha política. El individuo deja su destino en manos de la economía. Visión del Estado como un agente económico. Visión del Estado como una empresa. Visión eficiente. Evitar gastos superfluos. Evitar despilfarros en servicios sociales. Pérdida del Estado de bienestar. Degradación de la democracia.
El individuo se ha vuelto conservador. Cree que el nuevo orden económico le hará rico. Cree en una prosperidad sin límites. Parcela la realidad. Ve sólo lo que quiere ver. Escucha sólo lo que quiere oír. Vota en consecuencia. No piensa en las consecuencias. Prefiere creer. La economía solucionará sus problemas. Él será parte del éxito colectivo. Los políticos como gestores de la economía. Los ciudadanos como beneficiarios de un maná sin límites. Bajada de impuestos. El consumo fácil. El crédito fácil. La crisis. La otra cara de la realidad.
Voto conservador. Voto para asegurar mi éxito. Voto individualista, no voto social. Votar a partidos con los que yo no gano nada y otros pierden. España. Veinte años de retrocesos salariales y sociales. Veinte años de pérdidas de derechos. Sucesivas reformas laborales. Siempre a peor. Mercado dual de trabajo. Unos pierden, otros se mantienen. Nadie gana. Extraña sensibilidad. Clase media siempre perdiendo. El ciudadano creyendo ser rico. Hasta que le llega su turno. Hasta que el retroceso social le llega a él. Hasta que el sueño capitalista le engulle.
El ciudadano debiendo ejercer su derecho a voto. De otro modo. Aprendiendo de nuevo a votar. Votando con humanidad. Votando con inteligencia. No pensando sólo en uno mismo. Pensando en leyes justas. Pensando en los más pobres. Pensando en un futuro estado de dependencia. Pensando en una enfermedad. Pensando en el paro. Pensando en el fracaso. Pensando en el lado malo de la realidad. No sólo en el bueno. Pensando que puedo ser una víctima de una sociedad injusta. Pensando que puedo estar indefenso en gobiernos elegidos por mis vecinos. En gobiernos elegidos por la mayoría.  Por una mayoría que son ricos. Por una mayoría que pueden volver a pobres. Por una mayoría que no piensa. Por una mayoría que no controla su voto.
Nada de votos en blanco. Nada de inventos extraños. Votar con conciencia. Votar a quien pueda hacer leyes. Leyes justas. Reprobar a quien haga leyes injustas. Votar a gobiernos que representen al pueblo. Castigar electoralmente a gobiernos que no representen al pueblo. No creen en las palabras de los políticos. Creer en los hechos. Valorar mi nivel de vida. Valorar el nivel de vida de mis vecinos. No creer en la macroeconomía. Ser individuo racional, no individuo irracional. Vivir en la realidad, no vivir en la imaginación.
El voto. Decisión importante. Decisión trascendente. Los votantes eligen a sus gobiernos. Éstos los forman personas. Personas egoístas. Personas que acumulan mucho poder. Personas que se relacionan con otras personas que gobiernan en la sombra porque tienen mucho dinero. Otras personas que tratarán de reforzar su predominio social. Otras personas que tratarán de hacer leyes injustas. Otras personas que tienen mucha influencia en los políticos. El voto. Evitar connivencias. Castigar a los políticos. Hacer que no olviden el origen de su poder. El pueblo dando y retirando poder.
El voto de los españoles. Ejemplo de voto ciego. Ejemplo de voto que refuerza poderes fácticos. Votantes fieles. Los políticos convertidos en una casta. Una casta instalada firmemente en el poder. Una casta que ha olvidado su origen. Una casta que se alía a otra casta. La casta financiera. Una casta que legisla a su conveniencia. Aumento de las desigualdades. Incremento de la riqueza. Para unos pocos. Incremento de la pobreza. Para unos muchos. Fracaso de la democracia. Fracaso de los votantes.
El voto de los españoles. Voto sectario. Un ejemplo a nivel local. En mi lugar de origen. En Mieres. Fue hace unos años. Un candidato a la alcaldía por parte del PSOE. Vamos a llamarlo L. M. Uno de los hombres menos queridos de Mieres. Yo no lo conocía. Lo conocí en los días previos a las votaciones. Mi familia es socialista. Muchos de mis amigos son socialistas. Todos hablaban de él. Todos me hablaban mal de él. No le querían.
Yo no entendía cómo L. M. había sido el elegido por el PSOE. Incomprensible decisión política si el partido socialista quería ganar las elecciones. Se elige como candidato a alguien estimado por el pueblo, no a alguien impopular entre el pueblo. No hay nada que entender. Llega el día de las elecciones. Mieres, ciudad minera, tradición de izquierdas. El PSOE gana las elecciones. L. M es elegido alcalde. Voluntad popular. Patente de corso para los políticos. Autismo político. Triunfo político.
El voto de los españoles. El voto útil. Perniciosa expresión. Dañina para la democracia. Los políticos convertidos en casta. Los políticos acomodados. Los políticos acostumbrados a ser refrendados por el pueblo. El bipartidismo como expresión de la derecha y de la izquierda. Expresiones vacías para votos cautivos. Llega la crisis. No hay respuesta del pueblo. Nuevas votaciones. Respuesta equivocada del pueblo. Se refuerzan los poderes fácticos. Se refuerzan las leyes injustas. Se refuerza la creencia en la bondad de la economía. El español abandonado a su suerte. El español cavando su fosa. La pobreza acechando.
Incremento de la pobreza. Fracaso de la política. Protestas violentas de los mineros. Nuevo nudo gordiano. La pobreza legitima la violencia social. La democracia ilegitima la violencia social. La democracia con violencia es un enigma incomprensible. Es difícil de entender cómo se puede convertir a la democracia en un sistema injusto. Es difícil de entender como la democracia puede engendrar pobreza. Es más difícil de entender en sociedad ricas. Es más difícil de entender en sociedades donde se habían generado clases medias. Los nuevos ricos españoles tienen la culpa. Es difícil no enfadarse con la estupidez hispana.
El voto. La democracia. El retroceso social de España. El retroceso viene de la mano de Europa.  La Europa mítica del bienestar ¿Qué bienestar? El de los europeos o sólo el de algunos europeos. ¿Bienestar por países o por clases sociales? ¿Europa de dos velocidades o Europa de ricos o pobres? Un español de clase media no entra en ninguna de las categorías del bienestar futuro. Los españoles votan a partidos europeístas. Los españoles votan su empobrecimiento. Los españoles no entienden nada. ¿Qué piensan los españoles cuando votan? ¿O cuando no votan? Triunfo de la voluntad popular. Vota PP-PSOE.
El siguiente capítulo es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: EL PEQUEÑO COMERCIO
Mito del emprendedor. Es fácil ser empresario de éxito. Hay que tener la idea correcta y perseverar. Crisis del pequeño comercio. Es difícil ser empresario de éxito. El consumo decae y la competencia es mucha. Prevalece la visión primera. La imaginación es más hermosa que la realidad. Todos van para atrás, menos mi empresa que irá para adelante. La locura es contagiosa. Me identifico con el grande sin serlo. Yo también soy empresario. Yo también seré empresario de éxito. Yo también seré rico.
Visión empresarial contemporánea. Concepción piramidal de la sociedad. Vuelta a conceptualizaciones antiguas. Mentalidad pequeñoburguesa. Miedo al desclasamiento. Miedo a la identificación con el trabajador. Miedo a la proletarización. Pero ahora no por temor a la pobreza. Ahora por la confianza en uno mismo. Ahora por el ansia de ser rico. Ahora por creer en el sueño capitalista. Sueño al alcance de todos. De todos los emprendedores.
Visión empresarial. Visión clasista. El pequeño empresario es clase media emprendedora. Clase media que sueña con ser rica. Está en guerra con el trabajador. Porque sus intereses son opuestos. Cierto hasta cierto punto. No cierto del todo. Es empresario, sí. No es trabajador, sí. Le interesa la contratación barata, si. Le interesan menos impuestos, sí. Pero le interesa que el trabajador gaste: es su cliente. No debe olvidarlo. Debe saber diferenciarse del resto del empresariado. Hay empresas grandes y hay empresas pequeñas. Si quiere beneficios le interesa que los beneficios de las grandes empresas lleguen a los trabajadores. Son sus clientes. Son sus mejores clientes. A veces son sus únicos clientes.
El pequeño empresario necesita ingresos. Necesita de los ingresos del trabajador. Necesita del consumo de éste. Extraña guerra entre socios. Extrañas alianzas con el enemigo. Extrañas traiciones entre la clase media. Por parte y parte. Leyes liberalizadoras. Fuga de clientes hacia las grandes superficies. Precios más baratos. El cliente anda con lo justo. El pequeño comercio no puede competir. Los peces grandes se comen a  los chicos.
El pequeño empresario quiere enriquecerse. El trabajador no quiere empobrecerse. El beneficio del primero está en el sobrante del segundo. Tiene una empresa que debería querer que al cliente le vaya bien. No ocurre así. Son complementarios y, sin embargo, están en guerra. Error mutuo. Todos apoyan al enemigo. Todos apoyan al grande. Éste gana. Baja salarios y cierra la competencia. El trabajador también se cree listo. Echa cuentas falsas. Acude a los supermercados. Busca precios baratos que favorecen al poderoso. Menor competencia mercantil. Perjuicio a largo plazo. Los ricos siempre teniendo la sartén por el mango.
El pequeño empresario olvida que aún no es rico. Olvida que él se identifica con el rico, pero que el rico no se identifica con él. Liberalización del comercio. Las grandes superficies ganan. Los chinos ganan. Autoexplotación para competir. Voto conservador. Confianza en que las leyes contra los trabajadores me favorezcan. Leyes a favor de la empresa. Si. A favor de la gran empresa. Siempre es bueno saber en qué lugar de la sociedad se está. Siempre es bueno no votar por razones jerárquicas. Quiero ser más que el trabajador. Lo consigo. Cierro el negocio. Todos al paro. Voy a compartir su pobreza.
Mundo de locos. Todos soñando con ser ricos. Todos seremos emprendedores. Todos seremos empresarios. Nadie será trabajador. Lógica pura. ¿Para qué defender derechos laborales si voy a ser rico? ¿Y si me fracasa la empresa? No pienso en ello. Nadie piensa en ello. Nadie piensa en el valor de un buen trabajo. Es una alternativa indeseada. Propia de mediocres. No me satisface. Yo pienso en grande. No pienso en leyes justas. No pienso en beneficios seguros. Prefiero leyes injustas. Prefiero soñar en grandes beneficios. No quiero límites. Echo el cierre. Paso a ser explotado.
He montado una empresa. Quiero hacerme rico. Propósito loable. Nada que criticar. Pero con inteligencia. Si el cliente tiene dinero, haré dinero. Si no lo tiene me mataré a trabajar para sobrevivir. No hay que pensar con el culo. No hay que pensar en modo jerárquico. Yo tengo que ser el jefe. Los trabajadores deben vivir peor que yo. Por ley. Apoyo políticas agresivas contra los trabajadores. Voto a quienes las promueven. Envidio su bienestar. Aunque me beneficie de él. Aunque me gasten en mi comercio. Aunque yo pueda volver a ser uno de ellos en el futuro. Nivelación hacia abajo. La clase media pierde.
Desprecio al currante. No tiene espíritu de empresa. No tiene iniciativa. No genera riqueza como yo. Sólo sabe reclamar y plantear problemas. Sólo quiere ventajas a mi costa. Los sindicatos son una mierda. El currante es un parásito. Posiblemente, pero un parásito que consume. Hay otros parásitos más importantes. Un banco es otro parásito. Que drena hacia sí la riqueza. Al que ayuda el Estado. El banco es una empresa que no quiebra. Una empresa que se aprovechan de las quiebras de otras empresas. Pero yo me identifico con el gran empresario. Algún día seré como él.
Falsa percepción de la realidad. Para crecer tengo que competir. Si yo valgo saldré adelante. La competencia es el reino de los fuertes y yo lo soy. Si fracaso lo volveré a intentar. Irracionalidad pura. No hay análisis de la realidad. Creo castillos en el aire. Me convierto en mero aventurero. Fracaso. Me arruino. Despecho hacia el trabajador que vive bien, ¿cómo es posible? Si él no ha luchado tanto como yo. No me merezco mi mala suerte. El mundo es injusto. La sociedad es injusta. No puedo hacerme rico. Pues que el trabajador pierda también.
Sueños desaforados. Quiero hacerme rico. Quiero la pobreza del trabajador. No sé lo que quiero. Monto un negocio y quiero que esté lleno de clientes. De clientes empobrecidos. Algo falla. Un rico nunca irá a un hotel de tres estrellas. Irá alguien de la clase media. Apoyo la destrucción de ésta. Ésta me rehúye. Fuga de clientes hacia las grandes superficies. Liberalización del comercio. Aplauso del cliente. Ahora es éste el traidor. Traición por traición. Traición igualmente.
Mentalidad de pequeño empresario. Mentalidad pequeñita. Nada nuevo bajo el sol. Clase media insolidaria. Siempre cree ganar cuando pierde. Juega a ser rica. Juega a pasarse de lista. Otro ejemplo. Invierte en la bolsa. Crisis de Bankia. Ruina de los pequeños accionistas. No aprende. Sigue en guerra consigo misma. El trabajador ama las grandes superficies. El pequeño empresario se identifica con el grande. Los de arriba aplauden. Pueden hacer las leyes a su gusto. A gusto de todos. Subida del IVA. No afecta a los productos de lujo. Vota PP-PSOE.
Un nuevo capítulo es el siguiente:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LA PRECARIEDAD LABORAL
Tuve un padre. Ya murió. Era buena persona. Como casi todas. Era un buen trabajador. Trabajó más de treinta años en la misma oficina. Se desvivía por ella. Se jubiló. Recibió un homenaje de sus jefes. Fidelidad absoluta a la empresa. Reciprocidad de trato. Modelo japonés. Estaba bien pagado. Estaba bien tratado.
Tuve un padre. Se responsabilizaba del trabajo. No hacía falta mandarle horas extras. No todos los españoles somos unos pícaros. Algunos sí, la mayoría no. Los trabajadores tienen valores. Son personas. Tienen alma. Pueden hacer de la empresa algo suyo. Pueden querer al trabajo. Éste puede aportar dignidad. Mi padre trabajó en una notaría. Mi padre estaba orgulloso de haber trabajado en una notaría. Y no era notario.
Mi padre ya murió. Llegaron nuevos tiempos. Llegaron nuevos conceptos. Llegó la flexibilidad laboral. Llegó la productividad. Mi padre no hubiera recibido un homenaje. Mi padre hubiera sido despedido. Como tantos. Los jóvenes arrinconan a los viejos. Es ley de vida. Hay valores nuevos. Competitividad. Sagrada palabra. No respeta la edad. No respeta la fidelidad. Convierte al trabajador en un objeto. Convierte a la persona en inservible.
Nuevos tiempos. Nuevos trabajos. Trabajos precarios. Trabajos sin dignidad. Jefes indignos. Promesas incumplidas. Rebajas de sueldo. Zancadillas al compañero. Juego sucio. Mezquindad. Competitividad en estado puro. Juego de supervivencia entre trabajadores. El paro acecha. Las leyes desprotegen.
Mi padre. El pasado. Un modelo de persona desaparecido. Un modelo de persona incomprensible en la actualidad. Ya nadie se realiza a través del trabajo. Fin de los buenos trabajos. Fin de los trabajadores contentos. Fin de la dignidad profesional. Algún día el trabajador reconocerá su caída. Perderá la esperanza. Dejará de creer en sí mismo. Sabrá que nada le salva. Que ser mejor que el compañero no aporta seguridad. Que nada evita el despido. Que el trabajo envilece. Algún día faltará la motivación. Y volverá la picaresca.
Volverá la picaresca. Y volverán los desprecios. Volverán las humillaciones. El jefe haciendo reproches. El trabajador inerme. No le queda autoestima. Les gustaría hacer las cosas bien. Pero no le preocupa. No se aprecia su trabajo. Y el jefe no puede estar en todas partes. Sabrá engañarle. Sabrá disimular. Es cuestión de experiencia. Las trampas se aprenden. El trabajo bien hecho debe ser bien pagado.
La picaresca. Tendencia natural del trabajador al placer. Tendencia del trabajador a evitar el trabajo. Tendencia humana. Otra tendencia humana. Tendencia natural del jefe a la codicia. A la explotación del trabajador. Necesidad de equilibrio entre dos tendencias destructivas. Trabajadores divididos. Ruptura del equilibrio. Ganan los jefes.
El jefe haciendo reproches. Con razón y sin razón. El trabajador degradado. Dependiendo de otro ser humano. Arbitrario como somos todos. El trabajador sin atreverse a abrir la boca. El jefe crecido. Es muy placentero sentir el miedo ajeno. Sentir una atención excesiva sobre mí. Sentir mi influencia sobre los demás. Es muy goloso el poder. Los políticos lo saben. Los empresarios lo sabían. Se les pusieron límites: se crearon derechos laborales y sociales. Ahora estos límites desaparecen. Vuelve la impunidad. Volverá un nuevo feudalismo. Derecho de pernada. Mi secretaria está muy buena. Le haré bromas obscenas. Tendrá que soportarme. Para qué gastar en putas si ya tengo subordinadas. Vuelve la Lewinsky a gran escala. Strauss-Kahn y Berlusconi marcan el camino.
Precariedad laboral. El español engañado. Cree en sí mismo. Cree que su explotación será un estado pasajero. El éxito cuesta. Hay que recorrer un largo camino hasta llegar a él. Hay que demostrar que se vale. Precariedad. Camino hacia atrás, no hacia adelante. Esclavitud moderna. No hay libertad sin autonomía económica. Principio sencillo que se olvida. Libertad teórica, esclavitud real. No hay elección. No hay buenos trabajos. O trabajas o al paro. Ninguna de las elecciones es afortunada. No hay libertad.
Precariedad. El caso español. Un país que creció con un modelo de bajos salarios tiene que bajar salarios para salir de la crisis. Ésta se soluciona degradando aún más las condiciones de trabajo. Claro. Los españoles vivimos en el pasado por encima de nuestras posibilidades. Claro. Todo mentiras. España va bien. España no va tan bien. Los de abajo siempre pierden. Prioridad política: lucha contra la inflación. Los de abajo siempre pierden. Los políticos luchando contra el paro a costa de los trabajadores. Hay que degradar al trabajador para que le contrate el empresario. Sociedad de las estadísticas. Lucha contra el paro, no por el empleo.
Precariedad laboral. Empiezan las apreturas. Los españoles viviendo al límite. No teniendo para imprevistos. No teniendo ni para cambiar las ruedas del coche. Asumiendo riesgos. Los políticos lanzando mensajes optimistas. Viviendo al margen de la sociedad. Como la parte de la sociedad aún sin precarizar. A la que también le llegará su turno. La crisis continúa. La crisis va para largo. La precariedad va para largo. Para mucho más largo. Vota PP-PSOE.