EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO:
LA PRECARIEDAD LABORAL
Tuve un padre. Ya murió. Era buena persona. Como casi
todas. Era un buen trabajador. Trabajó más de treinta años en la misma oficina.
Se desvivía por ella. Se jubiló. Recibió un homenaje de sus jefes. Fidelidad
absoluta a la empresa. Reciprocidad de trato. Modelo japonés. Estaba bien
pagado. Estaba bien tratado.
Tuve un padre. Se responsabilizaba del trabajo. No
hacía falta mandarle horas extras. No todos los españoles somos unos pícaros.
Algunos sí, la mayoría no. Los trabajadores tienen valores. Son personas. Tienen
alma. Pueden hacer de la empresa algo suyo. Pueden querer al trabajo. Éste
puede aportar dignidad. Mi padre trabajó en una notaría. Mi padre estaba
orgulloso de haber trabajado en una notaría. Y no era notario.
Mi padre ya murió. Llegaron nuevos tiempos. Llegaron
nuevos conceptos. Llegó la flexibilidad laboral. Llegó la productividad. Mi
padre no hubiera recibido un homenaje. Mi padre hubiera sido despedido. Como
tantos. Los jóvenes arrinconan a los viejos. Es ley de vida. Hay valores
nuevos. Competitividad. Sagrada palabra. No respeta la edad. No respeta la
fidelidad. Convierte al trabajador en un objeto. Convierte a la persona en
inservible.
Nuevos tiempos. Nuevos trabajos. Trabajos precarios.
Trabajos sin dignidad. Jefes indignos. Promesas incumplidas. Rebajas de sueldo.
Zancadillas al compañero. Juego sucio. Mezquindad. Competitividad en estado
puro. Juego de supervivencia entre trabajadores. El paro acecha. Las leyes
desprotegen.
Mi padre. El pasado. Un modelo de persona
desaparecido. Un modelo de persona incomprensible en la actualidad. Ya nadie se
realiza a través del trabajo. Fin de los buenos trabajos. Fin de los
trabajadores contentos. Fin de la dignidad profesional. Algún día el trabajador
reconocerá su caída. Perderá la esperanza. Dejará de creer en sí mismo. Sabrá
que nada le salva. Que ser mejor que el compañero no aporta seguridad. Que nada
evita el despido. Que el trabajo envilece. Algún día faltará la motivación. Y
volverá la picaresca.
Volverá la picaresca. Y volverán los desprecios. Volverán
las humillaciones. El jefe haciendo reproches. El trabajador inerme. No le
queda autoestima. Les gustaría hacer las cosas bien. Pero no le preocupa. No se
aprecia su trabajo. Y el jefe no puede estar en todas partes. Sabrá engañarle.
Sabrá disimular. Es cuestión de experiencia. Las trampas se aprenden. El
trabajo bien hecho debe ser bien pagado.
La picaresca. Tendencia natural del trabajador al
placer. Tendencia del trabajador a evitar el trabajo. Tendencia humana. Otra
tendencia humana. Tendencia natural del jefe a la codicia. A la explotación del
trabajador. Necesidad de equilibrio entre dos tendencias destructivas.
Trabajadores divididos. Ruptura del equilibrio. Ganan los jefes.
El jefe haciendo reproches. Con razón y sin razón. El
trabajador degradado. Dependiendo de otro ser humano. Arbitrario como somos
todos. El trabajador sin atreverse a abrir la boca. El jefe crecido. Es muy
placentero sentir el miedo ajeno. Sentir una atención excesiva sobre mí. Sentir
mi influencia sobre los demás. Es muy goloso el poder. Los políticos lo saben.
Los empresarios lo sabían. Se les pusieron límites: se crearon derechos
laborales y sociales. Ahora estos límites desaparecen. Vuelve la impunidad.
Volverá un nuevo feudalismo. Derecho de pernada. Mi secretaria está muy buena.
Le haré bromas obscenas. Tendrá que soportarme. Para qué gastar en putas si ya
tengo subordinadas. Vuelve la Lewinsky a gran escala. Strauss-Kahn y Berlusconi
marcan el camino.
Precariedad laboral. El español engañado. Cree en sí
mismo. Cree que su explotación será un estado pasajero. El éxito cuesta. Hay
que recorrer un largo camino hasta llegar a él. Hay que demostrar que se vale.
Precariedad. Camino hacia atrás, no hacia adelante. Esclavitud moderna. No hay
libertad sin autonomía económica. Principio sencillo que se olvida. Libertad
teórica, esclavitud real. No hay elección. No hay buenos trabajos. O trabajas o
al paro. Ninguna de las elecciones es afortunada. No hay libertad.
Precariedad. El caso español. Un país que creció con
un modelo de bajos salarios tiene que bajar salarios para salir de la crisis.
Ésta se soluciona degradando aún más las condiciones de trabajo. Claro. Los
españoles vivimos en el pasado por encima de nuestras posibilidades. Claro.
Todo mentiras. España va bien. España no va tan bien. Los de abajo siempre
pierden. Prioridad política: lucha contra la inflación. Los de abajo siempre
pierden. Los políticos luchando contra el paro a costa de los trabajadores. Hay
que degradar al trabajador para que le contrate el empresario. Sociedad de las
estadísticas. Lucha contra el paro, no por el empleo.
Precariedad laboral. Empiezan las apreturas. Los
españoles viviendo al límite. No teniendo para imprevistos. No teniendo ni para
cambiar las ruedas del coche. Asumiendo riesgos. Los políticos lanzando
mensajes optimistas. Viviendo al margen de la sociedad. Como la parte de la
sociedad aún sin precarizar. A la que también le llegará su turno. La crisis
continúa. La crisis va para largo. La precariedad va para largo. Para mucho más
largo. Vota PP-PSOE.
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