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viernes, 25 de enero de 2013

El nuevo capítulo es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LOS VIAJES
Los viajes. La necesidad de viajar. Cuanto más lejos mejor. A descubrir nuevos mundos. A encontrarnos con otras culturas. Los viajes. Nuevo fenómeno social. Antes era cosa de ricos. Ahora es cosa de todos. Porque todos somos ricos. O lo parecemos al menos. O lo debemos parecer. Los miembros de la clase media no somos menos que nadie. Los miembros de la clase media imitamos a los ricos. Los miembros de la clase media nos imitamos entre sí. Los miembros de la clase media viajamos mucho.
No me gusta viajar. Lo veo agotador. Cuando tengo vacaciones quiero descansar. También entiendo a quien viaja. Un viaje puede ser excitante. Pero no entiendo que nadie se queje de viajar. Aún me quedan unos días de vacaciones. Al volver me reencontraré con los compañeros de trabajo. Todos intentarán contarme qué lugares han visitado. Todos presumirán de nuevas experiencias. De nuevos descubrimientos. Nadie me hablará del cansancio. Nadie me hablará del overbooking. Nadie me comentará las incomodidades del viaje. Todos estarán satisfechos de sus vacaciones. No puede ser de otro modo.
Los viajes. Hay que marchar cuanto más lejos mejor. A conocer otros continentes. En avión. En barco. La moda de los vuelos baratos. La moda de los cruceros. La moda de los créditos para marchar de vacaciones. Los españoles conocemos Nueva York. Conocemos El Cairo. Conocemos Tokio. No conocemos Cuenca. No conocemos Córdoba. No soy chauvinista. Pero no entiendo viajar para presumir. De visitar Córdoba no se presume. De  visitar Río de Janeiro sí se presume. Sé de lo que hablo. Soy profesor. Quise hacer un viaje de estudios a Portugal. Mis alumnos me quitaron la idea de la cabeza. En Portugal no hay nada que ver. Claro. Sólo hay cosas que ver si se viaja lejos.
Los viajes. Las nuevas mentalidades de la clase media. Las nuevas necesidades de la clase media. Esquiar. Montar a caballo. Ropa de marca. Coches caros. Comida de diseño. Ahora todos somos gourmets. Todos pagamos con gusto por beber vinos caros. A todos nos disgusta un vino corriente. Nos hemos vuelto muy selectos. Ya no somos gente corriente. Somos gente de calidad. La clase media. Sigue abominando de los pijos, pero toda ella es pija ya.
La clase media. Mis amigos jugando al golf. De un tiempo a esta parte. Olvidando sus orígenes. Orígenes obreros. Jugando a sentirse ejecutivos. Claro. Yo juego al golf. Yo tengo clase. Yo tengo categoría. Estatus ficticio. Pero que justifico. Es importante participar de la mentalidad de empresa. Tengo mucha presión en el trabajo. Mi dedicación es máxima. Genero mucho stress. El golf me relaja. No me puedo relajar dando un paseo. Los currantes sintiéndose jefes.
Sé mucho de currantes jugando a ser jefes. Tengo muchos amigos que son ingenieros técnicos. Trabajan a destajo. Cobran una miseria. Pero sus empresas les proporcionan móvil y coche para el ejercicio de su trabajo. Con eso se sienten importantes. Tienen los atributos del poder. Pueden fardar. Pero, ¿de qué? Cobran menos que un peón. Ya. Pero soy el jefe. Tengo la responsabilidad. Tengo subordinados. No tengo un duro. Me tengo que aficionar al golf.
Jugar a ser jefes. La imagen sobredimensionada del ciudadano español. Las bodas. El día en que nos tenemos que sentir príncipes o princesas. Estoy harto de escuchar buenas intenciones de que, cuando me case, mi boda será sencilla. Que no comprometeré a nadie. Luego son todos bodorrios. En los sitios más caros posibles. Generalmente por la Iglesia. Por parte de personas que no la pisaron en años. Pero los españoles quieren presumir de boda. Sentirse importantes. Las bodas por la Iglesia dan lustre y esplendor. La clase media. La triste clase media. Vanidad de vanidades.
Los viajes. El golf. Las bodas. Un largo etcétera. Basta con que todos miremos un poco la frivolidad en la que vivimos. La cantidad de necesidades artificiales que nos hemos ido creando por sentirnos ricos. Necesidades que estarían bien si de verdad tuviéramos dinero. Si tuviéramos la seguridad de tener dinero en el futuro. Pero la clase media nos hemos quedado en el presente. Hemos bajado la guardia por vivir en una plenitud falsa. Hemos identificado nuestros intereses con los de aquellos que sólo tienen interés en nuestro empobrecimiento. Nos hemos confundido de amigos. Eran amigos fascinantes sí. Amigos a los que prestaba imitar. Pero malos amigos. De los que nos teníamos que haber distanciado. De los que nos teníamos que haber diferenciado.
La clase media. Sus nuevas necesidades. Ilusa clase media. Sin haber terminado su ascenso ya está comenzando su descenso. Más dura será la caída. Palabras sabias. Que como todas las palabras sabias no van a ser escuchadas. Rápidamente los españoles pasarán de viajar al extranjero a volver a pasar las vacaciones en el pueblo. Si tienen suerte. Si tienen la suerte de trabajar. Si tienen la suerte de tener un trabajo que aún respete las vacaciones. Antes de que se supriman las vacaciones pagadas. Los españoles. Sentirnos ricos caminando hacia pobres. Sinsentido completo. Sinsentido terrible.
Los españoles. Antes de empobrecernos viajemos por el mundo. Por todo el mundo. Sintámonos reconfortados con la miseria ajena. Sintámonos ricos por última vez. Descubramos lo que nos espera. Descubramos la desigualdad. Descubramos la injusticia. La injusticia que estamos fomentando con nuestra vanidad. Aceptando el overbooking. Aceptando que las compañías aéreas nos tomen el pelo. Mis alumnos soñando con un futuro de viajes. Imaginándose el futuro viajando. Pobres. Mejor se imaginaban un futuro de buenos trabajos. Aunque no viajaran tanto. Vota PP-PSOE.

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