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sábado, 19 de enero de 2013

El decimoséptimo capítulo es el siguiente:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LAS PENSIONES
Los viejos. Fueron de pobres a ricos. Ahora sus descendientes van a ir de ricos a pobres.  Con sus padres pasivos. El ser humano no sabe ser bueno. Vive a corto plazo. No piensa a largo plazo. Es capaz de aportar mucho amor, pero sobre todo amor a sí mismo. Yo he luchado por un mundo mejor. Vivo bien. Ya he cumplido.
Protesté en su momento, ahora estoy del lado del orden. Estoy del lado de las instituciones. Las refuerzo con mi voto. Que no me toquen el estatus. Está todo bien. Los jóvenes se quejan de vicio. Si a sus años yo hubiera tenido todo lo que ellos tienen. Están refalfiados. Tienen de todo. Se les consiente todo. Nunca se ha vivido mejor.
Me he vuelto mezquino. Como el resto de la sociedad. Los españoles de un tiempo a esta parte somos felices. No tenemos expectativas de nada, sólo de conservar lo propio mientras vemos caer a nuestros semejantes. Vivimos en un sálvese quien pueda, sin amigos ni piedad. Individualismo atroz. Ceguera inhumana. Ni la familia se salva. Los padres son ciegos ante el futuro de sus hijos. Salvemos la pensión. Que no me toquen un euro. Aunque mis hijos no cobren. Aunque mis hijos no trabajen.
En el pasado se han ganado la pensión. En el presente se ganan el desprecio social. No me toquen la pensión. Que se jodan los demás. Los trabajadores, que trabajen. Mis derechos ya no son sus derechos. Que no protesten. Que peligra mi bienestar. Viva el orden de los viejos. Los pensionistas como grupo de presión. Son muchos y sí votan. Estuvieron muchos años sin hacerlo. Conocieron la dictadura. Que sufran otros.
Comprensión de los políticos por los problemas de los pensionistas. Crisis del Estado del bienestar. Las pensiones no se tocan. Que los pensionistas no se fíen. No son ricos. Se recortará y recortará a los demás, pero algún día les tocará a ellos. Le tocará a su pensión. Cuando ya no haya otra cosa de qué echar mano para contentar a los poderosos. Los políticos ganando tiempo. Esperando a que los pensionistas se mueran. Esperando que el gasto de las pensiones se solucione de forma natural. Esperando que los últimos derechos adquiridos desaparezcan por extinción natural. Como los dinosaurios.
Mientras viva ayudaré a mis hijos. ¡Qué bonito ayudarles! Prestarles para la compra de su piso. Mantenerles en mi casa. Soy tan buen padre. Soy tan buena madre. Tengo corazón. Me quiero a mí mismo. Voto a favor del orden establecido. No me planteo alternativas políticas. ¿No sería mejor que esta ayuda no fuera necesaria? ¿No sería mejor que mis hijos se valieran por sí mismos?
Mientras viva ayudaré. Pero moriré. ¿Y después? No pienso en ello. No pienso en mis hijos. No pienso en mis nietos. No pienso en que va a ser de ellos. Voto a gobiernos que los perjudican. Me justifico a mí mismo. Los jóvenes saldrán adelante. Nunca ninguna época fue para atrás. Siempre se va a mejor.
Los pensionistas. Antiguos luchadores por la libertad. Antiguos luchadores por la democracia. Vivieron tiempos muy duros. Lucharon por cambiar la sociedad. Hoy viejos conformistas. Esclavos del sistema. Esclavos del orden capitalistas. Algunos resisten. Resiste su conciencia. Los yayoflautas son viejos dignos. Vivieron con dignidad y morirán con dignidad. Adaptándose a los tiempos. Adaptándose a la nueva explotación. Luchando contra ella. No presumiendo de un pasado luchador. Siguiendo en la lucha de ricos y pobres. Sabiendo que no son ricos. Sabiendo que sus hijos serán pobres.
Fin del Estado del bienestar. Los pensionistas contribuyeron a crearlo. Los pensionistas contribuyendo a destruirlo. Época de aceleración de la historia. Lo que rápidamente se crea, rápidamente se destruye. Nuestros viejos vivieron el paso de la pobreza a la riqueza. Nuestros jóvenes vivirán el paso de la riqueza a la pobreza. Con el consentimiento de sus padres. Qué más da que sea un consentimiento tácito. Que más da que no sea su intención hacer daño a su familia. El resultado es el mismo. El daño es el mismo.
Presumí de hijos. Presumo de nietos. Presumo de estatus alcanzado. Protegí a mis hijos. Sobreprotejo a mis nietos. Que no se enteren de la vida real. Que crean en un mundo de sueños. Les otorgo sus deseos. Les dejo consumir. Les atonto. Les privo de su dignidad presente. Les privo de su dignidad futura. Que no protesten. Yo vivo bien.
Faltaba aún tanto por hacer. Faltaban tantos derechos por conseguir. Soy viejo. Conocí lo que era vivir explotado por otros. Conocí la injusticia. Dejo que mis descendientes piensen que ellos serán jefes. No les enseño. Vivo en el pasado. Dejo que cambien las leyes. Volverán los abusos. A mí ya no me afectarán. Gano tiempo. Quiero a mis hijos. Quiero a mi pensión. Voto en consecuencia.
Jóvenes atontados. Viejos insensibles. Los cambios no ocurren porque sí. Las revoluciones trajeron cambios a mejor. La pasividad social trae cambios a peor. Unos no votan. Otros votan sin corazón. Los pensionistas votan sin pensar en el futuro. Ellos no lo vivirán. Sus descendientes sí. Son sus hijos. Son sus nietos. Les falta experiencia. Nadie les enseña a defenderse. Aprenderán el lado malo de la vida. A un coste muy alto. Algunos ya lo están aprendiendo. El resto aún no sufre. Piden más dinero a sus abuelos. Éstos se lo dan. Algún día no estarán. Vota PP-PSOE.
Un nuevo capítulo es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LOS MINEROS
He nacido en una cuenca minera asturiana. Conozco perfectamente los puntos buenos y malos de la lucha minera. Ahora los mineros han vuelto a movilizarse. Es una época de grandes retrocesos sociales. Los mineros pelean por sus privilegios. Los demás no pelean por sus derechos. Admiro a los mineros. Quien algo quiere, algo le cuesta.
Soy de Mieres. Lugar de tradición minera. Conozco las ventajas alcanzadas por los mineros en el pasado. Conozco las prejubilaciones. Conozco las becas mineras. Conozco los chanchullos de los sindicatos en las cuencas mineras asturianas. Yo he tenido que emigrar de ellas. Para mí no había enchufe. Yo estaba fuera del reparto del dinero. Yo no tenía amigos en el sindicato.
Trabajo en Villablino. Cuenca minera leonesa. Vitorino Alonso. El nuevo padrino. El nuevo capo de los capos. Don Vito para los de Villablino. La mafia empresarial controla la fuerza de trabajo minera. Los mineros al servicio del empresario. Persiguiendo a los verdes. Defendiendo las minas a cielo abierto. Fin de la lucha de clases. Corporativismo franquista. Los obreros y el empresario remando juntos. Intereses entremezclados. El empresario gana, los obreros trabajan. La naturaleza pierde.
La mina. Los mineros. La epopeya obrera. La letra pequeña es diferente. No comulgo con muchas de las reivindicaciones mineras. Tengo rencor hacia mi lugar de origen. Yo tuve que emigrar mientras otros se forraban. He conocido a personajes indeseables que medraban a costa de ideales de izquierda. Pienso que los mineros se han dejado comprar con las prejubilaciones. Y así podría seguir párrafos y párrafos criticando a los mineros y sus sindicatos. Pero da lo mismo. Mi lucha no es contra los mineros.
Hay otra lucha. Destrucción del Estado del bienestar. La economía mandando sobre la política. La pobreza convertida de nuevo en necesidad social. Resignación de la población. Nadie protesta. Nadie defiende sus derechos. Todos asienten. Individualismo suicida. Todos al matadero sin oposición. Imágenes de judíos entrando en una cámara de gas. Los nuevos españoles aceptando su destino infame.
Valores mineros. Solidaridad. Los mineros están unidos. Ellos no son individualistas. Pueden defenderse. Fin del pensamiento único neoliberal. La población también debe beneficiarse de la tarta económica. La población también puede organizarse para exigir este reparto. La población también puede poner un freno al egoísmo de los poderosos. Aunque sea con otro egoísmo. Un egoísmo proletario. Un egoísmo popular. Un egoísmo sectorial. Otro egoísmo al fin y al cabo. Pero los mineros son mis vecinos. Los banqueros no. Un hijo mío puede ser que sea minero. Un hijo mío no es nada probable que sea banquero.
Los mineros como símbolo de la lucha obrera. Los mineros aburguesados de nuevo convertidos en símbolo de la revolución. Los mineros recuperando la simpatía social por la insensibilidad de los políticos. Unos políticos convertidos en diosecillos. Recreándose con la ansiedad ciudadana cuando tienen que anunciar recortes. Semanas de anuncios previos. Les gusta dilatar las medidas. Se sienten importantes. Son inmorales. Son odiados. El poder por el poder.
Medidas de ajustes inclementes con las clases medias y bajas. Políticos acostumbrados a que no haya oposición. Y con razón, la población no se atreve. El ser hispánico es inseguro. El ser hispánico es cobarde. Las clases medias se sentían importantes. Se sentían superiores. Ahora, ya no lo son. Ahora descienden al hoyo social. La población tiene miedo. Admira a quien no lo tiene. Admira a los mineros. Son su esperanza de reversibilidad social.
Los mineros marcando el camino a seguir. Camino que no se va a seguir. Espejismo minero. Cambio de mentalidades por venir. Aún desconfío del vecino. Aún no me identifico con él. Es mi competidor. Nadie se atreve a ir a la huelga. Pierdo mi empleo. Empleo precario. Nuevo deterioro legal. Empleo más precario. Nuevos aprendizajes de lucha. A vencer el miedo. A confiar en el prójimo. A reprobar al esquirol. La seguridad laboral no vendrá si no la peleo. He perdido mucho terreno. Aún puedo perder más. Aún no estoy convencido. Aún no me creo que yo esté llamado a luchar. Los mineros luchan por lo suyo, no por lo tuyo. Te marcan un camino, la responsabilidad es tuya.
La lucha social es difícil. Es mucho más difícil que creer en uno mismo. Hay que vencer los recelos hacia el prójimo. Hay que vencer los recelos hacia los mineros. Yo nací en una cuenca minera, vivo en otra, conozco el percal. Conozco las injusticias obreras. Conozco el lado malo del romanticismo proletario. Pero sé también que quien manda, manda. Y hoy día los poderosos ya mandan demasiado. Intenta frenar ese poder. Es un poder destructivo. Usa el poder del pueblo. Es democracia. Se puede protestar. Si no lo haces, vota. Los partidos políticos te están esperando. Vota PP-PSOE.
El decimoquinto capítulo es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: EL MIEDO A LA CRISIS
Políticas de miedo. Recurso recurrente de los poderosos. Hay que unir a la población frente a las amenazas exteriores. En el pasado era la guerra. En los años ochenta fue el SIDA. Ahora es la economía quien amenaza al pueblo español. Los especuladores nos acechan. Nadie sabe quienes son. Nadie nos lo explica. Pero saldremos de la crisis todos unidos. Eso sí, más pobres.
Peligro de estirar la cuerda demasiado. Mientras la clase media sueña con ser rica está tranquila. Es civilizada. Odia la violencia. Cuando el pánico a ser pobre llegue a la clase media, ¡cuidado! Su pacifismo es pura apariencia. Sólo durará mientras crea que el orden la favorezca. Y cada vez cree menos en el sistema. No está acostumbrada a protestar pero la rabia estallará. Cuando por fin descubra la estafa social. Cuando por fin su vanidad no oculte el engaño. Y en democracia no es tan fácil la represión. Los políticos juegan con las ilusiones de muchas personas. Los políticos juegan con fuego. Aunque tardarán en quemarse. Hoy por hoy, la gente es boba.
Los políticos aún pueden dormir tranquilos. ¿Cuánto tiempo? No sé, un año, dos tres, cuatro, a saber. Todo tarda, pero todo llega. La explosión social llegará. Como llegó la crisis tras años de especulación. Todo el mundo sabía que el crecimiento anterior era insostenible. Todo el mundo confiaba en que la burbuja inmobiliaria no estallaría. Pero estalló. Y también estallará el descontento social. Es cuestión de tiempo.
La gente tardará en reaccionar. Mientras identifique la salida de la crisis con la futura prosperidad personal se mantendrá tranquila. Mientras impere el miedo a la crisis y crea en soluciones mágicas se mantendrá tranquila. El ser hispánico es muy tonto. Es ingenuo hasta decir basta. Pero espabilará. Y el miedo a la crisis dejará de funcionar. Porque aprenderá que es un engaño. Que la crisis beneficia a algunos. Que la salida de la crisis ya no le beneficiará a él.
El miedo a la crisis. El miedo a la ruptura del euro. El miedo al apocalipsis financiero. Salida del euro, desastre macroeconómico. La necesidad de un euro fuerte como fundamento del progreso social. Será para otros. A mí el euro me ha traído subidas de precios y bajada del salario. No es mi amigo. No es el amigo de la mayoría de los españoles. No quiero el euro. Pierdo con él. Incluso cuando la economía iba bien. Y no era el único. Ahora pierdo más por salvarlo.
Bombardeo informativo. Los medios oficiales repiten y repiten la misma palabra: crisis, crisis y crisis. El miedo ahoga la racionalidad. El miedo a la crisis no deja al españolito pensar. El ciudadano español acojonado. Pero estamos en la sociedad de la información. Hay otros conductos de comunicación. No todos se pueden censurar. Irá conociendo otras versiones de la realidad. Irá procesando tantas y tantas mentiras oficiales. Irá descubriendo la pobreza. Reflexionará sobre su estado. Y ya no será tan fácil contentarle. Ya no será tan fácil asustarle.
El miedo a la crisis. Los españoles aman a su país. Los españoles entienden la dificultad de la situación económica. Los españoles deben de sacrificarse por el bien de España. Necesidad de tener altura de miras. Necesidad de que los españoles hagan causa común para salir de ella. Valores de grupo. También éstos dejarán de ser creíbles. La crisis no compromete de igual modo a todos. Unos, los más, ven caer su nivel de vida, otros, los menos, evaden capitales. Los primeros volverán a pensar en un ajuste de cuentas. Volverán a hablar de injusticia. No se piden sacrificios sin compensación. No se piden sacrificios sin contrapartida. El odio social renacerá cuando la pobreza se asiente. Y no tardará. Aumentan los parados de larga duración.
El miedo a la crisis. Algún día fallará. Entonces, los poderosos intentarán reforzar el orden porque saben que, con la penuria social, aumentará la delincuencia. Gracias a ésta, les será fácil inventar nuevos miedos que atenacen a la sociedad y así, de paso, usarán la fuerza contra la contestación social. Pero la fuerza tiene un límite en democracia. En ésta es mejor tener a una clase media aletargada que  a una clase baja cabreada. Los ricos habían convertido a los españoles en perfectos peleles. Los van a obligar de nuevo a pensar. Y no pueden destruir a la democracia. Es el valor supremo. Se identifica con el capitalismo. Es un juego peligroso. O destruyen la democracia o destruyen su egoísmo. Tratarán de adulterar la democracia. Ya lo están haciendo. Gobierno del FMI y del BCE. Gobiernos de tecnócratas en Italia y Grecia. Fin de la legitimidad. ¿Inicio del fin de la democracia?
La economía por encima de la política. La economía como único lenguaje social. La política al servicio de la economía. Los políticos convertidos en correa de transmisión de los financieros. Los políticos convertidos en el pararrayos del descontento popular. Los políticos muy bien pagados por ello. Los políticos legitimados por luchar contra la crisis. La gran mentira a punto de estallar. La gente busca otros políticos. La gente no los encuentra. La gente no se fía. Pero volverá la política. Para bien o para mal. Para recuperar derechos o para recuperar demagogias. Pero habrá un cambio. El pueblo también genera su propio miedo. El miedo a las masas. Pobres élites. Ya no les valdrán sus trucos. Vota PP-PSOE.
El capítulo decimocuarto es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LA VIVIENDA
Los españoles soñando a ser ricos sin dinero. Un rico tiene vivienda propia. Un español no podía dejar de tenerla. Aunque fuera cara. Aunque no pudiera pagarla. Para eso estaba el banco. Te daba el dinero. Te quitaba independencia. Todos los españoles cogidos por los huevos. Ya nadie defiende sus derechos. Todos debemos gratitud a la banca. Los banqueros son tan buenos. Son tan generosos. Sin ellos no podríamos presumir de casa.
Deuda impagable. Trabajo precario. Fin de la libertad. La hipoteca esclaviza al español. Ha perdido su voz. No puede protestar. Tiene que llegar a fin de mes. Se ha vuelto un pelele. Se indigna, pero en silencio. Teme por su casa. Él es propietario. Está en el lado bueno de la sociedad, el que debe mantener el orden establecido. Vida de esclavo con mentalidad conservadora.
Si las cuentas no salen, no hay problema. Los padres avalan. La vorágine hipotecaria ha inundado el país. La fuerza de trabajo al servicio de los bancos. Estrategia perfecta de los millonarios. Alienación de la clase media. Ya nadie se refiere a los bancos como rapaces o usureros. Sin ellos, no tendríamos sueños. Bendigamos el capitalismo. Bendigamos la banca. Tenemos casa. Triunfa el capitalismo popular. El Dioni ha dejado de ser el héroe del pueblo.
Como los bancos son fundamentales, el Estado debe salvarlos. Si las personas se arruinan y el consumo cae en picado no es lo mismo. Los problemas de los ciudadanos no son fundamentales. Aunque afecten igualmente a la economía. Los ciudadanos lo entienden, primero hay que refinanciar la hipoteca. Salvar los bancos es lo importante.
Reducción al absurdo. Ayudar al rico para mantener al pobre. Si el ciudadano no tiene dinero para mantener su hipoteca y es desahuciado da lo mismo. Para él no hay ayudas directas. Que se busque la vida. La sociedad sólo debe ayudar a quienes se arriesgan. A quien crea riqueza. Aunque sólo sea beneficiosa para él. Los demás a esperar por las migajas. El sistema está montado así. Y todos los ciudadanos contentos, los bancos son su esperanza.
Dependencia de los bancos. Ellos imponen las normas sociales. Ellos imponen las leyes a tomar durante la crisis. Pero nadie tiene miedo. La clase media espera mantener su nivel de gasto. Curiosa contradicción. Otra de las muchas que hay en esta sociedad. La panacea del crédito. Los bancos salvarán el consumo. Pero primero retraerán sus beneficios. No son instituciones de la caridad. El beneficio manda. Y la gente aprenderá que es mejor depender de un trabajo, y que éste esté bien pagado, que de la buena o mala disposición ajena. Sobre todo cuando ésta depende de un banquero en época de crisis. Nunca es bueno depender de nadie. Ni de los bancos siquiera.
Crisis. Edad de oro de los banqueros. No gano tanto pero preparo el terreno para el futuro. Echo cuentas. Transferencia de rentas del trabajo hacia rentas del capital. Cuando vuelva la prosperidad aún seré más rico. Me encanta esta sociedad. Algunos protestan. Son los menos. Clase media acomplejada. Clase media hipotecada.
La hipoteca. ¡Qué bonito invento! El más eficaz para la integración social. El banquero como el amigo principal del pueblo. Todos dependiendo de mí y yo en lo más alto. Prestando dinero. Haciendo de judío pero sin rechazo social. La casa de tus sueños al alcance de todos los bolsillos. Los banqueros haciendo feliz a la gente. El mundo al revés. Ya no se presta por necesidad. Se presta por estatus. La posición social dependiendo del banco. El banco en el eje de todas las esperanzas. ¡Salvad al banco! Él salvará a la sociedad. La clase media necesita de hipoteca. Sus miembros necesitan enseñar su casa a sus amigos.
El banco te permite presumir de vivienda. Aunque no comas. Aunque no llegues a fin de mes. Aunque tengas que pedir prestado a tu familia. Aunque rompas las huelgas por pagar el piso. Aunque tu vida se reduzca a pagar la letra. De nuevo los pobres vergonzantes. Pero con casa. Con una buena casa. Menos los desahuciados, claro. El banco no puede ayudar a todo el mundo.
La burbuja inmobiliaria. Invento del PP. Chollo del PSOE. Ganancias fáciles. Peligro a la vista. Mérito de los políticos. Irresponsabilidad de los políticos. Nadie avisó al ciudadano. No interesaba. Hasta que llegó la crisis. Millones de personas arruinadas. Millones de parados. Nueva irresponsabilidad de los políticos. Ahora sí dan la cara. Pero con los débiles. No con los bancos. Fin de los sueños. Creencia en ellos. Hay que salvar a los bancos Vota PP-PSOE.

lunes, 14 de enero de 2013

Un nuevo capítulo es el siguiente:

EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LOS HEROICOS DE LA IZQUIERDA
Aún existen seres que piden una imposición más justa. Pocos pero existen. A ellos quiero dedicar este capítulo. A los que no se han creído que todos seremos ricos. A los que prefieren evitar que seamos pobres. A los que aún creen que no es un robo intentar repartir la riqueza. A los pocos lúcidos de esta mísera sociedad. A los que su vanidad no les ciega el intelecto.
En mi día a día repito mucho una frase. Yo hago las huelgas aunque las haga yo solo. Sé que es una frase estúpida. Una huelga sólo es eficaz, y no siempre, si tiene un seguimiento mayoritario. Pero sé que es necesario rearmar moralmente a esta sociedad obtusa. Pocos comparten mi pensamiento. Más bien, al contrario. Para la mayoría soy gilipollas. Y la mayoría de las personas que conozco son de izquierdas.
Extraña sociedad ésta en la que vivo. Discurso de pobres si las cosas no van bien. Pensamiento de ricos en el fondo. Pijos de izquierda con su móvil de última generación, su ropa de marca y su presumir de viajes. Lo público como recurso de última instancia. Soy de izquierdas, pero llevo mis hijos a un colegio concertado. Hay que seguir adelante pese a ellos. Pero hacen daño, mucho daño.
Contradicciones sociales. Es tan bonito soñar con ser rico sin dejar de sentirme del pueblo. ¡Qué corazón tengo! Con lo que valgo no me siento más que los demás. Hasta doy lecciones morales y largo contra la derecha. Esos no son demócratas, yo sí lo soy. Ésos aún creen en jerarquías sociales, yo tengo más sensibilidad social.
Soy de izquierdas. Hablo mucho, demasiado. Muchas bravatas. Me comprometo poco o nada. Las huelgas, ¿para qué? Hay que hacerla indefinida, claro, pero no me muevo. Le reprocho a los sindicatos que no la convoquen. Con los mineros sí la convocan. No veo la contradicción. No va conmigo. Que luchen por mis derechos otros. Como si yo fuera tonto para perder dinero. Estoy con el pueblo, pero no soy tan tonto como el pueblo. Me indigno y es suficiente. Me quejo por Internet anónimamente. Es gratis y no me señala. Eso sí, soy tolerante, abierto y defiendo la libertad. Nada de prejuicios religiosos. Ésto es progresismo.
Soy de izquierdas, porque ahora los de izquierdas somos los buenos. Queremos el mismo éxito en la vida que los de derechas, pero con valores superiores. Nada de elitismos, tenemos asumido un espíritu democrático. Mucho colegueo. Mucho buen rollo. Nada de prejuicios sexistas. Nada de prejuicios racistas. Todos iguales, pero yo por encima. Afecto calidad y juego al golf. Quiero calidad. Presumo de haber ido a Arzak. Pienso como un rico. Soy de izquierdas, pero primero mi éxito, luego los problemas colectivos.
Conozco varios cachorros socialistas. Sé su forma de pensar. Tengo un amigo de izquierdas, llamémosle P. Yo soy funcionario. Está a favor de que me despidan porque con sus impuestos no tiene porque soportar tanto aprovechado. Yo he estudiado: yo no tengo mérito. Él hace dinero: él sí tiene mérito. Él trabaja en una multinacional. Ahora su empresa se va a deslocalizar. Que disfrute de las bondades de la empresa privada. Que disfrute del capitalismo. A ver si con un poco de suerte trasladan su empresa a la Cochinchina. A lo mejor mi amigo P. entonces se humaniza. A lo mejor ni eso. Habla tan bien cuando me discursea. Se siente tan superior. Verdad capitalista. Verdad superior. Verdad irrefutable. Verdades.
Mi amigo es hijo de obrero. Le emociona la lucha contra la dictadura de sus ancestros socialistas. Esta lucha le ha permitido jugar a nuevo rico. Adscripciones de izquierdas con anhelo de ganancias de derechas. Los de izquierdas también queremos ser jefes. Discurso de la voluntad. Admiración por el hombre hecho a sí mismo. Me he esforzado. Me lo merezco. Porque yo lo valgo. Es tan fácil justificarse a sí mismo. Es tan difícil ponerse límites a la ambición. Es tan difícil tener conciencia social. No son tiempos para ésta.
¡Qué panorama con los seres de la izquierda actual! Defender derechos con el freno de mano echado. Calculando lo que gano y lo que pierdo a cada paso. Viendo hasta dónde llega mi compromiso. Si me afecta directamente y pierdo lo que tengo sí me comprometo. De otro modo, suelto un discurso y miro a otro lado. Gran pensamiento de izquierdas: movilizarse por intereses egoístas y no por motivos solidarios. Espíritu sindical, reflejo del individualismo de izquierdas. ¡Qué grandes diferencias con la derecha!
Con esta izquierda, la derecha está muy cómoda. Una izquierda que es derecha, lógico que la derecha sea ultraconservadora. Keynes se ha transformado en un comunista. Un liberal hecho comunista por el triunfo del neoliberalismo. Hasta los de izquierda son neoliberales. Utilizando a Keynes para justificar la socialización de las pérdidas de los bancos. Sin condiciones. Intervención del Estado para salvar los beneficios de los banqueros. Ruina del Estado para salvar las fortunas de los más ricos. Neoliberalismo keynesianizado. Pese a ello Keynes es el nuevo Lenin. Es un hereje económico. Sus ideas representan una amenaza social. Una amenaza a la sociedad neoliberal.
Es difícil escapar a esta marea de pensamiento único. Tengo amigos que piensan como yo. Hacen las huelgas. Intentan comprometerse. No son comunistas. También creen en la democracia. No son tan ejemplares como el resto de la izquierda. No creen en valores superiores. Sólo quieren vivir bien. Son también egoístas pero saben que necesitan de los demás. Son pocos. Somos ridículos. Tenemos miedo, pero no por la crisis económica, sino por la pérdida de derechos.
Intentaremos resistir. Como el irreductible pueblo galo. En este envite no nos va la vida, pero sí el bienestar. Necesitamos de los demás. Que se vayan sumando. Que se olviden del cainismo de la clase media. Algún día volverán. Seguro. Pero no sé si antes de que todos lleguemos a pobres. Y entonces será peor. O revolución o fascismo. Mierda de la izquierda actual.
Sueño de ricos de las izquierdas. Pérdida inevitable de derechos. Hay culpables: los partidos de izquierda clamando contra el miedo a la derecha. Después gobiernan: ningún espíritu de izquierda. Se otorgan privilegios propios. Legitiman a la derecha. Ésta retira derechos. Se repite el proceso. ¿En quién confías? Vota PP-PSOE.