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sábado, 19 de enero de 2013

El decimoquinto capítulo es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: EL MIEDO A LA CRISIS
Políticas de miedo. Recurso recurrente de los poderosos. Hay que unir a la población frente a las amenazas exteriores. En el pasado era la guerra. En los años ochenta fue el SIDA. Ahora es la economía quien amenaza al pueblo español. Los especuladores nos acechan. Nadie sabe quienes son. Nadie nos lo explica. Pero saldremos de la crisis todos unidos. Eso sí, más pobres.
Peligro de estirar la cuerda demasiado. Mientras la clase media sueña con ser rica está tranquila. Es civilizada. Odia la violencia. Cuando el pánico a ser pobre llegue a la clase media, ¡cuidado! Su pacifismo es pura apariencia. Sólo durará mientras crea que el orden la favorezca. Y cada vez cree menos en el sistema. No está acostumbrada a protestar pero la rabia estallará. Cuando por fin descubra la estafa social. Cuando por fin su vanidad no oculte el engaño. Y en democracia no es tan fácil la represión. Los políticos juegan con las ilusiones de muchas personas. Los políticos juegan con fuego. Aunque tardarán en quemarse. Hoy por hoy, la gente es boba.
Los políticos aún pueden dormir tranquilos. ¿Cuánto tiempo? No sé, un año, dos tres, cuatro, a saber. Todo tarda, pero todo llega. La explosión social llegará. Como llegó la crisis tras años de especulación. Todo el mundo sabía que el crecimiento anterior era insostenible. Todo el mundo confiaba en que la burbuja inmobiliaria no estallaría. Pero estalló. Y también estallará el descontento social. Es cuestión de tiempo.
La gente tardará en reaccionar. Mientras identifique la salida de la crisis con la futura prosperidad personal se mantendrá tranquila. Mientras impere el miedo a la crisis y crea en soluciones mágicas se mantendrá tranquila. El ser hispánico es muy tonto. Es ingenuo hasta decir basta. Pero espabilará. Y el miedo a la crisis dejará de funcionar. Porque aprenderá que es un engaño. Que la crisis beneficia a algunos. Que la salida de la crisis ya no le beneficiará a él.
El miedo a la crisis. El miedo a la ruptura del euro. El miedo al apocalipsis financiero. Salida del euro, desastre macroeconómico. La necesidad de un euro fuerte como fundamento del progreso social. Será para otros. A mí el euro me ha traído subidas de precios y bajada del salario. No es mi amigo. No es el amigo de la mayoría de los españoles. No quiero el euro. Pierdo con él. Incluso cuando la economía iba bien. Y no era el único. Ahora pierdo más por salvarlo.
Bombardeo informativo. Los medios oficiales repiten y repiten la misma palabra: crisis, crisis y crisis. El miedo ahoga la racionalidad. El miedo a la crisis no deja al españolito pensar. El ciudadano español acojonado. Pero estamos en la sociedad de la información. Hay otros conductos de comunicación. No todos se pueden censurar. Irá conociendo otras versiones de la realidad. Irá procesando tantas y tantas mentiras oficiales. Irá descubriendo la pobreza. Reflexionará sobre su estado. Y ya no será tan fácil contentarle. Ya no será tan fácil asustarle.
El miedo a la crisis. Los españoles aman a su país. Los españoles entienden la dificultad de la situación económica. Los españoles deben de sacrificarse por el bien de España. Necesidad de tener altura de miras. Necesidad de que los españoles hagan causa común para salir de ella. Valores de grupo. También éstos dejarán de ser creíbles. La crisis no compromete de igual modo a todos. Unos, los más, ven caer su nivel de vida, otros, los menos, evaden capitales. Los primeros volverán a pensar en un ajuste de cuentas. Volverán a hablar de injusticia. No se piden sacrificios sin compensación. No se piden sacrificios sin contrapartida. El odio social renacerá cuando la pobreza se asiente. Y no tardará. Aumentan los parados de larga duración.
El miedo a la crisis. Algún día fallará. Entonces, los poderosos intentarán reforzar el orden porque saben que, con la penuria social, aumentará la delincuencia. Gracias a ésta, les será fácil inventar nuevos miedos que atenacen a la sociedad y así, de paso, usarán la fuerza contra la contestación social. Pero la fuerza tiene un límite en democracia. En ésta es mejor tener a una clase media aletargada que  a una clase baja cabreada. Los ricos habían convertido a los españoles en perfectos peleles. Los van a obligar de nuevo a pensar. Y no pueden destruir a la democracia. Es el valor supremo. Se identifica con el capitalismo. Es un juego peligroso. O destruyen la democracia o destruyen su egoísmo. Tratarán de adulterar la democracia. Ya lo están haciendo. Gobierno del FMI y del BCE. Gobiernos de tecnócratas en Italia y Grecia. Fin de la legitimidad. ¿Inicio del fin de la democracia?
La economía por encima de la política. La economía como único lenguaje social. La política al servicio de la economía. Los políticos convertidos en correa de transmisión de los financieros. Los políticos convertidos en el pararrayos del descontento popular. Los políticos muy bien pagados por ello. Los políticos legitimados por luchar contra la crisis. La gran mentira a punto de estallar. La gente busca otros políticos. La gente no los encuentra. La gente no se fía. Pero volverá la política. Para bien o para mal. Para recuperar derechos o para recuperar demagogias. Pero habrá un cambio. El pueblo también genera su propio miedo. El miedo a las masas. Pobres élites. Ya no les valdrán sus trucos. Vota PP-PSOE.

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