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sábado, 2 de febrero de 2013

El vigésimo séptimo capítulo del ensayo es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LAS CLASES MEDIAS
España, país de desigualdades. España, país de nobleza y campesinado. Miseria campesina. Perpetuada a través de los siglos. Con minifundio en el norte. Con latifundio en el sur. Pero con el mismo resultado. Vida triste. Vida de subsistencia. Generación tras generación. Siglo tras siglo. Unos pocos disfrutando de la vida, una mayoría lamentando haber nacido. Sin conocer el placer. Sin conocer la felicidad. Sólo conociendo la miseria. Sólo conociendo la desgracia.
Pobreza de los españoles. Hasta tiempos muy recientes. Filmada por Buñuel. Documental sobre Las Hurdes. Hace menos de un siglo. Imágenes para llorar. Así vivían los españoles. Así vivieron aún nuestros bisabuelos. Así vivieron aún muchos de nuestros abuelos. Segunda mitad del siglo XX. Cambia la suerte del ser hispánico. La prosperidad empieza a alcanzar sus filas. La riqueza se reparte. La mayoría sale de pobre. Se forman las clases medias. El ser hispánico aprende a comer bien. El ser hispánico aprende a vivir bien.
Las clases medias. Acceso al bienestar. Olvido del estado anterior. Es duro recordar. La psicología del individuo tapa el lado amargo de la vida. Prefiere el lado amable. Los españoles acostumbrados a la buena vida. Los españoles alejados de los malos recuerdos. Confiados sólo en mejorar. Creyendo en el progreso. Creyendo en su capacidad. Creyendo en sí mismos. Olvidando la tradicional indefensión del ser hispánico. Olvidando su ancestral vida desgraciada. Creyendo que los tiempos han cambiado para siempre. Creyendo que los derechos son inalienables. Creyendo que la prosperidad es inalienable.
Pecado de las clases medias. Se olvidaron muy rápido de que se puede ser pobre. Se olvidaron muy rápido de que siempre hubo ricos y pobres. De que nunca dejó de haber ricos. De que éstos son muy egoístas. De que querían recuperar el terreno perdido. De que estaban esperando su oportunidad. De que estaban esperando que la sociedad bajase la guardia. Y las clases medias bajaron la guardia. Se creyeron ricas también. Y no lo eran. Su riqueza era otorgada. Su riqueza era dependiente. Y los ricos de verdad dijeron basta. Y las clases medias no entendieron. Las clases medias cedieron. Las clases medias se empobrecieron.
Las clases medias. Preocupadas por su bienestar físico se olvidaron de que la mente también hay que tenerla activa. Mente sana en cuerpo sano. Obsesión por el deporte moderna. Todos a cuidarse. Todos al gimnasio. Todos a hacer footing. Todos a hacerse la cirugía estética. El lema clásico falla por el lado más impensado. La sabiduría de los antiguos errando por el lado de la mente. Las clases medias. Cuerpo sano en mente enferma. Nadie piensa ya. Ha llegado la edad de oro. La edad de la eterna juventud. Cuidemos sólo la salud propia. No cuidemos la salud social.
Cuidemos la estética. Cuidemos la calidad. Vivamos en mundo artificial. En un mundo de seres selectos. En un mundo de productos selectos. Presumamos de ir al Arzak. Presumamos de pagar por no comer. Refinémonos ya que vamos a ser todos ricos. Imitemos el modo de vida de las clases altas. Las diferencias sociales han desaparecido. Los hábitos populares han desaparecido. La comida tiene que ser sana. La vida tiene que ser sana. Todo tiene que ser sano. Menos la mente. La mente está podrida. El ser de clase media se ha vuelto narcisista. El ser de clase media sólo piensa en sí. El ser de clase media ha perdido la perspectiva. La perspectiva de su propia destrucción. Somos clase media. Sigamos viviendo falsamente.
Preocupémonos sólo de nosotros mismos. De nuestro peso. De nuestra dieta. De nuestros gustos. Compremos ropa de marca. Busquemos marcar distancias con el prójimo. Busquemos marcar nuestra calidad. Poner nuestro sello en los objetos que nos rodean. Ropa cara, coches caros, viajes caros, todo nos lo podemos permitir. Despilfarremos. Aunque nos endeudemos. Aunque empufemos a nuestros familiares. Aunque los salarios vayan a menos. Presumamos. Mientras salgan las cuentas, presumamos. Lo demás no tiene importancia. Vivamos como ricos puesto que todos viven como ricos. Y yo no soy menos. Yo soy clase media.
Las clases medias. Los viejos olvidaron su amargo pasado. Los jóvenes nacieron viviendo bien. Todos creyeron que no había vuelta atrás. Creyeron en una sociedad sin clases. En una sociedad sin luchas de intereses. En una sociedad garantista que protegía al individuo. En una sociedad donde el individuo tenía satisfechas las necesidades básicas. En una sociedad donde el individuo tenía que ser ambicioso. Que siempre se iba hacia adelante, nunca hacia atrás. Y llegó la crisis. Llegó el momento de contrastar la prosperidad alcanzada. Y los españoles no entendieron la marcha atrás. Y era su culpa. Y ellos no se sentían culpables. Ellos se sentían ricos.
Pobre clase media. Los pobres venidos a ricos no entienden que no se puede ser rico permanentemente. Ya lo dice el nuevo gobierno de Hispania. Los españoles hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Tenemos que pagar por ello. Tenemos que pagar la soberbia de habernos sentido ricos. Tenemos que pagar la urgencia de haber jugado a ricos con dinero ajeno. Tenemos que entender que volvamos a ser clase baja. El gobierno nos hará el favor de devolver la sociedad hispana a su estado natural. Las medidas para salir de la crisis van en esta línea. Recorte generalizado de derechos. La riqueza de nuevo en manos de unos pocos. La pobreza de nuevo repartida entre muchos.
Triste regresión de la clase media hispánica. Producto de los anteriores años de bonanza. Los españoles votando el neoliberalismo. Haciendo un gran uso de la democracia. Votando a favor de gobiernos que elaboraban leyes injustas. Creando el caldo de cultivo para la pobreza. Sin ojos para analizar la realidad. Aprobando la Constitución Europea. Las clases medias comportándose absurdamente. Votando contra sí mismas. Perjudicándose a sí mismas.
Triste regresión. Costó muchos siglos que una mayoría de pobres tomara conciencia de la injusticia y cambiara la sociedad. Costó tanto que es difícil de entender por qué se produjo. Los pobres son seres resignados. Pero cambiaron. Y lucharon por vivir bien. Lucharon mucho. Y consiguieron vivir bien. Se crearon las clases medias. Fin de la historia. O no. Desgraciadamente.
Triste regresión. Penosa lección de historia. Las clases medias triunfaron. Las clases medias se confiaron. Se acomodaron. Perdieron el espíritu de lucha. Y en pocos años van a perder las ventajas que se tardaron mucho tiempo en conseguir. Van a perderlas por olvidar su origen. Por olvidar su lugar social. Por creerse más de lo que son, van a conseguir ser menos. Por no defender sus derechos, van a perder su bienestar. Van a volver a pobres, sintiéndose ricos. Porque las mentalidades cambian lentamente. Porque una mente enferma tarda mucho en curar. Pero los cambios sociales son muy rápidos. Y el fin de las clases medias está siendo rápido, aún más rápido que su aparición.
Las clases medias. Un interesante y pasajero fenómeno social que las futuras generaciones estudiarán en los libros de historia. Sin entender mucho. Sin entender cómo pudieron unas personas que vivían bien dejar que otras que aún vivían mejor las convirtieran en pobres. Sin entender cómo este cambio se produjo en un sistema democrático. Sin entender cómo los gobiernos elegidos por las clases medias las degradaron en clases bajas. Pero así es el votante. Sobre todo el votante español. Sabe bien con quien se tiene que identificar. Sabe bien a quien tiene que votar. Elige bien. Elige siempre bien. Vota PP-PSOE.
El capítulo siguiente es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: EL CAPITALISMO
España está en crisis. La peor expresión del capitalismo se ha instalado en el solar hispano. Muchos españoles de nuevo desconfían del capitalismo. De nuevo se escuchan tesis anticapitalistas. De nuevo se desempolvan viejas consignas sobre el pueblo trabajador y la explotación que sufre por los ricos. De nuevo reaparecen expresiones como proletariado, imperialismo, lucha de clases o plutocracia. De nuevo la gente duda del capitalismo. Pensaba que éste sólo traía riqueza y ahora se entera que también trae pobreza.
El capitalismo. Sistema económico sagrado hasta fechas recientes. Tan interrelacionado con la democracia que son imposibles de deslindar. Renunciar al capitalismo es como renunciar a la democracia. Ésta aporta la libertad política, el capitalismo aporta la libertad económica. Los dos tienen que ir de la mano. Los dos se complementan. Los dos son el garante del bienestar del individuo.
El bienestar del individuo amenazado. Por el propio capitalismo. Algo falla. Algunos añoran el comunismo. Añoran su combatividad social. Se olvidan del comunismo real. Se olvidan de sus abusos. Pero buscan alternativas. El capitalismo está fallando. También está produciendo abusos. Y el comunismo ya no es alternativa. Ya no hay límites para el capitalismo. Ya no hay límites para los grandes capitalistas.
La caída del muro de Berlín. Fin del capitalismo humano. Vuelta al capitalismo salvaje. El neoliberalismo entrando a saco en Europa. Un capitalismo que creó clases medias sustituido por un capitalismo que las destruye. Un capitalismo que intentaba evitar la pobreza de la población para que no apoyaran al comunismo sustituido por un capitalismo al servicio del incremento de la riqueza de unos pocos. Un capitalismo de nuevo en estado puro. Un capitalismo de nuevo basado en la ley del más fuerte.
La construcción del euro. Años noventa. El nuevo capitalismo a escena. La globalización en ciernes. Los sindicatos dormidos. Los españoles creyendo en el capitalismo europeo. El antiguo. Los españoles recibiendo el capitalismo europeo. El nuevo. El neoliberalismo imponiendo sus criterios. Los españoles ciegos ante la tormenta que se avecina. El mito europeo demasiado poderoso. El pasado de pobres demasiado poderoso. El nuevo escenario demasiado extraño. Los españoles perdiendo soberanía. El capitalismo ganando poder.
El euro. Capitalismo sin límites. Moneda común sin democracia común. El pueblo ha dejado de ser soberano. Elige gobiernos que reciben instrucciones de los bancos. Gobiernos que sacan pecho con el pueblo, pero que no lo pueden sacar con los ricos. Gobiernos fuertes hacia abajo, gobiernos débiles hacia arriba. Marco político nacional en marco económico transnacional. Políticos convertidos en domadores del pueblo. Sin responsabilidades. Escudando sus decisiones en la necesidad de construir la nueva Europa. La nueva Europa capitalista.
El nuevo capitalismo. El neoliberalismo. El mito del hombre hecho a sí mismo calando entre las clases medias. Los derechos sociales vistos como estorbo. Es tan fácil prometer la riqueza cuando no existe el recuerdo de la pobreza. La vanidad del hombre es infinita. Siempre mira hacia arriba. Siempre se imagina como millonario, no se imagina como indigente. Normal. Pero la imaginación es la imaginación y la realidad es la realidad. Y a la nueva realidad están despertando los españoles. Algunos más lentamente, otros más bruscamente. Algunos aún manejan euros, otros ya no los manejan. Algunos aún mantienen el sueño capitalista, otros ya han descendido a la realidad capitalista.
Tengo amigos argentinos. También ellos conocieron el sueño neoliberal. Años noventa en Argentina. La población viviendo a crédito. Moneda fuerte. Venta de empresas públicas. Privatizaciones a gogó. Falsa prosperidad. Los sueños se acaban. Primeros tiempos del nuevo milenio. El corralito. Los sueños arruinados. Las familias arruinadas. El neoliberalismo sin culpa. Aplicándose en Europa. Los irlandeses ciegos. Los españoles ciegos. Aún vivían en su falsa prosperidad.
Entrada en el euro. Los españoles sin reflexión. Venta de las empresas públicas más importantes. Boyantes negocios para avispados. La riqueza de España en manos extranjeras. Se la echa en falta en esta crisis. Demasiada dependencia del chantaje exterior. La deslocalización amenazando. El gobierno cediendo. La población cediendo. La población sin recuerdo. Entrada en el euro. Éxito político. El gobierno consigue mayoría absoluta. Ya somos europeos. Ya somos ricos. Ya seremos pobres.
El capitalismo del euro. Yo soy un burgués y quiero seguir viviendo como un burgués. No soy comunista, vivo demasiado bien como para añorar el comunismo. Pero como vivo bien, no quiero vivir mal. Quiero una seguridad en mi bienestar. No quiero que me cuenten pamplinas de flexibilidad laboral, formación permanente o competitividad. El capitalismo genera riqueza, que la reparta. Hubo un tiempo en que la repartió por el miedo al comunismo. Yo quiero que la reparta por el miedo al buen uso de la democracia. Quiero que las clases medias espabilen, que los derechos que tanto ha conseguido alcanzar no se dejen perder en pocos años. Quiero que la crisis no sea una excusa para un futuro de pobres. Quiero que la población se entere de que el capitalismo sin reglas hace ricos, pero también hace pobres. Y que hace muchos más pobres que ricos.
El capitalismo del euro. El desengaño de la nueva moneda. El saqueo legal de las clases medias. Subidas de precios y bajadas de salarios. Pérdida de condiciones laborales. Inflación galopante en el precio de la vivienda. Incremento de los impuestos indirectos. Todo son mejoras. Ahora se terminó el crédito. Ahora se observan mejor las ventajas del nuevo capitalismo. Ahora algunos aprenderán, otros seguirán en el limbo. Los que aún no se han empobrecido. Los que seguirán creyendo en Europa. En esta Europa. Los que seguirán votando. Vota PP-PSOE.

miércoles, 30 de enero de 2013

Un nuevo capítulo es:

EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LA SOCIEDAD DE LA ENVIDIA
De un tiempo a esta parte los españoles nos hemos vuelto ambiciosos. Han llegado nuevos tiempos. Se ha acabado por fin la tradicional resignación hispana. Aquella aceptación de las jerarquías como un mal inevitable. Se ha acabado la tradicional sumisión a la Iglesia, al ejército o al trono. Es un gran logro. Los españoles confían en sí mismos. No se ponen metas. No aceptan subordinaciones. Una nueva vitalidad recorre Hispania. La vitalidad del triunfador. La vitalidad del que no se rinde. El español es a día de hoy orgulloso. El español tiene voluntad de mejora. El español no se deja pisar.
Es una gran cosa  esta fe en sí mismo del nuevo español. Tiene muchos valores positivos. Muchos españoles se han descubierto cualidades insospechadas. Muchos tienen liderazgo. Muchos tienen iniciativa. Muchos son emprendedores. Los españoles se quieren a sí mismos. Creen en sí mismos. Desgraciadamente no es oro todo lo que reluce. También existe un lado opuesto. Un lado malo muy triste. Los españoles compiten. Los españoles compiten mucho entre sí. Y la competencia no es siempre sana.
España se ha transformado en el reino de la envidia. Los españoles no aceptan la subordinación. Los españoles no aceptan ser menos que nadie. Consecuencia. No aceptan que su vecino esté mejor que ellos. Les duele que su vecino esté mejor que ellos. Otra consecuencia que refuerza la anterior. Los españoles quieren ser ricos. No discuten la existencia de ricos en la sociedad. Ellos son ambiciosos. Los ricos copan mucha de la riqueza de la sociedad. Queda menos para repartir. Queda menos para el resto. Consecuencia final. Un español no acepta que su igual viva bien. Puede significar que a él no le llegue. Puede significar que él tenga que vivir mal. Pensamiento racional o pensamiento irracional: no importa. Funciona. Funciona en la sociedad hispana.
Ha llegado la crisis. Este pensamiento envidioso se impone. Los españoles desean la nivelación social hacia abajo. Yo no puedo prosperar. Pues castigo para todos. Los españoles nos hemos puesto a gobernar. Los españoles animamos al gobierno a que recorte en todo lo que sobra. Todo lo que sobra muchas veces son personas. A los españoles no les importan las personas. A los españoles sólo les importa su persona.
Soy funcionario. No quiero hurgar más en mi condición privilegiada. Soy profesor de la enseñanza pública. La enseñanza pública tiene rivalidad con la enseñanza concertada. Muchos de mis compañeros son partidarios de acabar con la enseñanza concertada. Yo también. Pero discrepo en los medios. Ellos quieren acabar con ella de golpe. Quieren soluciones rápidas. Yo no quiero soluciones rápidas con personas. Yo no quiero que echen a los profesores de la concertada a la calle sin contrapartidas. Son personas. Tienen familias.
Algunos me dicen que es imposible no recortar nada. Que no hay dinero para todo. Que el dinero se debe administrar mejor. Con esto último estoy de acuerdo. Debe haber más transparencia. Deben conocerse mejor los negocios ocultos del Estado. Deben conocerse mejor los negocios ocultos de los poderosos. Porque sí hay dinero. Que debe aflorar. Que debe ser redistribuido. Que no debe quedar en pocas manos. Que debe beneficiar a las personas.
Los recortes. La población empobreciéndose. Los españoles en un sálvese quien pueda. Aplaudiendo las medidas contra su vecino. Como si el daño ajeno los inmunizase. Sin pensar en justicia. Porque el español quiere ser rico. Porque al español no le importa que sus vecinos sean pobres. Porque predica ajustes sin buscar el dinero donde lo hay. Porque no piensa que lo lógico es pedir dinero a quien lo tiene. Porque la gente que lo tiene, porque tiene mucho, no retrocederá a pobre. Y los vecinos del español sí retrocederán a pobres. Y él irá detrás. Forma parte del vecindario.
La sociedad del bienestar. La sociedad de la envidia. La sociedad en que todo el mundo quiere vivir bien sin desear que el prójimo viva bien. Extraña sociedad con extraña moral. Moral individualista. Falta de moral social. Falta de moral que sea sensible a los débiles cuando uno es débil. Extraña percepción de uno mismo. El español sintiéndose ambicioso. El español creyéndose más de lo que es. El español sintiéndose fuerte sin serlo.
Cambio de mentalidades. En principio positivo. El español ya no se deja pisar. En realidad negativo. El español deja pisar al vecino. El vecino deja que le pisen a él. ¡Qué falta hace una moral social! Una moral que no disculpe las acciones de los fuertes. Que no permita que éstos justifiquen su egoísmo con razones económicas. Que no permita que éstos hagan chantaje a la sociedad sin perder la buena conciencia. Una moral que haga que los españoles vivan mejor. Creyendo en sí mismos sí, pero defendiéndose unos a otros. Porque los fuertes son fuertes por sí mismos y los débiles sólo lo son unidos.
La sociedad de la envidia. Los españoles llenos de ambición. Moral de voluntad. Moral individualista. Una moral equivocada. Una moral que no refrena el egoísmo de los ambiciosos. Una moral que traslada al derecho el predominio de unos pocos. Que permite el renacimiento de morales ya desterradas. Vuelve la moral de pureza. Vuelve la autoridad moral de la Iglesia. Normal en una sociedad en que cada vez hay mayor diferencia entre ricos y pobres. Normal en una sociedad que de nuevo tiene que lavar muchas conciencias. Normal en una sociedad que de nuevo culpabiliza a los pobres. No triunfan. Tienen vicios. Vota PP-PSOE.

lunes, 28 de enero de 2013

El vigésimo cuarto capítulo es:

EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO. LOS MERCADOS
Los mercados. Palabra ominosa. Palabra amenazante. Los nuevos hunos. El coco de los niños convertido en los mercados para los adultos. Los mercados. Seres sin rostro, seres sin nombre. Nadie los conoce. Nadie informa de quienes son. Pero roban, asolan, destruyen, atacan por doquier. Nada les contenta. Son insaciables. Son crueles. No tienen principios, no tienen límites, no tienen forma. O no la tienen para el ciudadano.
Los mercados. Ladrones ocultos. Interés en que no se conozcan sus nombres y apellidos. Sociedad de la información desinformada. Ladrones de guante blanco. Ladrones respetables. Ciudadanos con dos caras. Altruistas y benefactores públicamente. Especuladores y saqueadores privadamente. Ladrones poderosos. Ellos controlan la información. Ellos ocultan sus operaciones mercantiles. Ellos manipulan a la sociedad. Ellos roban a la sociedad. Ellos son los buenos.
De nuevo los ricos como los buenos. La población sin derechos obligada a estar agradecida de que le den un empleo. Obligada a estar agradecida de que le paguen bien por su trabajo. Obligada a estar agradecida de que inviertan en su país. Vivir del favor ajeno y no del derecho propio. Volver a confiar en que los amos sean buenos. El dueño de Mercadona como empresario ejemplar. No tener defensa para el caso contrario. No tener defensa para los potenciales abusos. Los mercados son buenos. Los ajustes son necesarios.
La población. Inerme ante el despojo. Acostumbrada a pensar en grande, ahora tiene que pensar en pequeño. Y no sabe. Ha perdido la desconfianza hacia los de arriba. Creía que éstos iban a respetar el contrato social. Que la riqueza iba a ser repartida. Que la fuerza de trabajo también era valorada. Que la sociedad del bienestar era para siempre. Que las clases medias eran para siempre. La ingenuidad que se paga. Los mercados se la hacen pagar a la población.
La población hispana. Confiando en la solidaridad de sus ricos. Todos remamos en el mismo barco. Evasión de capitales. Paraísos fiscales. Chalaneo con la deuda pública. La única patria actual de los ricos es el dinero. La globalización ha creado una clase de millonarios sin alma. Millonarios sin compromiso social. Al menos antes, cuando había guerras, la aristocracia conservaba la función militar.  Los ricos tenían que jugarse la vida como los demás. Ahora para ellos son sólo ventajas. Dominan la política sin dar nada a cambio. Tienen el poder legal. Imponen la subida del IVA. No la imponen a los productos de lujo.
Solidaridad social. Solidaridad de los ricos entre sí. Para favorecer a los ricos extranjeros se despoja a las clases medias españolas. Pero no a los ricos españoles ¡Qué suerte tienen! ¿Participarán ellos también en el saqueo? No creo. No hay que ser mal pensado. Ellos son patriotas. El gobierno siempre habla de los esfuerzos de España. Y España somos todos. Ricos y pobres. Sólo pasa que unos tienen más suerte que otros.
Los ricos. Los mercados. Hay que tenerlos contentos con recortes. Hay que recuperar su confianza. Hay que alimentar su voracidad. Extraña política de apaciguamiento. Como con Hitler. El mismo éxito. El mismo fracaso. Las lecciones de la historia se olvidan a propósito. Interesado y extraño olvido. Connivencia entre políticos y banqueros. Mutuamente se tapan. La culpa de la crisis, ya se sabe, es de otros. Ayer de los controladores aéreos, ahora de los funcionarios, mañana de los inmigrantes. Para eso controlo la información. Para eso la manipulo. Para eso tengo la complicidad de los tertulianos. Para eso tengo la complicidad de los periodistas. Para esto tengo la complicidad de los políticos.
Los políticos protegiendo a los banqueros. Éstos no protegiendo a los políticos. Éstos caerán a los píes de los caballos. De los mismos caballos a los que intentan conducir a los funcionarios. Los políticos buscan el desprestigio de éstos. Los políticos se equivocan al jugar sucio. La gente también se revolverá contra ellos. Los malos serán ellos. Con el beneplácito de los millonarios. Éstos aún juegan más sucio. ¡Qué más les da a éstos unos culpables que otros!  Lo importante es alimentar la carnaza popular. Las víctimas son indistintas. Los políticos también pagarán su servilismo.
Los mercados azuzando a través de los políticos el miedo a la crisis. El terror al colapso económico favoreciendo los recortes. Un miedo cerval paraliza las conciencias ciudadanas. La población traga con todo. No piensa. Ha perdido el hábito de desconfiar. Cree en la información. Cree en las mentiras. No racionaliza. Piensa que los recortes son justos. No piensa que favorecen a unos pocos. No piensa que perjudican al bien común. Piensa que todos creen en éste. No piensa que los millonarios sólo creen en su dinero. En el modo de incrementarlo. La población no sabe aquello de que el fin justifica los medios. Los mercados sí lo saben.
Los mercados. Los economistas. Nuevos gurús de la realidad social. Nuevos falsos adivinos. Predicciones de recuperación económica que nunca se cumplen. Modelos económicos que conducen a la miseria. Reformas y reformas económicas que no garantizan nada más que el empobrecimiento de la población. Planes de recuperación a nivel nacional a base de aumentar la indigencia a nivel personal. Extraños mecanismos de crecimiento en una sociedad de consumo. El bien común al servicio de unos pocos. Retroceso social sin contrapartidas. Retroceso social sin final.
La democracia como falso poder popular. El pueblo al servicio del enriquecimiento de una minoría. El ciudadano sin futuro votando su propia caída. Volviendo a dejar su destino en manos ajenas. Apoyando su futura marginalidad. Apostando por una sociedad de consumo en que él sea el parado. Apostando a vivir sin dinero en un mundo consumista. Apoyando su propia desgracia. Por confiar en el sistema. Por confiar en el sistema que promete hacerse ricos a los que no van a pasar de pobres.
Yo no quiero vivir en una economía en que el país crezca y yo pierda. Yo no quiero ser un desclasado en mi propia sociedad. Yo no quiero que mi vida la controlen los mercados. Yo quiero trabajar. Y no quiero rebajar mis condiciones de trabajo. Yo quiero vivir bien. Yo no quiero la jornada laboral de las sesenta horas. Yo quiero mis vacaciones pagadas. Yo no quiero asistir a mi retroceso social sin que exista un retroceso económico de los más ricos.
Yo no quiero perder mientras otros ganan. Yo quiero vivir de mis derechos, no de las promesas ajenas ni de la ambición propia. Yo quiero tener unas garantías de bienestar futuro, no una falsa confianza en mi potencial dentro de una sociedad injusta. Yo tengo mi vanidad, pero también mi lucidez. Prefiero no ser pobre que ser rico. Prefiero que mi gobierno meta mano a los mercados que confiar en mi futura condición de hombre hecho a sí mismo. Pertenezco a la clase media. Aún estoy más cercano a pobre que a rico. O así lo veo yo.
Otros no lo ven así. El ser humano es incorregible. El ser hispánico es suicida. Hay elecciones en España. En plena crisis económica. Gana las elecciones el PP. Promete la panacea. Promete la vuelta a la prosperidad. Es tan fácil encontrar la solución a los problemas de España. Los de derechas entendemos de economía. No hay más culpable de la crisis que la mala gestión del gobierno anterior. Los mercados son nuestros amigos. Les daremos confianza. Nos prestarán todo el dinero. Sin pedir nada a cambio. Claro. Es tan fácil de creer.
Discurso electoral para incautos. Los mercados son buenos. Los mercados no son responsables de la crisis. Al contrario. La esperanza nos viene de ellos. La gente vota al Partido Popular. La clase media quiere volver a jugar a ser rica. Mayoría absoluta. Los mercados aún son más amos. Han pasado las elecciones. La gente ha escogido. No escogerá hasta dentro de cuatro años. Hay mucho tiempo para reducir derechos. La mayoría absoluta lo permite. Los recortes se incrementan. Los españoles sorprendidos. Ya no serán ricos. Aún no se lo creen. Aún están perplejos. Aún están reflexionando sobre el sentido de su voto.
Los mercados. Los españoles no sólo no serán ricos, sino que verán su contrario. La clase media se agotará. Volverá la pobreza. Volverá la suciedad. Habíamos hecho una sociedad tan limpia. Volveremos a oler mal. Nos lo merecemos. Los mercados. Rebrotará la delincuencia. Hay que  comer todos los días, por las buenas o por las malas. Renacerá la inseguridad. Afectará a los ciudadanos. Afectará a la calidad de vida. Afectará al turismo. Nada importa. El bien común al servicio de unos pocos. Almunia asesorando a Guindos. Vota PP-PSOE.
El vigésimo tercer capítulo es:

EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LAS OBRAS FARAÓNICAS
Soy un gran aficionado al deporte. Este verano son las olimpiadas de Londres. Acaba de salir una noticia económica. El PIB inglés ha caído un 0,7% en el primer semestre de este año olímpico. Recuerdo unas declaraciones recientes de un representante de la candidatura olímpica española. La concesión de las olimpiadas a Madrid contribuirá a la salida de la crisis. Atraerá inversiones. Relanzará la economía. Mejorará el ánimo de los españoles Todo será ventajas. Sin duda. Como con las olimpiadas londinenses.
Recuerdo las olimpiadas anteriores en España. En Barcelona. Múltiples gastos. Agravamiento de una crisis que ya estaba en ciernes. Crisis menor que la actual pero crisis. Las olimpiadas de Barcelona no ayudaron al país. Más bien contribuyeron a lo contrario. Precedentes claros de que en estos eventos hay más gastos que beneficios. No importa. Los políticos lo saben. Las grandes realizaciones dan ganancias. Pero ganancias políticas.
Siempre ha sido. Obsesión antigua de los reyes por la arquitectura. Por construir ciudades. Por construir grandes palacios. Por quedar en el recuerdo de sus súbditos. Porque quede memoria de sí mismos. Los tiempos cambian. Los procedimientos del poder no. La democracia ha llegado. Pero gobiernan personas. Personas que también quieren dejar constancia de su presencia en el poder. Personas que también quieren pasar a la historia.
Las grandes obras. Las obras faraónicas. Obras al servicio de los gobernantes. Obras al servicio de su gloria. Con el consentimiento de los gobernados. Que están orgullosos de ellas. Que las consideran logros colectivos. Logros que reflejan la prosperidad de su país. Y la prosperidad de un país se refleja en el bienestar de sus habitantes, no en las construcciones monumentales. Siguientes olimpiadas. Río de Janeiro. Paraíso de las favelas.
Obras farónicas. En España sabemos mucho de ellas. Sabemos mucho de desvaríos recientes. De AVEs sin pasajeros y aeropuertos sin aviones. De Ciudades de las Artes y las Ciencias. De Terras Míticas. De despilfarros sin cuento. Que ahora pagamos. En plena crisis. Una factura sin responsables. Porque estas obras se hacían por el bien del país. Eran avances necesarios para equipararse con Europa. Para que España por fin entrara en la senda definitiva del progreso. Del progreso de unos pocos.
El AVE. Soy clase media. Trabajo de profesor. No me puedo permitir comprar un billete regular. Menos si viajo con mi familia. Me sale demasiado caro. Extraño tren al servicio de la sociedad. Prohibitivo para el bolsillo de la mayoría de los españoles. Pero pagado por todos ellos. A costa de otros gastos más utiles para ellos. El AVE. Orgullo de la clase política. Muestra de la pujanza de España. Muestra de la modernidad de España.
El AVE y la carrera espacial soviética. Claro paralelismo en el camino a la ruina. Claro paralelismo en la irresponsabilidad política. Gastos monstruosos sin sentido y sin necesidad. Como los de los ciudadanos. Pero con una diferencia. Muy importante. Un particular asume su deuda. Las consecuencias de su mala gestión las paga él. Los créditos impagados los sufre él. El banco le desahucia. El banco le embarga.
Problema de la deuda pública en España El banco también embarga al Estado. Pero embarga a los gobernados, no a los gobernantes. La gente corriente pierde por partida doble. Los políticos eximen su responsabilidad por partida doble. No previnieron a la gente de la futura crisis. Dejaron que se entramparan en créditos. También entramparon al Estado. Ahora buscan soluciones. Soluciones que pasan por ellos. Soluciones que repercuten en otros. Como era de esperar. Es fácil convencer al buen ciudadano español de lo que es conveniente para Hispania a cada momento.
En época de pujanza obras faraónicas. En época de crisis recortes faraónicos. La gloria para los gobernantes. Los sacrificios para los gobernados. La lógica del poder. La lógica de la impunidad. Hubo dinero para aeropuertos sin aviones. No hay dinero para dar cuatrocientos euros de ayuda a parados de larga duración. No hay dinero para que las familias coman. Los políticos sin ver el contrasentido.  Normal. Están acostumbrados a la impunidad de sus actos. Están acostumbrados a la impunidad de sus decisiones.
Impunidad de los políticos. Insensibilidad hacia los ciudadanos. El portavoz del gobierno hablando de que los cuatrocientos euros desactivan la búsqueda de empleo. Como si él pudiera vivir con ese dinero. Como si él no gastara este dinero casi todos los días. Y él también está subsidiado. Subsidiado para servir a los ciudadanos, no para empobrecerlos. Pero les ha perdido el respeto. Les ha engañado ya tantas veces que no puede tener ningún respeto por ellos. Todavía le han elegido hace pocos meses.
Impunidad de los políticos. Consentimiento de los ciudadanos. Ahora éstos se indignan del recorte de gastos básicos. Antes no pusieron freno a gastos superfluos. Se sintieron orgullosos de obras completamente inútiles para ellos. Obras que aumentaban la vanidad de sus políticos. Políticos que se creyeron dioses. Y los dioses no piensan en los seres humanos. Los dioses desprecian a los seres humanos. Los ciudadanos son seres humanos. Los políticos desprecian a los ciudadanos. Ciudadanos que refrendan a sus políticos. Porque vivimos en democracia. Porque nada ha cambiado. Porque nada puede cambiar. Los gobernantes reinando al servicio de su gloria. Los ciudadanos recibiendo los dones de Eurovegas. Vota PP-PSOE.
El siguiente capítulo es:

EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LOS AJUSTES
Crisis. Momentos de responsabilidad. Momentos en que el ciudadano tiene que tener altura de miras. Olvidarse de su egoísmo y sacrificarse por su país. Como en una guerra, pero sin guerra. Los más altos sentimientos a escena. El heroísmo al servicio de la economía. Sangre, sudor y lágrimas por el bien del país. El país orgulloso de los esfuerzos de sus ciudadanos. Éstos orgullosos de servir a la patria. Unas penalidades compartidas son el camino de un futuro mejor.
Bonito discurso el del trabajo y el sacrificio. Sirvió para los alemanes y japoneses. Países destruidos tras la Segunda Guerra Mundial convertidos en potencias económicas por la laboriosidad de sus habitantes. Vale y no vale. Los japoneses siguen siendo igual de trabajadores. Pero han dejado de crecer. Ahora ya no vale tan bonito discurso. En economía no sólo cuentan los valores morales. ¿De verdad en España se trabaja menos que en Alemania? No sé, no me lo creo. Volvemos al pasado. Alemania prosperó en gran parte gracias al curro de muchos inmigrantes españoles. Pero el mérito es de los alemanes. Los prejuicios son los prejuicios. El alemán es laborioso. El español es un mangante.
Discurso del sacrificio. Los pobres siempre han trabajado mucho y no han dejado de ser pobres. Es fácil demostrarlo acudiendo a la historia. Siempre ha habido ricos y siempre han tenido valores de desprecio al trabajo. Durante muchos siglos la nobleza y el trabajo manual fueron cuerpos extraños entre sí. Durante muchos siglos otros de condición inferior tuvieron que hacer el trabajo. Otros que eran tratados injustamente. De nuevo se vuelve a tiempos de injusticia y trabajo. Pero con otros valores. Ahora los ricos sí trabajan. Pero ellos ganan mucho. Los pobres siguen trabajando. Y de nuevo vuelven a ganar poco. Fin de las clases medias.
Ajustes. Sacrificio de todos. Discurso retórico. Discurso interesado. En democracia se le dan explicaciones al ciudadano.  Explicaciones macroeconómicas muy razonadas. Con muchos datos y muy convincentes. Fáciles de creer. El español perdido en un mar de estadísticas. El español perdido en un mar de conceptos abstrusos. Nada que ver con la realidad. Unos muy ricos, otros muy pobres. Subidas de impuestos conviviendo con exenciones fiscales. Subida de impuestos indirectos frente a amnistías fiscales. La crisis no llega a todo el mundo. Ni llegará. El pueblo renegará pero otorgará. La clase media es manejable. Está frustrada. Es fácil engañarla. Aún más fácil que cuando vivía en una falsa prosperidad. Antes creía ser rica, ahora ha dejado de serlo. Pero aún aspira a ser rica. Antes era irracional, ahora es más irracional.
El sueño de ser rico. Es un mal sin cura. La clase media no tiene remedio. Cree en los datos económicos. Cree en la condición sagrada de las cifras del déficit. Sus miembros están a favor de los ajustes. Siempre, por supuesto, que los ajustados no sean ellos. Si son otros no hay problema. Estoy a favor de la reducción de los salarios ajenos, estoy a favor de la reducción de las prestaciones ajenas. Así hay menos carga impositiva para mí. O eso creo. Pienso como rico y el Estado me trata como pobre. Sí me sube los impuestos. Ahora es otro el que ríe. De clase media también. Ya le tocará a él su turno. Más arriba están sin vez. Nunca les llega su turno.
Algunos piensan un poco más. Se atreven a criticar las desigualdades. Buscan culpables de la crisis. No hay problema. Los poderosos tienen la respuesta. Control de los medios de comunicación. Siempre se encuentran otros culpables. Hay un gran elenco: inmigrantes, sindicalistas, funcionarios o políticos. Gente que se aprovecha del esfuerzo de los demás. Es tan fácil la manipulación de la clase media. Ésta siempre mira hacia arriba sin crítica. Nunca mira hacia arriba más que para aspirar a ser parte de los ricos. Quien quiere ser privilegiado no puede criticar a otro privilegiado. Es lógico que los ricos no sean los culpables. Es natural que lo sean otros.
Los ajustes. Los mercados. Soy financiero. Vivo cómodo. Me río de la gente. O no me río. Simplemente soy feliz porque todo me va bien. Nadie me pone límites. La sociedad a mi servicio. Peleándose entre ellos. Anulados los políticos. Anulados los sindicatos. El ciudadano a mi merced. El ciudadano soñando en imitarme. El ciudadano causante de su desgracia.
Me he vuelto engreído. Me he vuelto soberbio. Normal. Hago lo que quiero. Doy lecciones de trabajo. Me pongo de modelo. Gozo de impunidad. No soy el problema social. El problema social son otros. Impongo las leyes. Aún tengo lugar para proponer nuevos ajustes. Sería bueno imponer la jornada laboral de las sesenta horas. Sería bueno acabar con las vacaciones pagadas. Son rémoras del pasado. Perjudican la economía. Los políticos dan la cara por mí. A ellos les gusta el poder visible. Yo estoy en la sombra. Manejo los hilos, conduzco a la pobreza a los demás, pero nadie me acusa. La moral me protege. Todos quieren ser ricos, todos son amables conmigo. Ciudadano infeliz, millonario feliz.
Todos quieren ser ricos, todos aceptan los sacrificios pedidos. Nada de revoluciones, nada de nacionalizaciones, nada de persecución de paraísos fiscales, nada de vueltas a imposiciones progresivas, nada de penas más fuertes contra los delitos económicos. La sacrosanta propiedad privada. El respeto a las reglas de los ricos. La extensión del paro, la extensión de los deshaucios, la extensión de la pobreza son males naturales que una sociedad debe aceptar. La injusticia de nuevo convertida en legislación. Pero con una diferencia, los poderosos de antes empleaban la coerción, los poderosos de ahora pueden ser los buenos de la sociedad. Aunque por culpa de ellos los gobiernos ajusten. Aunque por culpa de ellos llegue la miseria. No importa. No tienen mala conciencia. Normal, es el ciudadano quien elige a sus gobernantes. Y elige libremente cada cuatro años. Es democracia. El ciudadano quiere esta sociedad. El ciudadano no quiere poner límites a los poderosos. No puede echar la culpa a nadie. Que  disfrute de su elección. Vota PP-PSOE.