Vota PP-PSOE

lunes, 28 de enero de 2013

El vigésimo tercer capítulo es:

EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LAS OBRAS FARAÓNICAS
Soy un gran aficionado al deporte. Este verano son las olimpiadas de Londres. Acaba de salir una noticia económica. El PIB inglés ha caído un 0,7% en el primer semestre de este año olímpico. Recuerdo unas declaraciones recientes de un representante de la candidatura olímpica española. La concesión de las olimpiadas a Madrid contribuirá a la salida de la crisis. Atraerá inversiones. Relanzará la economía. Mejorará el ánimo de los españoles Todo será ventajas. Sin duda. Como con las olimpiadas londinenses.
Recuerdo las olimpiadas anteriores en España. En Barcelona. Múltiples gastos. Agravamiento de una crisis que ya estaba en ciernes. Crisis menor que la actual pero crisis. Las olimpiadas de Barcelona no ayudaron al país. Más bien contribuyeron a lo contrario. Precedentes claros de que en estos eventos hay más gastos que beneficios. No importa. Los políticos lo saben. Las grandes realizaciones dan ganancias. Pero ganancias políticas.
Siempre ha sido. Obsesión antigua de los reyes por la arquitectura. Por construir ciudades. Por construir grandes palacios. Por quedar en el recuerdo de sus súbditos. Porque quede memoria de sí mismos. Los tiempos cambian. Los procedimientos del poder no. La democracia ha llegado. Pero gobiernan personas. Personas que también quieren dejar constancia de su presencia en el poder. Personas que también quieren pasar a la historia.
Las grandes obras. Las obras faraónicas. Obras al servicio de los gobernantes. Obras al servicio de su gloria. Con el consentimiento de los gobernados. Que están orgullosos de ellas. Que las consideran logros colectivos. Logros que reflejan la prosperidad de su país. Y la prosperidad de un país se refleja en el bienestar de sus habitantes, no en las construcciones monumentales. Siguientes olimpiadas. Río de Janeiro. Paraíso de las favelas.
Obras farónicas. En España sabemos mucho de ellas. Sabemos mucho de desvaríos recientes. De AVEs sin pasajeros y aeropuertos sin aviones. De Ciudades de las Artes y las Ciencias. De Terras Míticas. De despilfarros sin cuento. Que ahora pagamos. En plena crisis. Una factura sin responsables. Porque estas obras se hacían por el bien del país. Eran avances necesarios para equipararse con Europa. Para que España por fin entrara en la senda definitiva del progreso. Del progreso de unos pocos.
El AVE. Soy clase media. Trabajo de profesor. No me puedo permitir comprar un billete regular. Menos si viajo con mi familia. Me sale demasiado caro. Extraño tren al servicio de la sociedad. Prohibitivo para el bolsillo de la mayoría de los españoles. Pero pagado por todos ellos. A costa de otros gastos más utiles para ellos. El AVE. Orgullo de la clase política. Muestra de la pujanza de España. Muestra de la modernidad de España.
El AVE y la carrera espacial soviética. Claro paralelismo en el camino a la ruina. Claro paralelismo en la irresponsabilidad política. Gastos monstruosos sin sentido y sin necesidad. Como los de los ciudadanos. Pero con una diferencia. Muy importante. Un particular asume su deuda. Las consecuencias de su mala gestión las paga él. Los créditos impagados los sufre él. El banco le desahucia. El banco le embarga.
Problema de la deuda pública en España El banco también embarga al Estado. Pero embarga a los gobernados, no a los gobernantes. La gente corriente pierde por partida doble. Los políticos eximen su responsabilidad por partida doble. No previnieron a la gente de la futura crisis. Dejaron que se entramparan en créditos. También entramparon al Estado. Ahora buscan soluciones. Soluciones que pasan por ellos. Soluciones que repercuten en otros. Como era de esperar. Es fácil convencer al buen ciudadano español de lo que es conveniente para Hispania a cada momento.
En época de pujanza obras faraónicas. En época de crisis recortes faraónicos. La gloria para los gobernantes. Los sacrificios para los gobernados. La lógica del poder. La lógica de la impunidad. Hubo dinero para aeropuertos sin aviones. No hay dinero para dar cuatrocientos euros de ayuda a parados de larga duración. No hay dinero para que las familias coman. Los políticos sin ver el contrasentido.  Normal. Están acostumbrados a la impunidad de sus actos. Están acostumbrados a la impunidad de sus decisiones.
Impunidad de los políticos. Insensibilidad hacia los ciudadanos. El portavoz del gobierno hablando de que los cuatrocientos euros desactivan la búsqueda de empleo. Como si él pudiera vivir con ese dinero. Como si él no gastara este dinero casi todos los días. Y él también está subsidiado. Subsidiado para servir a los ciudadanos, no para empobrecerlos. Pero les ha perdido el respeto. Les ha engañado ya tantas veces que no puede tener ningún respeto por ellos. Todavía le han elegido hace pocos meses.
Impunidad de los políticos. Consentimiento de los ciudadanos. Ahora éstos se indignan del recorte de gastos básicos. Antes no pusieron freno a gastos superfluos. Se sintieron orgullosos de obras completamente inútiles para ellos. Obras que aumentaban la vanidad de sus políticos. Políticos que se creyeron dioses. Y los dioses no piensan en los seres humanos. Los dioses desprecian a los seres humanos. Los ciudadanos son seres humanos. Los políticos desprecian a los ciudadanos. Ciudadanos que refrendan a sus políticos. Porque vivimos en democracia. Porque nada ha cambiado. Porque nada puede cambiar. Los gobernantes reinando al servicio de su gloria. Los ciudadanos recibiendo los dones de Eurovegas. Vota PP-PSOE.

No hay comentarios:

Publicar un comentario