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lunes, 7 de enero de 2013

El capítulo décimo es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LA MATERNIDAD
Crecí con un espíritu femenino inteligente. Pero, ¡oh, pecado!, pensé que iba a ser para siempre. Tenía fe en las mujeres. Pensé que por fin se habían liberado. Pero aquellas eran mujeres de clase media que venían de pobres. Las actuales son mujeres de clase media que juegan a ser ricas. Ya no luchan por sus derechos. El ser madre oculta sus miserias personales sin bajarlas de estatus. El retroceso de las mentalidades. El feminismo no iba a ser diferente. La sociedad camina para atrás. Las mujeres caminan para atrás.
Hubo un tiempo en que las mujeres aspiraban a ser independientes. Hubo un tiempo en que las mujeres se querían a sí mismas. O lo parecía al menos. Ahora ese tiempo se ha acabado. La maternidad se ha vuelto a poner de moda. ¡Qué ilusión tener hijos! El reloj biológico acecha. Este orgánico reloj es tan recurrente como amenaza para el equilibrio mental de las mujeres actuales como la prima de riesgo para la buena salud de la economía hispana. Mira que si se me pasa el tiempo de parir y no puedo ser madre, ¡qué desgraciadita seré! ¡No me realizaré!
Ser madre. Fracaso personal presentido ocultado con nuevas y tradicionales realizaciones. Ser madre como forma de ocultar una realidad: la incapacidad de asegurarme un bienestar por mis propios medios. Pero las mujeres no somos inferiores a los hombres. No admito el fracaso. No me lo merezco. La sociedad debe reconocer mi sacrificio. Pienso en ella antes que en mí. Renuncio a mis sueños. Soy una buena chica.
El país os necesita, chicas. El país necesita de nuevas generaciones de trabajadores. Tenéis que tener altura de miras y saber devolver a la sociedad lo mucho que ella hace por las mujeres. Las mujeres están agradecidas. Ya somos europeas, hemos dejado atrás la sumisión franquista. La democracia nos ha devuelto nuestra libertad. Ya nos privamos nosotros de ella. Pero voluntariamente, por supuesto.
Las madres españolas. Ya no nos obligan a ser sumisas. Ya la sociedad no nos reserva el papel de madre. No hay problema, nos lo reservamos nosotras solas. Para qué reclamar una realización a través del trabajo. Para qué reclamar una realización a través de una independencia económica. Debemos tener hijos para asegurar la prosperidad patria. Las españolas, como los españoles, saben tener fe. Dios proveerá. Si no es con ellas, será con sus hijos. Mis hijos son tan guapos. Seguro que ellos tendrán éxito. Seguro que ellos no sufren mi misma frustración. ¡Qué orgullosa estaré de ellos!
Que hermoso ser madre. No aseguro mi futuro, pero qué placer poder jugar con el futuro ajeno. ¡Qué ejercicio de responsabilidad! Que hermoso parir futuros pobres. Al menos si son niñas y están buenas, se ganarán la vida como prostitutas. Los grandes adelantos de las mujeres españolas se verán en un futuro próximo. Y las madres estarán orgullosas de sus hijas putas. De clase media y consumistas, por supuesto.
Ser madre. Conservar conquistas previas, ¿para qué? Mejor salvar mi autoestima. Reconocer mi fracaso, ¡jamás! Las reivindicaciones feministas están anticuadas. La mujer hispánica, como el hombre hispánico, es individualista. Vive en la sociedad perfecta. Vive en Europa. Esto no es el mundo musulmán. Está todo conseguido en materia social. Lo que quieras conseguir en la vida lo alcanzarás. Y si no, puedes ser madre. Es tan fácil.
Feminismo. Sueño inalcanzable. Moral conservadora que renace. Todas madres. Las pocas mujeres listas marginadas. Están pasadas de moda. Lo moderno vuelve a ser parir y hablar de los hijos. ¡Qué progreso! El sexo vuelve a ser ilícito. ¡Qué escándalo! Yo soy madre y no una furcia. Vamos en el buen camino. Los gobiernos autonómicos retiran las ayudas a las mujeres maltratadas. Normal. Son libres. El mundo es suyo. Que tengan más hijos. Vota PP-PSOE.

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