EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO:
LA MATERNIDAD
Crecí con un espíritu femenino inteligente. Pero, ¡oh,
pecado!, pensé que iba a ser para siempre. Tenía fe en las mujeres. Pensé que
por fin se habían liberado. Pero aquellas eran mujeres de clase media que
venían de pobres. Las actuales son mujeres de clase media que juegan a ser ricas.
Ya no luchan por sus derechos. El ser madre oculta sus miserias personales sin
bajarlas de estatus. El retroceso de las mentalidades. El feminismo no iba a
ser diferente. La sociedad camina para atrás. Las mujeres caminan para atrás.
Hubo un tiempo en que las mujeres aspiraban a ser
independientes. Hubo un tiempo en que las mujeres se querían a sí mismas. O lo
parecía al menos. Ahora ese tiempo se ha acabado. La maternidad se ha vuelto a
poner de moda. ¡Qué ilusión tener hijos! El reloj biológico acecha. Este
orgánico reloj es tan recurrente como amenaza para el equilibrio mental de las
mujeres actuales como la prima de riesgo para la buena salud de la economía
hispana. Mira que si se me pasa el tiempo de parir y no puedo ser madre, ¡qué
desgraciadita seré! ¡No me realizaré!
Ser madre. Fracaso personal presentido ocultado con
nuevas y tradicionales realizaciones. Ser madre como forma de ocultar una
realidad: la incapacidad de asegurarme un bienestar por mis propios medios.
Pero las mujeres no somos inferiores a los hombres. No admito el fracaso. No me
lo merezco. La sociedad debe reconocer mi sacrificio. Pienso en ella antes que
en mí. Renuncio a mis sueños. Soy una buena chica.
El país os necesita, chicas. El país necesita de
nuevas generaciones de trabajadores. Tenéis que tener altura de miras y saber
devolver a la sociedad lo mucho que ella hace por las mujeres. Las mujeres
están agradecidas. Ya somos europeas, hemos dejado atrás la sumisión
franquista. La democracia nos ha devuelto nuestra libertad. Ya nos privamos
nosotros de ella. Pero voluntariamente, por supuesto.
Las madres españolas. Ya no nos obligan a ser sumisas.
Ya la sociedad no nos reserva el papel de madre. No hay problema, nos lo
reservamos nosotras solas. Para qué reclamar una realización a través del
trabajo. Para qué reclamar una realización a través de una independencia
económica. Debemos tener hijos para asegurar la prosperidad patria. Las
españolas, como los españoles, saben tener fe. Dios proveerá. Si no es con
ellas, será con sus hijos. Mis hijos son tan guapos. Seguro que ellos tendrán
éxito. Seguro que ellos no sufren mi misma frustración. ¡Qué orgullosa estaré
de ellos!
Que hermoso ser madre. No aseguro mi futuro, pero qué
placer poder jugar con el futuro ajeno. ¡Qué ejercicio de responsabilidad! Que
hermoso parir futuros pobres. Al menos si son niñas y están buenas, se ganarán
la vida como prostitutas. Los grandes adelantos de las mujeres españolas se
verán en un futuro próximo. Y las madres estarán orgullosas de sus hijas putas.
De clase media y consumistas, por supuesto.
Ser madre. Conservar conquistas previas, ¿para qué?
Mejor salvar mi autoestima. Reconocer mi fracaso, ¡jamás! Las reivindicaciones
feministas están anticuadas. La mujer hispánica, como el hombre hispánico, es
individualista. Vive en la sociedad perfecta. Vive en Europa. Esto no es el
mundo musulmán. Está todo conseguido en materia social. Lo que quieras
conseguir en la vida lo alcanzarás. Y si no, puedes ser madre. Es tan fácil.
Feminismo. Sueño inalcanzable. Moral conservadora que
renace. Todas madres. Las pocas mujeres listas marginadas. Están pasadas de
moda. Lo moderno vuelve a ser parir y hablar de los hijos. ¡Qué progreso! El
sexo vuelve a ser ilícito. ¡Qué escándalo! Yo soy madre y no una furcia. Vamos
en el buen camino. Los gobiernos autonómicos retiran las ayudas a las mujeres
maltratadas. Normal. Son libres. El mundo es suyo. Que tengan más hijos. Vota
PP-PSOE.
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