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viernes, 1 de marzo de 2013

El cuadragésimo segundo capítulo es:

EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: EL FUTURO
España, país de viejos. Rasgo positivo en principio. Aumento de la esperanza de vida. Señal de progreso. Señal de desarrollo. Los viejos teniendo calidad de vida. Teniendo sanidad. Teniendo pensiones. Algunas altas. Otras no tanto. Los viejos tuvieron una vida dura cuando nacieron. Supieron lo que era la pobreza. Con el paso de los años todo fue a mejor. Los viejos han conocido el contraste entre la mala vida y la buena vida. Han conocido el contraste entre la precariedad y la seguridad laboral. Los viejos han pasado del subdesarrollo social al Estado del bienestar.
El Estado del bienestar. España convertido en un país de clases medias. Las nuevas generaciones desconocedoras de la pobreza. Nuevos españoles que ya han vivido en buenas casas, ya han tenido buena ropa, ya han tenido buena comida. Nuevos españoles que no se plantean vivir mal. El bienestar parece para siempre. Las sociedades nunca van para atrás. Vivimos en occidente. El occidente cree en el progreso. Los españoles creen en el progreso. Sólo se puede mejorar. Nunca se puede empeorar.
Años ochenta. Aparece el paro en gran escala en Hispania. Se convierte en un problema crónico de la sociedad hispana. Afecta desde entonces a los españoles. Hay que solucionarlo. Hay que flexibilizar el mercado de trabajo. Hay que destruir los derechos de los trabajadores. Treinta años después. Sigue el paro y ya no hay buenos trabajos. El subdesarrollo social ha regresado de forma sibilina. Bajo el artificio del desarrollo económico. Los españoles aún viven bien, los españoles aún resisten, ¿hasta cuando? Fácil respuesta. Hasta que muera la generación más antigua. Hasta que mueran quienes conservan buenos ingresos. Hasta que mueran quienes fueron de pobres a ricos y sean sustituidos por quienes van de ricos a pobres.
Los españoles resistiendo porque los viejos ayudan a quienes vienen por detrás. Los padres no van a dejar tirados a sus hijos. Los abuelos no van a dejar tirados a sus nietos. Los hijos engañándose porque tienen el dinero de sus padres. Los nietos engañándose porque tienen el dinero de sus abuelos. Pero ellos no tienen nada. Tienen deudas y malos trabajos. Pero no se quejan. Son clase media. La clase media no protesta. La clase media ama el orden. Sólo los inútiles protestan. Sólo los vagos protestan. Sólo los incapaces protestan. Hay que esforzarse. Hay que levantarse. Hay que perseverar. Un peldaño más y seré rico.
La clase media. La mentalidad del hombre hecho a sí mismo. La confianza en que todos seremos ricos. En que no admitirlo es hacerse de menos. Las nuevas generaciones de la clase media no viviendo por sí mismas. Viviendo de los viejos. Manteniendo un estatus artificial. Que vale igual. Porque puedo presumir igual. De coche o casa. Da lo mismo. No puedo presumir de trabajo. Soy explotado.
La clase media pendiente de la esperanza de vida. Pendiente de que los viejos no se mueran. De que no se acabe el colchón protector de la familia. Luego llegará el deslizamiento hacia la pobreza. Poco a poco. Con sorpresa. Con la confusión de un anciano cuando recae en un asilo. Muchos miembros de la clase media se enterarán por fin de que no tienen nada. De que no tienen trabajo. De que la igualdad de oportunidades sin un número suficiente de buenos trabajos es una patraña. Se enterarán que están acabados. Que para ellos ha llegado el final del camino.
El futuro de la clase media. Un futuro negro y fácil de predecir. Sin siquiera la necesidad de ser apocalípticos. No todos los miembros de la clase media se convertirán en pobres. Pero sí un gran porcentaje. Y será un gran fracaso social. Porque fue un éxito que los viejos pasaran de pobres a tener un bienestar. Y será un fracaso que los jóvenes pasen de tener un bienestar a vivir miserablemente. Sólo será un éxito para las clases altas. De nuevo volverán a demostrar quien manda en sociedad. De nuevo volverán a demostrar que las sociedades tienen que ser jerárquicas. Y que las jerarquías sociales sin pobres no valen nada.
La mentalidad de las clases medias. Creyendo en el progreso social porque no pueden dejar de creer en el progreso individual. Las clases medias incapaces de mirar hacia abajo, siempre mirando hacia arriba. Sin protegerse de la caída en la pobreza. Creyendo que es fácil el acceso a la riqueza. Que sólo es cuestión de voluntad. Que sólo es cuestión de proponérselo. Creyendo que la libertad lo es todo y que la seguridad no es nada.
La mentalidad neoliberal implantada en España. Los españoles imitando los valores de los norteamericanos. Confianza en uno mismo, competitividad ciega. Como si España fuera Estados Unidos. Como si España tuviera la opulencia de Estados Unidos. Como si España no fuera una medianía de país. Los españoles fantaseando con el sueño americano y despertando en la pesadilla argentina. El mismo neoliberalismo, diferentes resultados.
La mentalidad norteamericana importada en Hispania. La economía lo es todo. Lo social no vale nada. Incluso se copia la gazmoñería yanqui. Vuelve el puritanismo. La Iglesia vuelve a estar en su salsa. La virginidad como valor en alza. Normal la reaparición de los valores religiosos. Han desaparecido los valores sociales. Con ellos han desaparecido los buenos trabajos. Con ellos desaparecerá el bienestar. Pero, tranquilos, hay que confiar en el futuro. Los españoles creemos en el progreso. Ya somos clase media. Vota PP-PSOE.

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