Vota PP-PSOE

sábado, 19 de enero de 2013

El decimoséptimo capítulo es el siguiente:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LAS PENSIONES
Los viejos. Fueron de pobres a ricos. Ahora sus descendientes van a ir de ricos a pobres.  Con sus padres pasivos. El ser humano no sabe ser bueno. Vive a corto plazo. No piensa a largo plazo. Es capaz de aportar mucho amor, pero sobre todo amor a sí mismo. Yo he luchado por un mundo mejor. Vivo bien. Ya he cumplido.
Protesté en su momento, ahora estoy del lado del orden. Estoy del lado de las instituciones. Las refuerzo con mi voto. Que no me toquen el estatus. Está todo bien. Los jóvenes se quejan de vicio. Si a sus años yo hubiera tenido todo lo que ellos tienen. Están refalfiados. Tienen de todo. Se les consiente todo. Nunca se ha vivido mejor.
Me he vuelto mezquino. Como el resto de la sociedad. Los españoles de un tiempo a esta parte somos felices. No tenemos expectativas de nada, sólo de conservar lo propio mientras vemos caer a nuestros semejantes. Vivimos en un sálvese quien pueda, sin amigos ni piedad. Individualismo atroz. Ceguera inhumana. Ni la familia se salva. Los padres son ciegos ante el futuro de sus hijos. Salvemos la pensión. Que no me toquen un euro. Aunque mis hijos no cobren. Aunque mis hijos no trabajen.
En el pasado se han ganado la pensión. En el presente se ganan el desprecio social. No me toquen la pensión. Que se jodan los demás. Los trabajadores, que trabajen. Mis derechos ya no son sus derechos. Que no protesten. Que peligra mi bienestar. Viva el orden de los viejos. Los pensionistas como grupo de presión. Son muchos y sí votan. Estuvieron muchos años sin hacerlo. Conocieron la dictadura. Que sufran otros.
Comprensión de los políticos por los problemas de los pensionistas. Crisis del Estado del bienestar. Las pensiones no se tocan. Que los pensionistas no se fíen. No son ricos. Se recortará y recortará a los demás, pero algún día les tocará a ellos. Le tocará a su pensión. Cuando ya no haya otra cosa de qué echar mano para contentar a los poderosos. Los políticos ganando tiempo. Esperando a que los pensionistas se mueran. Esperando que el gasto de las pensiones se solucione de forma natural. Esperando que los últimos derechos adquiridos desaparezcan por extinción natural. Como los dinosaurios.
Mientras viva ayudaré a mis hijos. ¡Qué bonito ayudarles! Prestarles para la compra de su piso. Mantenerles en mi casa. Soy tan buen padre. Soy tan buena madre. Tengo corazón. Me quiero a mí mismo. Voto a favor del orden establecido. No me planteo alternativas políticas. ¿No sería mejor que esta ayuda no fuera necesaria? ¿No sería mejor que mis hijos se valieran por sí mismos?
Mientras viva ayudaré. Pero moriré. ¿Y después? No pienso en ello. No pienso en mis hijos. No pienso en mis nietos. No pienso en que va a ser de ellos. Voto a gobiernos que los perjudican. Me justifico a mí mismo. Los jóvenes saldrán adelante. Nunca ninguna época fue para atrás. Siempre se va a mejor.
Los pensionistas. Antiguos luchadores por la libertad. Antiguos luchadores por la democracia. Vivieron tiempos muy duros. Lucharon por cambiar la sociedad. Hoy viejos conformistas. Esclavos del sistema. Esclavos del orden capitalistas. Algunos resisten. Resiste su conciencia. Los yayoflautas son viejos dignos. Vivieron con dignidad y morirán con dignidad. Adaptándose a los tiempos. Adaptándose a la nueva explotación. Luchando contra ella. No presumiendo de un pasado luchador. Siguiendo en la lucha de ricos y pobres. Sabiendo que no son ricos. Sabiendo que sus hijos serán pobres.
Fin del Estado del bienestar. Los pensionistas contribuyeron a crearlo. Los pensionistas contribuyendo a destruirlo. Época de aceleración de la historia. Lo que rápidamente se crea, rápidamente se destruye. Nuestros viejos vivieron el paso de la pobreza a la riqueza. Nuestros jóvenes vivirán el paso de la riqueza a la pobreza. Con el consentimiento de sus padres. Qué más da que sea un consentimiento tácito. Que más da que no sea su intención hacer daño a su familia. El resultado es el mismo. El daño es el mismo.
Presumí de hijos. Presumo de nietos. Presumo de estatus alcanzado. Protegí a mis hijos. Sobreprotejo a mis nietos. Que no se enteren de la vida real. Que crean en un mundo de sueños. Les otorgo sus deseos. Les dejo consumir. Les atonto. Les privo de su dignidad presente. Les privo de su dignidad futura. Que no protesten. Yo vivo bien.
Faltaba aún tanto por hacer. Faltaban tantos derechos por conseguir. Soy viejo. Conocí lo que era vivir explotado por otros. Conocí la injusticia. Dejo que mis descendientes piensen que ellos serán jefes. No les enseño. Vivo en el pasado. Dejo que cambien las leyes. Volverán los abusos. A mí ya no me afectarán. Gano tiempo. Quiero a mis hijos. Quiero a mi pensión. Voto en consecuencia.
Jóvenes atontados. Viejos insensibles. Los cambios no ocurren porque sí. Las revoluciones trajeron cambios a mejor. La pasividad social trae cambios a peor. Unos no votan. Otros votan sin corazón. Los pensionistas votan sin pensar en el futuro. Ellos no lo vivirán. Sus descendientes sí. Son sus hijos. Son sus nietos. Les falta experiencia. Nadie les enseña a defenderse. Aprenderán el lado malo de la vida. A un coste muy alto. Algunos ya lo están aprendiendo. El resto aún no sufre. Piden más dinero a sus abuelos. Éstos se lo dan. Algún día no estarán. Vota PP-PSOE.
Un nuevo capítulo es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LOS MINEROS
He nacido en una cuenca minera asturiana. Conozco perfectamente los puntos buenos y malos de la lucha minera. Ahora los mineros han vuelto a movilizarse. Es una época de grandes retrocesos sociales. Los mineros pelean por sus privilegios. Los demás no pelean por sus derechos. Admiro a los mineros. Quien algo quiere, algo le cuesta.
Soy de Mieres. Lugar de tradición minera. Conozco las ventajas alcanzadas por los mineros en el pasado. Conozco las prejubilaciones. Conozco las becas mineras. Conozco los chanchullos de los sindicatos en las cuencas mineras asturianas. Yo he tenido que emigrar de ellas. Para mí no había enchufe. Yo estaba fuera del reparto del dinero. Yo no tenía amigos en el sindicato.
Trabajo en Villablino. Cuenca minera leonesa. Vitorino Alonso. El nuevo padrino. El nuevo capo de los capos. Don Vito para los de Villablino. La mafia empresarial controla la fuerza de trabajo minera. Los mineros al servicio del empresario. Persiguiendo a los verdes. Defendiendo las minas a cielo abierto. Fin de la lucha de clases. Corporativismo franquista. Los obreros y el empresario remando juntos. Intereses entremezclados. El empresario gana, los obreros trabajan. La naturaleza pierde.
La mina. Los mineros. La epopeya obrera. La letra pequeña es diferente. No comulgo con muchas de las reivindicaciones mineras. Tengo rencor hacia mi lugar de origen. Yo tuve que emigrar mientras otros se forraban. He conocido a personajes indeseables que medraban a costa de ideales de izquierda. Pienso que los mineros se han dejado comprar con las prejubilaciones. Y así podría seguir párrafos y párrafos criticando a los mineros y sus sindicatos. Pero da lo mismo. Mi lucha no es contra los mineros.
Hay otra lucha. Destrucción del Estado del bienestar. La economía mandando sobre la política. La pobreza convertida de nuevo en necesidad social. Resignación de la población. Nadie protesta. Nadie defiende sus derechos. Todos asienten. Individualismo suicida. Todos al matadero sin oposición. Imágenes de judíos entrando en una cámara de gas. Los nuevos españoles aceptando su destino infame.
Valores mineros. Solidaridad. Los mineros están unidos. Ellos no son individualistas. Pueden defenderse. Fin del pensamiento único neoliberal. La población también debe beneficiarse de la tarta económica. La población también puede organizarse para exigir este reparto. La población también puede poner un freno al egoísmo de los poderosos. Aunque sea con otro egoísmo. Un egoísmo proletario. Un egoísmo popular. Un egoísmo sectorial. Otro egoísmo al fin y al cabo. Pero los mineros son mis vecinos. Los banqueros no. Un hijo mío puede ser que sea minero. Un hijo mío no es nada probable que sea banquero.
Los mineros como símbolo de la lucha obrera. Los mineros aburguesados de nuevo convertidos en símbolo de la revolución. Los mineros recuperando la simpatía social por la insensibilidad de los políticos. Unos políticos convertidos en diosecillos. Recreándose con la ansiedad ciudadana cuando tienen que anunciar recortes. Semanas de anuncios previos. Les gusta dilatar las medidas. Se sienten importantes. Son inmorales. Son odiados. El poder por el poder.
Medidas de ajustes inclementes con las clases medias y bajas. Políticos acostumbrados a que no haya oposición. Y con razón, la población no se atreve. El ser hispánico es inseguro. El ser hispánico es cobarde. Las clases medias se sentían importantes. Se sentían superiores. Ahora, ya no lo son. Ahora descienden al hoyo social. La población tiene miedo. Admira a quien no lo tiene. Admira a los mineros. Son su esperanza de reversibilidad social.
Los mineros marcando el camino a seguir. Camino que no se va a seguir. Espejismo minero. Cambio de mentalidades por venir. Aún desconfío del vecino. Aún no me identifico con él. Es mi competidor. Nadie se atreve a ir a la huelga. Pierdo mi empleo. Empleo precario. Nuevo deterioro legal. Empleo más precario. Nuevos aprendizajes de lucha. A vencer el miedo. A confiar en el prójimo. A reprobar al esquirol. La seguridad laboral no vendrá si no la peleo. He perdido mucho terreno. Aún puedo perder más. Aún no estoy convencido. Aún no me creo que yo esté llamado a luchar. Los mineros luchan por lo suyo, no por lo tuyo. Te marcan un camino, la responsabilidad es tuya.
La lucha social es difícil. Es mucho más difícil que creer en uno mismo. Hay que vencer los recelos hacia el prójimo. Hay que vencer los recelos hacia los mineros. Yo nací en una cuenca minera, vivo en otra, conozco el percal. Conozco las injusticias obreras. Conozco el lado malo del romanticismo proletario. Pero sé también que quien manda, manda. Y hoy día los poderosos ya mandan demasiado. Intenta frenar ese poder. Es un poder destructivo. Usa el poder del pueblo. Es democracia. Se puede protestar. Si no lo haces, vota. Los partidos políticos te están esperando. Vota PP-PSOE.
El decimoquinto capítulo es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: EL MIEDO A LA CRISIS
Políticas de miedo. Recurso recurrente de los poderosos. Hay que unir a la población frente a las amenazas exteriores. En el pasado era la guerra. En los años ochenta fue el SIDA. Ahora es la economía quien amenaza al pueblo español. Los especuladores nos acechan. Nadie sabe quienes son. Nadie nos lo explica. Pero saldremos de la crisis todos unidos. Eso sí, más pobres.
Peligro de estirar la cuerda demasiado. Mientras la clase media sueña con ser rica está tranquila. Es civilizada. Odia la violencia. Cuando el pánico a ser pobre llegue a la clase media, ¡cuidado! Su pacifismo es pura apariencia. Sólo durará mientras crea que el orden la favorezca. Y cada vez cree menos en el sistema. No está acostumbrada a protestar pero la rabia estallará. Cuando por fin descubra la estafa social. Cuando por fin su vanidad no oculte el engaño. Y en democracia no es tan fácil la represión. Los políticos juegan con las ilusiones de muchas personas. Los políticos juegan con fuego. Aunque tardarán en quemarse. Hoy por hoy, la gente es boba.
Los políticos aún pueden dormir tranquilos. ¿Cuánto tiempo? No sé, un año, dos tres, cuatro, a saber. Todo tarda, pero todo llega. La explosión social llegará. Como llegó la crisis tras años de especulación. Todo el mundo sabía que el crecimiento anterior era insostenible. Todo el mundo confiaba en que la burbuja inmobiliaria no estallaría. Pero estalló. Y también estallará el descontento social. Es cuestión de tiempo.
La gente tardará en reaccionar. Mientras identifique la salida de la crisis con la futura prosperidad personal se mantendrá tranquila. Mientras impere el miedo a la crisis y crea en soluciones mágicas se mantendrá tranquila. El ser hispánico es muy tonto. Es ingenuo hasta decir basta. Pero espabilará. Y el miedo a la crisis dejará de funcionar. Porque aprenderá que es un engaño. Que la crisis beneficia a algunos. Que la salida de la crisis ya no le beneficiará a él.
El miedo a la crisis. El miedo a la ruptura del euro. El miedo al apocalipsis financiero. Salida del euro, desastre macroeconómico. La necesidad de un euro fuerte como fundamento del progreso social. Será para otros. A mí el euro me ha traído subidas de precios y bajada del salario. No es mi amigo. No es el amigo de la mayoría de los españoles. No quiero el euro. Pierdo con él. Incluso cuando la economía iba bien. Y no era el único. Ahora pierdo más por salvarlo.
Bombardeo informativo. Los medios oficiales repiten y repiten la misma palabra: crisis, crisis y crisis. El miedo ahoga la racionalidad. El miedo a la crisis no deja al españolito pensar. El ciudadano español acojonado. Pero estamos en la sociedad de la información. Hay otros conductos de comunicación. No todos se pueden censurar. Irá conociendo otras versiones de la realidad. Irá procesando tantas y tantas mentiras oficiales. Irá descubriendo la pobreza. Reflexionará sobre su estado. Y ya no será tan fácil contentarle. Ya no será tan fácil asustarle.
El miedo a la crisis. Los españoles aman a su país. Los españoles entienden la dificultad de la situación económica. Los españoles deben de sacrificarse por el bien de España. Necesidad de tener altura de miras. Necesidad de que los españoles hagan causa común para salir de ella. Valores de grupo. También éstos dejarán de ser creíbles. La crisis no compromete de igual modo a todos. Unos, los más, ven caer su nivel de vida, otros, los menos, evaden capitales. Los primeros volverán a pensar en un ajuste de cuentas. Volverán a hablar de injusticia. No se piden sacrificios sin compensación. No se piden sacrificios sin contrapartida. El odio social renacerá cuando la pobreza se asiente. Y no tardará. Aumentan los parados de larga duración.
El miedo a la crisis. Algún día fallará. Entonces, los poderosos intentarán reforzar el orden porque saben que, con la penuria social, aumentará la delincuencia. Gracias a ésta, les será fácil inventar nuevos miedos que atenacen a la sociedad y así, de paso, usarán la fuerza contra la contestación social. Pero la fuerza tiene un límite en democracia. En ésta es mejor tener a una clase media aletargada que  a una clase baja cabreada. Los ricos habían convertido a los españoles en perfectos peleles. Los van a obligar de nuevo a pensar. Y no pueden destruir a la democracia. Es el valor supremo. Se identifica con el capitalismo. Es un juego peligroso. O destruyen la democracia o destruyen su egoísmo. Tratarán de adulterar la democracia. Ya lo están haciendo. Gobierno del FMI y del BCE. Gobiernos de tecnócratas en Italia y Grecia. Fin de la legitimidad. ¿Inicio del fin de la democracia?
La economía por encima de la política. La economía como único lenguaje social. La política al servicio de la economía. Los políticos convertidos en correa de transmisión de los financieros. Los políticos convertidos en el pararrayos del descontento popular. Los políticos muy bien pagados por ello. Los políticos legitimados por luchar contra la crisis. La gran mentira a punto de estallar. La gente busca otros políticos. La gente no los encuentra. La gente no se fía. Pero volverá la política. Para bien o para mal. Para recuperar derechos o para recuperar demagogias. Pero habrá un cambio. El pueblo también genera su propio miedo. El miedo a las masas. Pobres élites. Ya no les valdrán sus trucos. Vota PP-PSOE.
El capítulo decimocuarto es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LA VIVIENDA
Los españoles soñando a ser ricos sin dinero. Un rico tiene vivienda propia. Un español no podía dejar de tenerla. Aunque fuera cara. Aunque no pudiera pagarla. Para eso estaba el banco. Te daba el dinero. Te quitaba independencia. Todos los españoles cogidos por los huevos. Ya nadie defiende sus derechos. Todos debemos gratitud a la banca. Los banqueros son tan buenos. Son tan generosos. Sin ellos no podríamos presumir de casa.
Deuda impagable. Trabajo precario. Fin de la libertad. La hipoteca esclaviza al español. Ha perdido su voz. No puede protestar. Tiene que llegar a fin de mes. Se ha vuelto un pelele. Se indigna, pero en silencio. Teme por su casa. Él es propietario. Está en el lado bueno de la sociedad, el que debe mantener el orden establecido. Vida de esclavo con mentalidad conservadora.
Si las cuentas no salen, no hay problema. Los padres avalan. La vorágine hipotecaria ha inundado el país. La fuerza de trabajo al servicio de los bancos. Estrategia perfecta de los millonarios. Alienación de la clase media. Ya nadie se refiere a los bancos como rapaces o usureros. Sin ellos, no tendríamos sueños. Bendigamos el capitalismo. Bendigamos la banca. Tenemos casa. Triunfa el capitalismo popular. El Dioni ha dejado de ser el héroe del pueblo.
Como los bancos son fundamentales, el Estado debe salvarlos. Si las personas se arruinan y el consumo cae en picado no es lo mismo. Los problemas de los ciudadanos no son fundamentales. Aunque afecten igualmente a la economía. Los ciudadanos lo entienden, primero hay que refinanciar la hipoteca. Salvar los bancos es lo importante.
Reducción al absurdo. Ayudar al rico para mantener al pobre. Si el ciudadano no tiene dinero para mantener su hipoteca y es desahuciado da lo mismo. Para él no hay ayudas directas. Que se busque la vida. La sociedad sólo debe ayudar a quienes se arriesgan. A quien crea riqueza. Aunque sólo sea beneficiosa para él. Los demás a esperar por las migajas. El sistema está montado así. Y todos los ciudadanos contentos, los bancos son su esperanza.
Dependencia de los bancos. Ellos imponen las normas sociales. Ellos imponen las leyes a tomar durante la crisis. Pero nadie tiene miedo. La clase media espera mantener su nivel de gasto. Curiosa contradicción. Otra de las muchas que hay en esta sociedad. La panacea del crédito. Los bancos salvarán el consumo. Pero primero retraerán sus beneficios. No son instituciones de la caridad. El beneficio manda. Y la gente aprenderá que es mejor depender de un trabajo, y que éste esté bien pagado, que de la buena o mala disposición ajena. Sobre todo cuando ésta depende de un banquero en época de crisis. Nunca es bueno depender de nadie. Ni de los bancos siquiera.
Crisis. Edad de oro de los banqueros. No gano tanto pero preparo el terreno para el futuro. Echo cuentas. Transferencia de rentas del trabajo hacia rentas del capital. Cuando vuelva la prosperidad aún seré más rico. Me encanta esta sociedad. Algunos protestan. Son los menos. Clase media acomplejada. Clase media hipotecada.
La hipoteca. ¡Qué bonito invento! El más eficaz para la integración social. El banquero como el amigo principal del pueblo. Todos dependiendo de mí y yo en lo más alto. Prestando dinero. Haciendo de judío pero sin rechazo social. La casa de tus sueños al alcance de todos los bolsillos. Los banqueros haciendo feliz a la gente. El mundo al revés. Ya no se presta por necesidad. Se presta por estatus. La posición social dependiendo del banco. El banco en el eje de todas las esperanzas. ¡Salvad al banco! Él salvará a la sociedad. La clase media necesita de hipoteca. Sus miembros necesitan enseñar su casa a sus amigos.
El banco te permite presumir de vivienda. Aunque no comas. Aunque no llegues a fin de mes. Aunque tengas que pedir prestado a tu familia. Aunque rompas las huelgas por pagar el piso. Aunque tu vida se reduzca a pagar la letra. De nuevo los pobres vergonzantes. Pero con casa. Con una buena casa. Menos los desahuciados, claro. El banco no puede ayudar a todo el mundo.
La burbuja inmobiliaria. Invento del PP. Chollo del PSOE. Ganancias fáciles. Peligro a la vista. Mérito de los políticos. Irresponsabilidad de los políticos. Nadie avisó al ciudadano. No interesaba. Hasta que llegó la crisis. Millones de personas arruinadas. Millones de parados. Nueva irresponsabilidad de los políticos. Ahora sí dan la cara. Pero con los débiles. No con los bancos. Fin de los sueños. Creencia en ellos. Hay que salvar a los bancos Vota PP-PSOE.

lunes, 14 de enero de 2013

Un nuevo capítulo es el siguiente:

EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LOS HEROICOS DE LA IZQUIERDA
Aún existen seres que piden una imposición más justa. Pocos pero existen. A ellos quiero dedicar este capítulo. A los que no se han creído que todos seremos ricos. A los que prefieren evitar que seamos pobres. A los que aún creen que no es un robo intentar repartir la riqueza. A los pocos lúcidos de esta mísera sociedad. A los que su vanidad no les ciega el intelecto.
En mi día a día repito mucho una frase. Yo hago las huelgas aunque las haga yo solo. Sé que es una frase estúpida. Una huelga sólo es eficaz, y no siempre, si tiene un seguimiento mayoritario. Pero sé que es necesario rearmar moralmente a esta sociedad obtusa. Pocos comparten mi pensamiento. Más bien, al contrario. Para la mayoría soy gilipollas. Y la mayoría de las personas que conozco son de izquierdas.
Extraña sociedad ésta en la que vivo. Discurso de pobres si las cosas no van bien. Pensamiento de ricos en el fondo. Pijos de izquierda con su móvil de última generación, su ropa de marca y su presumir de viajes. Lo público como recurso de última instancia. Soy de izquierdas, pero llevo mis hijos a un colegio concertado. Hay que seguir adelante pese a ellos. Pero hacen daño, mucho daño.
Contradicciones sociales. Es tan bonito soñar con ser rico sin dejar de sentirme del pueblo. ¡Qué corazón tengo! Con lo que valgo no me siento más que los demás. Hasta doy lecciones morales y largo contra la derecha. Esos no son demócratas, yo sí lo soy. Ésos aún creen en jerarquías sociales, yo tengo más sensibilidad social.
Soy de izquierdas. Hablo mucho, demasiado. Muchas bravatas. Me comprometo poco o nada. Las huelgas, ¿para qué? Hay que hacerla indefinida, claro, pero no me muevo. Le reprocho a los sindicatos que no la convoquen. Con los mineros sí la convocan. No veo la contradicción. No va conmigo. Que luchen por mis derechos otros. Como si yo fuera tonto para perder dinero. Estoy con el pueblo, pero no soy tan tonto como el pueblo. Me indigno y es suficiente. Me quejo por Internet anónimamente. Es gratis y no me señala. Eso sí, soy tolerante, abierto y defiendo la libertad. Nada de prejuicios religiosos. Ésto es progresismo.
Soy de izquierdas, porque ahora los de izquierdas somos los buenos. Queremos el mismo éxito en la vida que los de derechas, pero con valores superiores. Nada de elitismos, tenemos asumido un espíritu democrático. Mucho colegueo. Mucho buen rollo. Nada de prejuicios sexistas. Nada de prejuicios racistas. Todos iguales, pero yo por encima. Afecto calidad y juego al golf. Quiero calidad. Presumo de haber ido a Arzak. Pienso como un rico. Soy de izquierdas, pero primero mi éxito, luego los problemas colectivos.
Conozco varios cachorros socialistas. Sé su forma de pensar. Tengo un amigo de izquierdas, llamémosle P. Yo soy funcionario. Está a favor de que me despidan porque con sus impuestos no tiene porque soportar tanto aprovechado. Yo he estudiado: yo no tengo mérito. Él hace dinero: él sí tiene mérito. Él trabaja en una multinacional. Ahora su empresa se va a deslocalizar. Que disfrute de las bondades de la empresa privada. Que disfrute del capitalismo. A ver si con un poco de suerte trasladan su empresa a la Cochinchina. A lo mejor mi amigo P. entonces se humaniza. A lo mejor ni eso. Habla tan bien cuando me discursea. Se siente tan superior. Verdad capitalista. Verdad superior. Verdad irrefutable. Verdades.
Mi amigo es hijo de obrero. Le emociona la lucha contra la dictadura de sus ancestros socialistas. Esta lucha le ha permitido jugar a nuevo rico. Adscripciones de izquierdas con anhelo de ganancias de derechas. Los de izquierdas también queremos ser jefes. Discurso de la voluntad. Admiración por el hombre hecho a sí mismo. Me he esforzado. Me lo merezco. Porque yo lo valgo. Es tan fácil justificarse a sí mismo. Es tan difícil ponerse límites a la ambición. Es tan difícil tener conciencia social. No son tiempos para ésta.
¡Qué panorama con los seres de la izquierda actual! Defender derechos con el freno de mano echado. Calculando lo que gano y lo que pierdo a cada paso. Viendo hasta dónde llega mi compromiso. Si me afecta directamente y pierdo lo que tengo sí me comprometo. De otro modo, suelto un discurso y miro a otro lado. Gran pensamiento de izquierdas: movilizarse por intereses egoístas y no por motivos solidarios. Espíritu sindical, reflejo del individualismo de izquierdas. ¡Qué grandes diferencias con la derecha!
Con esta izquierda, la derecha está muy cómoda. Una izquierda que es derecha, lógico que la derecha sea ultraconservadora. Keynes se ha transformado en un comunista. Un liberal hecho comunista por el triunfo del neoliberalismo. Hasta los de izquierda son neoliberales. Utilizando a Keynes para justificar la socialización de las pérdidas de los bancos. Sin condiciones. Intervención del Estado para salvar los beneficios de los banqueros. Ruina del Estado para salvar las fortunas de los más ricos. Neoliberalismo keynesianizado. Pese a ello Keynes es el nuevo Lenin. Es un hereje económico. Sus ideas representan una amenaza social. Una amenaza a la sociedad neoliberal.
Es difícil escapar a esta marea de pensamiento único. Tengo amigos que piensan como yo. Hacen las huelgas. Intentan comprometerse. No son comunistas. También creen en la democracia. No son tan ejemplares como el resto de la izquierda. No creen en valores superiores. Sólo quieren vivir bien. Son también egoístas pero saben que necesitan de los demás. Son pocos. Somos ridículos. Tenemos miedo, pero no por la crisis económica, sino por la pérdida de derechos.
Intentaremos resistir. Como el irreductible pueblo galo. En este envite no nos va la vida, pero sí el bienestar. Necesitamos de los demás. Que se vayan sumando. Que se olviden del cainismo de la clase media. Algún día volverán. Seguro. Pero no sé si antes de que todos lleguemos a pobres. Y entonces será peor. O revolución o fascismo. Mierda de la izquierda actual.
Sueño de ricos de las izquierdas. Pérdida inevitable de derechos. Hay culpables: los partidos de izquierda clamando contra el miedo a la derecha. Después gobiernan: ningún espíritu de izquierda. Se otorgan privilegios propios. Legitiman a la derecha. Ésta retira derechos. Se repite el proceso. ¿En quién confías? Vota PP-PSOE.

sábado, 12 de enero de 2013

El duodécimo capítulo es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: EL EMPLEO.
Primero, años setenta, pleno empleo y de calidad. Después, años ochenta, aceptación del paro. Invención de la tasa de paro natural, tranquilizante social. Más adelante, años noventa, precarización de los nuevos empleos pero respeto por los derechos laborales adquiridos. Ahora, entrados en el nuevo milenio, ni eso. Paro con empleo precario más destrucción del buen empleo. Todo ello con aprobación popular.  Tras las sucesivas reformas laborales ganan las votaciones siempre los mismos. Viva la democracia hispánica.
Lucha contra el paro. Bandera de todos los partidos en el gobierno. Treinta años de lucha contra el paro. Cada vez más parados y peores empleos. Gran éxito. Excelencias de las políticas liberales. La fuerza del trabajo al servicio de la economía y no al servicio de las personas. La economía al servicio de los poderosos y no de la sociedad. Pero somos españoles, no protestamos. Todos contentos, aunque somos currantes ahora, en el futuro seremos ricos. Por eso consumimos cuando podemos. Listeza ibérica. Vamos hacia atrás y creemos ir hacia adelante.
Lucha contra el paro. Mágica expresión. Término absoluto. Los pobres también trabajaron toda la vida en el pasado y no salieron de pobres. No es lo mismo una chabola que un palacio. No es lo mismo un mal empleo que un buen empleo. La lucha contra el paro no entiende de matices. Un parado menos es un éxito estadístico, pero posiblemente no sea un éxito para la persona. Sólo una necesidad para no mendigar.
Todos necesitamos trabajar. En una sociedad monetaria quien no cobra no puede subsistir. Bien, es cierto que hay que luchar contra el paro. Obvio. Pero es muy triste trabajar y vivir mal, con lo mínimo. Es más triste si la sociedad genera mucha riqueza. Vamos a ello. Nos estamos latinoamericanizando. Muy rápido además. Se acabaron las clases medias. Argentina vuelve en Europa.
Quien trabaja vive mal. Quien no trabaja vive peor. Es un modelo de sociedad que no me convence. La solución a la crisis pasa por destruir los buenos empleos. Extraña solución. Se destruye el consumo aparejado. Esto no es un problema económico, no hay que rescatar a los ciudadanos, a los bancos sí: Bankia sí es un problema económico. Nueva economía democrática: los intereses de los ricos por encima de los intereses ciudadanos.
El paro convertido en algo natural. Tasa de paro natural. La propia expresión suena aberrante. Pero se acepta. La aceptan las clases medias. Sus miembros están más entretenidos despellejándose mutuamente. No protegen sus intereses. No protegen el derecho al trabajo. A un trabajo digno. Los de arriba cada vez más contentos. Sus intereses sí se protegen. ¿Qué intereses? Ni se conocen. Bankia de nuevo a la palestra. Opacidad informativa. Mucha información, pero ninguna útil. Ciudadano desinformado. Ciudadano acrítico. Ciudadano parado.
El paro. Plaga moderna y mal hispánico. Insensibilidad de quien vive bien hacia quien vive mal. El paro como anticipo de la pobreza generalizada en la nueva España democrática y europea. El paro como prólogo de la miseria venidera. El paro aún no entrevisto en toda su trágica dimensión. El ciudadano español aún optimista sobre su futuro. Normal. Sólo se despierta la sensibilidad humana cuando la pobreza es extrema. No debería hacer falta llegar a ello. Nuestros padres vivían bien y trabajaban bien, los hijos queremos vivir bien y trabajar bien. No parece tan difícil. Pero somos españoles. No sabemos defender las conquistas sociales. Vivimos en un espejismo. Despertaremos en una pesadilla.
Lucha contra el paro. Destrucción progresiva de las clases medias. Unos no trabajan, otros trabajan en malas condiciones. La gente acude a votar. Piensa que el problema es ajeno. Sus males son pasajeros. Somos todos tan capaces. Cuando trabaje progresaré. Demostraré lo que valgo. Soy el mejor. Las decepciones no me arredran. Entretanto necesito gobiernos que me den la oportunidad. En fin, los políticos están muy cómodos: no tienen que apretar a los de arriba y los de abajo se conforman. La lucha contra el paro continúa. Vota PP-PSOE.

miércoles, 9 de enero de 2013

El siguiente capítulo es:

EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: ESPERANZA AGUIRRE
Política de éxito. La nueva Thatcher española. Populismo de derechas muy eficaz. Reflejo de la nueva mentalidad. Capitalismo popular. Ella liderará a la población hacia el éxito. Ella eliminará a los golfos y parásitos sociales. Ella es un carácter enérgico. Nunca un español se seguirá aprovechando de otro español. El Estado en sus justos términos. Sirviendo al rico, como siempre ha hecho. No es justo que nadie más se aproveche del Estado que los que siempre lo han hecho. Liberalizaciones a destajo. El ciudadano identificado con su líder. El líder destruyendo el Estado del bienestar. 
Esperanza Aguirre arrasando en Madrid. Gobiernos de mayorías absolutas legislando contra el interés de la población. Esperanza Aguirre como quintaesencia de la política. Los políticos no son tontos. Están acostumbrados a jugar con fuego. Están acostumbrados a alimentar las bajas pasiones ciudadanas. Están acostumbrados al maquiavelismo del poder. Guerra a los liberados sindicales. Aplauso popular. Guerra a los nacionalismos periféricos. Aplauso popular. Esperanza Aguirre es lista. Ridícula sí, pero lista. Ande yo caliente, ríase la gente.
Esperanza Aguirre destruyendo el discurso social. Alimentando la desconfianza entre los ciudadanos. Mis vecinos son unos pícaros. Necesito un poder fuerte que los controle. Necesito votar a ese poder. Esperanza Aguirre alimentando nuevos valores morales que sustituyan a los sociales. Vuelta a la religión. La religión capitalista. Como si el capitalismo no tuviera otra moral que la del dinero. No importa. Se le da una más presentable. En España es fácil. Está la moral católica. Siempre al servicio del poder. Ahora al servicio del poder capitalista. La Iglesia de nuevo al servicio de los poderosos. En España los tiempos han cambiado, pero las instituciones permanecen. La Iglesia siempre renace. El ser hispánico necesita estar oprimido. El ser hispánico vota su propia opresión. Esperanza Aguirre es su esperanza.
Soy Esperanza Aguirre. Soy política pura. Tengo las claves para ganar elecciones. Discurso ultraliberal. Discurso nacionalista. Discurso católico. Muchas contradicciones juntas. No importa. La globalización económica es opuesta al nacionalismo. No importa. La moral católica condena la usura y el beneficio inmoderado. No importa. Yo le prometo ser rico, ser un buen español y ser una buena persona a la vez. ¿Qué más quiere? Fomento su egoísmo, refuerzo su identidad y le lavo la conciencia de una sola tacada. ¿Cómo no me van a votar? Las contradicciones no importan. El ser humano es muy flexible si no recibe críticas. Yo lo sé. Lo sé manipular. Le halago. Me vota. Es normal.
Mi política se cobra víctimas, ¿qué importa de nuevo? Hay menos servicios públicos. Hay menos médicos y profesores a cargo del Estado. Alguien tiene que perder. Las mayorías lo entienden y me siguen. A algunos no les gusta. Tengo algo de oposición. Es inevitable en democracia. Es un incordio que llevo bien. La gente cree en mí. Sabe que  garantizo el éxito si me dan tiempo. Conmigo la economía crecerá y pagarán menos impuestos. Todos podrán llevar sus hijos a colegios privados, todos podrán tener su seguro médico privado, todos podrán tener su propio plan de pensiones. Conmigo todos ganarán. El mundo de Yupi. La vanidad reforzada. En un país pobre y de pobres, todos piensan como ricos. Yo lo sé. Y me aprovecho.
Soy Esperanza Aguirre. He encontrado la fórmula del éxito. Tengo la gente detrás. Convierto en antisociales las protestas. Divido a la sociedad en buenos y malos. Los buenos quieren ser ricos, los malos quieren ser parásitos. Los buenos contribuyen a la sociedad, los malos se aprovechan de ella. Huelga del metro de Madrid. Los trabajadores son malos ciudadanos. No dejan a los madrileños ir a trabajar. Entiendo la indignación de los madrileños. Me hago cargo. ¿Qué puedo hacer yo? Era necesario rebajarles el sueldo. No entiendo porque me piden estos huelguistas que no lo haga. Que vuelvan al trabajo. Que no perjudiquen a mis votantes. Yo me preocupo por Madrid. Yo me preocupo por los madrileños. No me gustan los malos madrileños.
Los trabajadores del metro. Protestar. Los profesores. Protestar. Con lo bien que viven. ¡Qué egoísmo! Hay tanta gente que lo pasa mal. Se olvidan de que estamos en crisis. Se olvidan de que todos tenemos que contribuir a salir de ella. Es cierto que unos más que otros. Yo no tengo la culpa de pertenecer a una familia de pasta que a veces me pide favores. Los valores familiares son tan hermosos. Están tan avalados por la Iglesia. Yo soy tan creyente. Yo no voy a dejar tirados a mis seres queridos. Yo enchufo a mis familiares, pienso en mi familia. Los trabajadores que piensen en los madrileños, no en sus familias. Mi discurso tiene contradicciones, es lógico que mi vida tenga también algunas. No importa, los madrileños me adoran. Soy su esperanza.
Los madrileños son como mis hijos. Seguiré velando por ellos. Seguiré liberalizando. Seguiré reduciendo el Estado. Los madrileños se quedarán sin garantías sociales. Los madrileños se quedarán sin garantías laborales. Los madrileños se empobrecerán. Es tan fácil vender que hay que pagar menos impuestos. Es tan fácil trasladar este mantra a una sociedad ignorante. Es tan fácil favorecer a mi clase social. Los ricos tenemos aversión a los impuestos. No les vemos utilidad. Yo me pago mis servicios, el que no tenga dinero que se joda, que no me lo robe a mí. He trasladado este pensamiento a la clase media. Ésta no puede pagar su bienestar pero no importa. Se siente rica. Es clase media. No da más de sí. Me vota. Me cree aunque la engañe. Vota Esperanza. Vota PP- PSOE.

lunes, 7 de enero de 2013

El capítulo décimo es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LA MATERNIDAD
Crecí con un espíritu femenino inteligente. Pero, ¡oh, pecado!, pensé que iba a ser para siempre. Tenía fe en las mujeres. Pensé que por fin se habían liberado. Pero aquellas eran mujeres de clase media que venían de pobres. Las actuales son mujeres de clase media que juegan a ser ricas. Ya no luchan por sus derechos. El ser madre oculta sus miserias personales sin bajarlas de estatus. El retroceso de las mentalidades. El feminismo no iba a ser diferente. La sociedad camina para atrás. Las mujeres caminan para atrás.
Hubo un tiempo en que las mujeres aspiraban a ser independientes. Hubo un tiempo en que las mujeres se querían a sí mismas. O lo parecía al menos. Ahora ese tiempo se ha acabado. La maternidad se ha vuelto a poner de moda. ¡Qué ilusión tener hijos! El reloj biológico acecha. Este orgánico reloj es tan recurrente como amenaza para el equilibrio mental de las mujeres actuales como la prima de riesgo para la buena salud de la economía hispana. Mira que si se me pasa el tiempo de parir y no puedo ser madre, ¡qué desgraciadita seré! ¡No me realizaré!
Ser madre. Fracaso personal presentido ocultado con nuevas y tradicionales realizaciones. Ser madre como forma de ocultar una realidad: la incapacidad de asegurarme un bienestar por mis propios medios. Pero las mujeres no somos inferiores a los hombres. No admito el fracaso. No me lo merezco. La sociedad debe reconocer mi sacrificio. Pienso en ella antes que en mí. Renuncio a mis sueños. Soy una buena chica.
El país os necesita, chicas. El país necesita de nuevas generaciones de trabajadores. Tenéis que tener altura de miras y saber devolver a la sociedad lo mucho que ella hace por las mujeres. Las mujeres están agradecidas. Ya somos europeas, hemos dejado atrás la sumisión franquista. La democracia nos ha devuelto nuestra libertad. Ya nos privamos nosotros de ella. Pero voluntariamente, por supuesto.
Las madres españolas. Ya no nos obligan a ser sumisas. Ya la sociedad no nos reserva el papel de madre. No hay problema, nos lo reservamos nosotras solas. Para qué reclamar una realización a través del trabajo. Para qué reclamar una realización a través de una independencia económica. Debemos tener hijos para asegurar la prosperidad patria. Las españolas, como los españoles, saben tener fe. Dios proveerá. Si no es con ellas, será con sus hijos. Mis hijos son tan guapos. Seguro que ellos tendrán éxito. Seguro que ellos no sufren mi misma frustración. ¡Qué orgullosa estaré de ellos!
Que hermoso ser madre. No aseguro mi futuro, pero qué placer poder jugar con el futuro ajeno. ¡Qué ejercicio de responsabilidad! Que hermoso parir futuros pobres. Al menos si son niñas y están buenas, se ganarán la vida como prostitutas. Los grandes adelantos de las mujeres españolas se verán en un futuro próximo. Y las madres estarán orgullosas de sus hijas putas. De clase media y consumistas, por supuesto.
Ser madre. Conservar conquistas previas, ¿para qué? Mejor salvar mi autoestima. Reconocer mi fracaso, ¡jamás! Las reivindicaciones feministas están anticuadas. La mujer hispánica, como el hombre hispánico, es individualista. Vive en la sociedad perfecta. Vive en Europa. Esto no es el mundo musulmán. Está todo conseguido en materia social. Lo que quieras conseguir en la vida lo alcanzarás. Y si no, puedes ser madre. Es tan fácil.
Feminismo. Sueño inalcanzable. Moral conservadora que renace. Todas madres. Las pocas mujeres listas marginadas. Están pasadas de moda. Lo moderno vuelve a ser parir y hablar de los hijos. ¡Qué progreso! El sexo vuelve a ser ilícito. ¡Qué escándalo! Yo soy madre y no una furcia. Vamos en el buen camino. Los gobiernos autonómicos retiran las ayudas a las mujeres maltratadas. Normal. Son libres. El mundo es suyo. Que tengan más hijos. Vota PP-PSOE.

domingo, 6 de enero de 2013

El capítulo noveno es el siguiente:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: EUROPA
Los españoles creen en Europa. Más les valdría creer en Dios. Éste es más transparente y tradicional. Es la misma fe y es fe religiosa. Europa es fe económica. El Plan Marshall no llegó y a Europa los españoles llegamos tarde. Aún soñamos con una Europa que ya no existe.
El mito de Europa. El mito del zar para los pobres campesinos rusos. El padrecito euro. El extinto bienestar que un día fue posible. Fue real que no hubiera sociedades de ricos y pobres. Ya no es real. Aún mantenemos la fe. Los españoles somos perseverantes. Siempre hemos sido un pueblo muy devoto. Que más nos da un Dios católico que alemán.
La Europa del norte y la Europa del sur. Alemania admirada. El milagro alemán nos oculta miserias teutonas anteriores. Hasta nos parecen guapas las alemanas. No tenemos ojos. Pensemos en su jefa. Hermosa. Ni para sexo vale la raza superior. Comentario sexista. Comentario indignado. Tampoco yo soy guapo.
Admiración ibérica por los alemanes. Lógico. Somos un pueblo inferior. Nos lo creemos todo. ¡Somos tan fáciles de contentar! En plena crisis somos el único pueblo cuya fe en Europa se mantiene incólume. Aún necesitamos más palos. Europa nos lo solucionará todo, menos nuestra vida y nuestro bienestar. Sin duda para el ser hispánico la ilusión es más placentera que la realidad. El Quijote es un producto hispánico, un producto de acomplejados, un producto de infelices.
Europa, para qué discutirla. Una idea, si es perfecta, hay que aceptarla en bloque. Se vive más feliz. El español es feliz: en Europa es imposible la pobreza. He oído tantas veces esta frase que me hace gracia. Somos el primer mundo. Los pobres son del tercero. Allí si que son desgraciados. Y es verdad, pero las desgracias nunca vienen solas.
Europa nos salva de la crisis, y, ¿antes de la crisis? El euro. El crédito. Muy bien. Los españoles tuvimos consumo a cambio de derechos. Engaño mayúsculo. Todos ricos. En bonanza económica, bajada de salarios. Bien. Qué inteligentes. Sólo los albañiles ganaron. Ahora también pierden. Mejor salvar el banco que salvar tu  trabajo. Ayudas a Bankia. Los españoles queremos que fluya el crédito. Deseamos un euro fuerte. Aunque nos empobrezcamos.
Desde arriba, los que siempre ganan se ríen de los de abajo. Y apelan al patriotismo. Una Europa fuerte necesita de una España unida. No importa que nuestra soberanía se la haya quedado Europa. La economía manda.
El mito de Europa. Una Europa democrática. Una Europa donde todos sus ciudadanos están representados. Una Europa a la cabeza del desarrollo de las libertades y los derechos mundiales. Una Europa cívica donde la protesta no ha lugar. Una Europa ejemplar. Por fin en Europa asistimos al final de la lucha de clases. Los españoles nos lo hemos creído. El sueño europeo nos ha invadido.
El mito de Europa. Una Europa democrática. Celebremos los gobiernos elegidos por los ciudadanos, que las decisiones ya las tomarán otros. El coraje de los políticos se queda en el nos mayestático. Con la ayuda europea los españoles saldremos de la crisis. Algunos sí, seguro. Nunca han entrado en ella. Ellos sí entienden a Europa. Una Europa de los capitales.
El mito de Europa. Europa versus Estados Unidos. En Europa se reparte la riqueza. En Estados Unidos hay grandes desigualdades. Cuentos. Un día fue verdad. Sueño americano, pesadilla europea. Bendito modelo desaparecido. La vanidad actual lo permite. Nos labraremos nuestro propio destino. Por supuesto, a peor. Llegaremos a pobres. Seguro. Ya estamos en el buen camino.
El modelo europeo. Modelo de clases medias. Tonterías pasajeras. Siempre ha habido ricos y pobres. Es ya la hora de acabar con anomalías históricas: la industria del lujo vuelve a crecer. Europa reniega de las últimas décadas. Ha vuelto a la verdadera senda. La desigualdad es una necesidad en las sociedades humanas. Todos los europeos no lo saben. Los que mandan sí. Y los españoles saben asumir los mandatos. Son los tontos que votaron a favor de la Constitución Europea. Los franceses no son tan tontos. Los holandeses tampoco.
La Comisión Europea. ¡Qué gran invento! Los gurús del destino de Europa. Con sensibilidad de políticos modernos. Sensibilidad invertida. Alabar bajar salarios. Seamos competitivos. Los ricos más ricos, los pobres más pobres. Fin de las clases medias. Europa nos hará prósperos. Los españoles volveremos a pobres. ¡Viva la Comisión!
Bien por Europa. Los poderosos hacen bien. Si yo fuera uno haría lo mismo. No tienen culpa. Son otros tontos los que lo permiten, los tontos que votan. ¡Viva la democracia! Necesita de votantes más listos. Falla cuando no es posible el voto inteligente. Los españoles aprueban por mayoría el referéndum sobre la Constitución Europea. Masoquismo puro. Gran ejercicio democrático de mis compatriotas: o aprobación o indiferencia.
La idea de Europa como reflejo de nuestra política. La clase media elige a mediocres y los mediocres que les eligen quieren que sean genios. Y, sin serlo, han sabido crear con Europa una feria de vanidades que diluye la responsabilidad. Políticos que son polvo, mas polvo humano. Son personas y las personas son egoístas. Siempre son las mismas. Siempre el mismo egoísmo. Es la inteligencia de los votantes. ¡Vivan los controles democráticos! No falla el sistema. Fallan las personas. Pero no las elegidas, sino las que eligen. Viva Karamanlis-Papandreu. España no es diferente. Vota PP-PSOE.
El octavo capítulo es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LA EDUCACIÓN
Se dice que el ser humano es egoísta. Y es verdad. Una verdad indudable que pocos se atreverían a poner en duda, aunque pocos la reconocerían en sí mismos. Pero el egoísmo y la estupidez casan mal. Y el ser español es un egoísta muy triste, un egoísta patético.
Voy a hablar de educación, soy eso que se llama educador, pero lo siento, tengo que crear mierda. La crisis me lo pide. Mi estado de ánimo me lo pide. Vivo en la sociedad de la envidia. La educación no es ajena. Mi escritura tiene que estar a su altura. Pongamos el caso de una compañera mía de trabajo, de otra educadora, a la que llamaremos E., por la letra inicial de su nombre.
E., cuyo trabajo es el de profesora de un instituto público, anda muy preocupada, terriblemente preocupada. ¿Por los efectos de la crisis en su vida? ¿Por la anterior y más que posible futura bajada de su sueldo? ¿Por qué pueda acabar despedida si cambia la legislación sobre los funcionarios? No, eso son bagatelas para E. Su vanidad le impide ver el bosque.
E. anda preocupada por la reducción horaria que ha conseguido una compañera suya, que es su jefa para más inri. Por culpa de esta tramposa ella tiene que trabajar más horas. Esta injusticia la tiene a mal traer. Es su particular obsesión. No hay día que no exprese su queja a algún compañero. Pero, ¡oh, maravilla!, saca una medida el gobierno que amplia su jornada laboral convirtiendo su malhadado horario temporal de este año en definitivo y en E. no hay lugar a la protesta. Esta medida afecta a todo el mundo y es, por ello, más justa. Ya no se siente de menos. E. no va hacer una huelga por tan poca cosa. Después de todo su dinero es suyo. No vaya a ser que encima se gane la huelga y favorezca a su enemiga.
Sigamos con más ejemplos del profesorado. Se supone que los profesores son inteligentes, se supone sólo. No dejan de ser parte del rebaño y sufren de la misma atrofia mental que el común de los españoles. Este nuevo profesor lo vamos a llamar C., muy amigo mío, asturiano como yo, otro miembro de la enseñanza pública. Otro educador.
C. ha asumido como propios los prejuicios contra los funcionarios, pese a ser uno de ellos. Postura inteligente donde las haya, hacer de caja de resonancia de tu propia desgracia. Según C., el problema de España son los funcionarios, que no son productivos. Esta comunión de valores con el resto de la masa hispánica es hermosa, pero suicida. Deja que otros te juzguen y saldrás escaldado, y así le ha pasado a C., que recientemente ha visto como su gobierno, el de la ejemplar comunidad madrileña, la misma de Bankia, ha decidido bajarle fuertemente el sueldo, sin tener en cuenta el fuerte compromiso de C. con la verdad. Él denunciaba a sus compañeros pícaros, pero él no era como ellos. La sociedad, por desgracia para C., no entiende de matices. C. ha potenciado una sospecha y paga por ello.
El caso de C. me recuerda cuando los judíos ricos financiaron las campañas electorales de Hitler. El ser humano tiene una fuerte tendencia a su autoinmolación. Pronto los ricos españoles también financiarán un partido de ultraderecha. Financiarán la llegada de locos al poder. Con lo fácil que es repartir. En fin, los ricos  no son más listos que C., sólo que toda sociedad es jerárquica, y algunos tienen que estar en lo más alto. Y, como el resto no sólo son tontos, sino también débiles, no es fácil bajarles del pedestal.
Volviendo a C. últimamente ha cambiado, cuando su sueldo ha empezado a caer en picado. Ahora hasta asiste a protestas y se indigna. No entiende que se le confunda con los malos funcionarios. ¡Él es diferente! ¡Él no estafa a la sociedad! La única verdad es que él está pagando su debilidad. La única verdad es que él también será pobre. Es cuestión de tiempo.
C. está ahora asustado pero, pese a los palos recibidos, la mayoría de sus compañeros profesores aún no protestan: su vanidad se lo impide. Vanidad, vanidad, vanidad, el gran mal social. Todos nos creímos lo suficientemente listos para ser ricos. Y nadie pensó en su contrario. En asegurar no ser pobres. Los profesores son como los demás pero con un agravante. Que explico. He dicho antes que los profesores son igual de memos que el resto de la sociedad, pero quizá lo sean un poco más porque, encima, se creen listos porque tienen estudios. Se sienten irremplazables. Sienten que no hay nadie que pueda ocupar su puesto. Ingenuos. Hoy día vivimos en una sociedad muy cualificada. Hoy día tiene estudios hasta el mendigo de la esquina.
Los profesores son vanidosos. El ser hispánico es vanidoso. La vanidad es el pecado mortal de nuestra sociedad, aquel que más limita la inteligencia. Todo español se siente predestinado al éxito. El fracaso no existe. Soy profesor. Sigamos analizando la educación. Analicemos la parte más importante de la familia educativa. Pasemos a hablar de los alumnos.
Me río cuando medios conservadores acusan a la juventud de ser antisistema. Teorías de la conspiración vanas. Nunca en la historia española ha habido una juventud más conformista. Es una juventud buena que, de momento, a causa de su temprana edad, sus miembros aún no son tan tristes como sus profesores. Pero llevan camino de superarlos. Si no cambian, que no cambiaran. Poca esperanza hay de lo contrario.
Una juventud muy competitiva. Terrible palabra. La más odiosa del léxico. Aún son buenos, creen en sí mismos, creen en el mérito individual, creen en sus futuras hazañas, creen que se comerán el mundo, creen en la armonía social capitalista. Creen en el sistema. Yo soy educador. Yo los engaño. Soy parte del sistema. Trabajad y estudiad. La recompensa llegará.
Pobres niños pijos, los jóvenes están condenados a ser malos. Serán trepadores o desgraciados. Más bien lo segundo. Su imaginación les pone en un sitio, la vida les pondrá en otro muy diferente. Hay un mundo dentro de la escuela, hay otro mundo fuera de ella. Hay un mundo de valores, hay otro mundo de realidades.
Son jóvenes, son sanos. Serán viejos, no serán tan sanos. La edad no pasará en balde. Nuestros virtuosos jóvenes se volverán mezquinos. Se perjudicarán a sí mismos. Es el destino de la sociedad hispánica. Cultiva un individualismo que acaba hundiendo a sus miembros en la miseria. Y los jóvenes son los peores. Creen en el éxito. Están predestinados al fracaso.
Pensemos en C., una alumna modélica. Un encanto de persona. Una niña adorable. No mataría una mosca. Incapaz de pensar mal. Ella saca muy buenas notas. He puesto un examen muy fácil en su curso. Todos sus compañeros han sacado muy buenas notas. C. ha cogido una llorera. Ella ya no destaca. Esta niña está enferma. Y una persona enferma no es buena para la sociedad. Pero la sociedad está enferma. Esta niña no desentona. Yo apruebo su actitud. Es mi labor como educador.
Dejemos a los alumnos. Pensemos en otro pilar educativo: los padres. Les hacen los deberes a sus hijos. Normal. Sus hijos quieren jugar y son vagos. Aún son humanos. Sus padres no. Si suspenden sus vástagos, hay culpables. Por supuesto los profesores. No han sabido motivarlos. Sus hijos tienen que ser los mejores. Sin disgustarlos, por supuesto.
Cultura del esfuerzo sin esfuerzo. Sólo resultados. Disfunción entre teoría y realidad. Hay que exigir a los hijos de los demás, hay que disculpar al propio. Mi hijo no va a ser menos, pero aún es un niño. Superdotado, por supuesto. Hay que darle tiempo hasta que consiga resultados. Presión de los padres. Presión social. Dobles raseros. Mejor un rasero más humano. Mejor los padres se preocupaban de un futuro de clase media para sus hijos. Con estudios o sin ellos. Con resultados o sin ellos. Con derechos. Vota PP-PSOE.

viernes, 4 de enero de 2013

El séptimo capítulo es el siguiente:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LOS FUNCIONARIOS
Año 2012. Cuarto año de crisis. Existe en Hispania una categoría social especialmente vilipendiada por la sociedad. Tiene un nombre. Son los funcionarios. Se han convertido en el problema económico por excelencia. España no se recupera por culpa del exceso de servidores públicos. España es un país de pícaros. El funcionario es el pícaro máximo. Los españoles no pueden sostener a tantos vividores. El gobierno debe tomar medidas. El gobierno las está tomando.
El gobierno acosando a los funcionarios. Los funcionarios sin entender nada. Se habían olvidado lo vulnerables que son. Se creían parte del Estado. Se creían parte del poder. Pero el poder son otros. Y estos otros no quieren que se les culpabilice. Hay que encontrar otros culpables. Para eso están los funcionarios. Tienen seguridad económica en época de inseguridades. Es bastante para ser envidiados. Es bastante para ser culpabilizados.
Fácil culpabilización de los funcionarios. Masa amorfa que no sabe defenderse. Masa amorfa sobre la que ya hay muchos prejuicios hechos. La mitad del trabajo ya está hecho. La otra mitad es fácil hacerla. No va a haber oposición. Los funcionarios aceptarán su sino. Aceptarán con facilidad su condena social. Porque no se la acaban de creer. Porque creen que por sus estudios son respetados. Porque creen que la seguridad económica les da un rango social superior. Son unos infelices. Se sienten élite. No saben comprender lo que se les viene encima.
Soy funcionario. Estudié años para serlo. Competí por un puesto fijo. Lo conseguí. Al principio sólo quería un bienestar. Sólo quería una seguridad económica. Sólo quería no ser pobre en una sociedad rica. Con la seguridad económica olvidé mi condición social. Me empecé a creer más de lo que soy. Me dormí en los laureles. De verdad me creí que soy un privilegiado. Olvidé la diferencia con los privilegiados de verdad.
Soy funcionario. Me siento un privilegiado. Tengo nómina fija. Mi banco me ofrece créditos. ¡Qué suerte! El mismo banco que aboga por reducir el déficit público. El mismo banco que aboga por bajarme el salario. Protegiendo su inversión en deuda pública. Ésta es mejor negocio que yo. Es mejor negocio que los funcionarios. Los privilegiados de verdad traicionando a los aparentes privilegiados.
Funcionarios. Pobrecitos. Se creen élite. Yo no soy un trabajador normal. Yo no necesito hacer huelgas. Yo me he asegurado un futuro. Soy de los de arriba. Soy del grupo bueno. Defiendo el orden social. Pues no. Los recortes llegan a mansalva. Llegan también las lamentaciones. Se quedan en eso. Infierno de cobardes. Los fijos ven rebajado el sueldo. Los interinos van a la calle.
Los funcionarios. Compitieron por un puesto. Se creyeron seguros. Olvidaron la lucha social. Olvidaron su condición de trabajador. Unieron al individualismo social el individualismo del opositor. Son muchos. No son nada. Porque no saben estar unidos. No saben de su fuerza. No la utilizan.
Funcionarios. Jugando a presumir de un estatus que no tienen. Trabajadores públicos llevando a sus hijos a colegios privados. ¡Qué triste! Imitación del poderoso. Imitación del mismo poderoso que te desprecia. Que se ríe de tus torpes intentos de ser como él. Que se aprovecha de que vivas de lo público y reniegues de ello. Que te recorta porque el primero que te recortas eres tú mismo.
Resentimiento social hacia el empleado público. Los funcionarios se lo tienen merecido. Pero no por sus privilegios, sino por ser tan tontos. No tanto por su supuesta o no supuesta picaresca, como por su desunión. Hasta tiran piedras contra su propio tejado. Algunos se creen ejemplares. Creen que el problema del funcionariado es que no todos son tan buenos profesionales como ellos. Hablan mal de los compañeros. Dan lecciones de eficiencia. Luego son los más aprovechados. Dime de qué presumes y te diré de qué careces.
Resentimiento social. Extendido a toda la sociedad. Extraño virus de virulencia extrema. Los españoles jugando a nazis con los funcionarios. Manifestaciones de odio sorprendentes. Un ejemplo. Tengo muchos amigos del sector privado con familiares que trabajan de funcionarios. Casi sin excepción aprueban las bajadas de sueldo a sus familiares. Porque ya era hora de acabar con el despilfarro público. Rara forma de defender a su familia. Eso sí, sus familiares son la excepción que confirma la regla. Sus familiares son trabajadores competentes. Pobres inocentes. ¡Qué pena da que paguen justos por pecadores! A los justos siempre los conocemos. A los pecadores siempre los desconocemos.
Los funcionarios como otro exponente más de la gilipollez social. Buscando la salvación individual cuando la sociedad ya te ha condenado. Creyendo que la sociedad va a percibir el mérito individual dentro del demérito colectivo. Entremedias no defiendo mis derechos. Dejo que me los quiten. Porque tengo que asumir los valores de la sociedad. Aunque estos valores sean prejuicios en mi contra. Prejuicios de los que no me entero. De los que no me quiero enterar. Porque yo sí soy cumplidor. Conmigo los recortes sí son injustos. Con los demás seguro que no. Si yo te contara lo aplicado que soy. No tengo nada que reprocharme. Hasta he votado al PP para que arregle las cosas. Vota PP-PSOE.

jueves, 3 de enero de 2013

El siguiente capítulo es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LA IGLESIA
Aún quedan algunos curas con conciencia dentro de la Iglesia. Los más viejos generalmente. Que se van muriendo. El resto ha vuelto a sus ocupaciones pastorales. A sus obligaciones tradicionales. Lavar la conciencia de los ricos. Resignar a su suerte al resto. Los curas más viejos vivieron un tiempo en que la Iglesia combatió la injusticia. Ahora el capitalismo ha triunfado. La injusticia va a desaparecer del mundo. Todos seremos ricos, aunque sea de espíritu. La Iglesia puede volver a ocuparse del pecado. La Iglesia puede volver a ocuparse de salvar almas.
La Iglesia volviendo a su papel tradicional. Intentando avergonzar a los ricos de no ser un poco más pobres. Como si a los ricos les importara que les riñeran. Les resbalan los sermones. Les importa el perdón de sus pecados. Y aquí la Iglesia es complaciente. Pide buenas obras. Y los ricos se cobran tanto por adelantado que siempre les queda algo para devolver. Y pasan de ser los malos a ser los buenos. A ser ejemplo de la sociedad. A hacer obras de caridad. A preocuparse por el prójimo. Después, claro, de llenar primero los bolsillos propios. Con la Iglesia están cómodos, los que pierden son los malos y los que ganan son los buenos. Lógico y justo. Moral cristiana.
Moral cristiana. Moral necesaria. Soy la Iglesia. Tengo una moral completa y acabada. Muy útil en épocas de crisis de valores. Consumismo por doquier. Competencia salvaje entre individuos. El individualismo como norma de progreso social. Fin de la moral cívica. Fin de la moral solidaria. Se necesita otra moral. Soy la Iglesia. Tengo una. Y funciona. Lleva funcionando muchos años. Lleva funcionando muchos siglos.
La moral cristiana de nuevo a escena. De nuevo demandada por la población. El ciudadano se ha embrutecido. Ha dejado de ser persona. Quiere volver a serlo. Quiere volver a tener conciencia. La Iglesia vuelve a ser indispensable. Vela por la moral. Tranquiliza el espíritu de los ricos. Cala entre los aspirantes a ricos. De nuevo los seres hispánicos preferimos ser puros antes que justos. De nuevo el mensaje evangélico se impone. De nuevo la Iglesia impone sus tesis. El aborto vuelve a ser un asesinato. La mujer vuelve a ser madre. O puta. O asesina. La Iglesia triunfa. La pureza vuelve a la sociedad. La armonía celestial se instaura de nuevo entre los hombres. No tanto entre las mujeres. No tanto entre los homosexuales. La modernidad cristiana no llega a tanto.
El aborto como asesinato. La moral cristiana convertida en moral progresista. El aborto convertido en un asesinato por la defensa del derecho a la vida. Tiempos de moral cambiante. Tiempos de inversiones conceptuales. Los pobres rescatando a los bancos. Por solidaridad con los ricos. Solidaridad hacia arriba. Yo pensaba que la solidaridad era hacia abajo. Estaba equivocado. Pensaba también que la definición de vida tenía criterios científicos. También estaba equivocado. La verdad vuelve a ser patrimonio eclesiástico.
Ruíz Gallardón. Ministro español de justicia. Muy católico él. Rechazando el aborto aunque haya malformaciones en el feto. Mientras hacía esta indecente proposición, atraco a mano armada a su hijo en Brasil. Matan a su amigo. Él sale ileso. Ojalá hubiera quedado parapléjico. Quien pide el sufrimiento de los demás, debería tenerlo en su casa. Yo no soy cristiano. Yo no soy buena persona. Yo no perdono. El aborto. Insensibilidad de los ricos hacia los pobres. Ellos nos gobiernan. La Iglesia los avala.
Moral cristiana. Defensora de la familia. También yo adoro a mi familia. Pero me preocupa ver a mis familiares sin trabajo. Me preocupa que los niños de mi familia no tengan futuro. Moral cristiana. Defensa de la familia sin criticar al capitalismo. Explotación laboral. Jornadas de trabajo maratonianas. Crianza de los hijos sin la presencia de los padres. Difícil encaje de bolillos. La Iglesia lo hace. Han dejado de ser su problema los asuntos sociales. Ella predica valores absolutos. Los pobres deben ganarse el cielo. Dignidad espiritual y no dignidad material. De nuevo la recompensa en el más allá como respuesta al sacrificio social.
Soy la Iglesia. Institución democrática por excelencia. Visión jerárquica de la sociedad. Lecciones de moral sin sensibilidad. Visión absoluta de la realidad. Yo desde mi pedestal dicto lecciones. Gracias a ello vivo bien. Quien las recibe vive mal. Curioso criterio moral. No predico con el ejemplo. No importa. Estoy acostumbrado a la hipocresía. Es parte de la marca Iglesia. Como la crisis es parte de la marca España. Ahora están unidas las dos. Y para mucho tiempo. La Iglesia ha vuelto con fuerza. Vuelve a ser parte del paisaje hispánico.
La Iglesia. Tengo mucho poder. Mucho más poder de lo que el ciudadano piensa. Lo demuestro. Controlo la educación. La controlo cada día más. El Estado financia mis colegios. Caso único en el mundo. Regalo de un gobierno socialista. El poder eclesiástico nutriéndose del pensamiento laico. España es diferente. Llega la crisis. Pero no para mí. La educación concertada se refuerza. La educación pública se recorta. Efectos curiosos de la crisis. La Iglesia sale triunfante. Empobrecimiento de la sociedad. La Iglesia está cómoda. Ella siempre se ha servido de los pobres. Pronto se recuperarán las vocaciones. Es cuestión de tiempo. Los pobres prefieren comer. Aunque sea ejerciendo de sacerdotes.
La Iglesia. Superviviente nata. Pasó malos tiempos. Esperando su oportunidad. Supo sobrevivir al cambio de valores. Supo sobrevivir a las mentalidades ateas. Mantuvo sus dogmas. Ahora vuelven triunfantes. Interesa a los ricos. Éstos odian las morales sociales. Prefieren las morales tradicionales. Donde los ricos son los buenos no pagando impuestos. Donde los ricos son los buenos explotando a los trabajadores. Donde los ricos son los buenos enriqueciéndose sin medida. Donde los pobres son los malos si no aceptan su suerte. La Iglesia de nuevo a escena. España ha vuelto a ser la de siempre. Con democracia o sin ella. Vota PP-PSOE.

miércoles, 2 de enero de 2013

El quinto capítulo es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LA JUVENTUD
Época de crisis. Ningún futuro para los jóvenes. Ellos no parecen enterarse. Generación perdida. Una expresión que no va con ellos. El índice de paro juvenil más alto de Europa. No les interesa. No son grupo, son individuos que sueñan. Entender la realidad no es parte importante de su vida. Han sido mimados, creen que serán mimados en el futuro. Su horizonte son sus viajes, sus estudios y sus ambiciones. Necesidades artificiales por doquier. Alguien las paga. Ellos no. Ese alguien morirá, los jóvenes no son conscientes de ello. Ese alguien no tendrá sustituto.
La pasividad social de los jóvenes. Una actitud difícil de explicar. Hagamos un intento. Hubo un tiempo en que las universidades eran un foco de agitación. Ese tiempo ya está muy lejano. Los jóvenes gastan sus energías en otros empeños. ¿Para qué la lucha social? Ellos viven en una sociedad rica y son más capaces que sus padres y abuelos. Si éstos vivieron bien, ellos vivirán mejor. Seguro. No puede ser de otro modo. Las sociedades nunca van para atrás. La historia no es circular.
El mundo juvenil. El mundo de la competitividad ciega. Sólo los mejores son apreciados. Hay que superar al vecino a toda costa. Sólo importa la nota. Debo coleccionar carreras. Compito, debo ser el mejor, luego no reconozco el mérito ajeno. Le privo de humanidad, me privo de humanidad. Debo superarlo, debo superarme.
Tengo que ser el mejor. Otro tiene que ser peor. Otro que también se cree mejor. Otro al que criticaré, otro que me criticará. Competencia sin nobleza. Pérdida de sensibilidad. El esfuerzo no cuenta, el trabajo no cuenta. El resultado sí cuenta. No hay objetividad. Valoración a posteriori. En función del éxito alcanzado. Quien fracasa no tiene mérito. Quien fracasa no tiene derechos. No hay lugar en el mundo juvenil para los fracasados. Aunque trabajen, aunque se esfuercen. Nuevo darwinismo social.
Compito. Las pruebas de mi valía pasan por el éxito alcanzado. Y éste por la riqueza conseguida. Por la calidad de los objetos que atesoro. Visión material ciega. Debo demostrar mi valía con valores externos. Debo consumir aunque mis ingresos desciendan. Ya le pediré prestado a mis mayores. Consumo compulsivo. Móviles de última generación. El móvil me otorga la personalidad. Existo a través de él. De sus cualidades. No tengo identidad. Me equiparo a los pijos. Quiero parecer rico. Quiero parecer triunfador. Imagen sin solidaridad. Espiritualidad moderna. Racionalidad moderna. La competencia, la base del éxito.
Los jóvenes. Qué desesperanza. Han visto fracasar a la generación mileurista. No les ha servido de experiencia. La pobreza no ha llegado aún. El ser humano sólo escarmienta en carne propia. El escarmiento será muy severo. Es duro caminar de rico hacia pobre. Es más duro cuando se vive fuera de la realidad.
Nuestros jóvenes no son mezquinos. No van a discutir políticamente por el reparto del dinero en la sociedad. ¿Para qué la política? Yo me valgo por mí mismo. Estoy por encima de la política. Adopto una postura de desprecio. Apoyo a Escaños en Blanco. Sucedáneo de la política. Nuestros jóvenes. Son incapaces de protestar por derechos concretos. Ellos quieren competir. Que se les respete su libertad. Que puedan demostrar que son los mejores. Creen en la democracia. No saben que los que mandan sí saben ser más pragmáticos. Saben convertir en leyes las ventajas de su posición. Se aprovechan de su posición de fuerza. Los jóvenes no son conscientes de su posición de debilidad. Pecado de la edad que van a pagar muy caro.
Los jóvenes de clase media. Una combinación fatal. Si sus padres no son muy listos, con los jóvenes se culmina la bobería. Creen en los reyes magos. Creen en la sociedad donde el talento se impone. Son tan individualistas que no tienen ojos. No saben ver la realidad. No saben que su bienestar depende de su actitud vigilante. No saben que hay que desconfiar del que manda. No saben que los poderosos siempre se la meten doblada a los de abajo. Ahora se preocupan de la salud de la juventud. Los políticos se preocupan del botellón.
Juventud enferma. Pero no la enfermedad que venden los políticos. El botellón no tiene importancia. Siempre los jóvenes se han divertido. Yo no me olvido de haber sido joven. Otros sí lo hacen. Criminalizar el botellón. Táctica reiterativa de las élites de animalizar a las potenciales víctimas de la explotación. Si se las priva de dignidad, es más fácil privarlas de derechos. Hace un siglo todos los obreros eran alcohólicos. Hoy son seres humanos respetables. Hoy no son pobres.
Juventud enferma. Pero no en sus vicios. Los jóvenes están aprendiendo a tenerlos. Los mayores ya los hemos tenido todos. Es un aprendizaje necesario. Juventud enferma de mente. Juventud competitiva, insolidaria, inconsciente de su fuerza. Si la juventud se uniera cambiaría su suerte. Los jóvenes siempre han tenido mucho más brío que los mayores. Brío que ya se perdió. No habrá un Mayo de 68 en España. Los jóvenes dejan que les animalicen. Fin de la lucha por la liberación sexual. Fin de otras muchas cosas.
No protesten, muchachos. Dejen que los recortes continúen. Vivan en la inopia. Sigan creyendo que se van a comer el mundo mientras desaparecen los buenos trabajos. Sigan creyendo que ustedes son diferentes. Sorpréndanse en el futuro de trabajar por una miseria mientras su compañero más torpe encuentra un buen enchufe. Vuelve la sociedad de los favores: unos pocos buenos empleos canalizados a través de la gratitud de los poderosos. A lamer el culo. Ése es el futuro que les espera, muchachos.
Prepotencia juvenil. Atrevimiento de la edad sumado a la vanidad propia de esta sociedad. Mi mujer ha vuelto a estudiar. Está en una facultad de letras. Estaba en clase cuando Zapatero recortó el sueldo de los funcionarios. Todos sus compañeros se alegraron. Es lo justo. Los funcionarios son unos vagos y ya era hora de que el gobierno los metiera en cintura. Actitud inteligente donde las haya. La mayoría de estos estudiantes la única salida digna que tendrán en el futuro es hacer unas oposiciones y trabajar de profesor para el Estado. Valiente forma de tirar piedras contra su propio tejado. Pero no son conscientes. Ellos no piensan en un trabajo tan vulgar como el de profesor. Sus metas son más altas. No saben pensar en términos de salario y bienestar. No piensan en términos de su futuro. Creen que van a mandar y el que manda nunca tiene problemas. Sólo piensan en términos de presente. Sólo piensan en consumir.

Los jóvenes y el consumo. Sorprendente combatividad la de los jóvenes europeos. Semana de disturbios callejeros en Londres. Saqueos generalizados. Extraña sublevación. Extraña rebeldía juvenil. La juventud dispuesta a saquear tiendas. La juventud sin mover un dedo para defender sus derechos. Sí protestando contra los intentos de atajar la piratería por internet. Éste sí es un problema social. Afecta a su consumo. Sin consumo no somos nada. Sin trabajo no pasa nada. Gran ética la de los jóvenes.  Desalentadora ética. Libertad para consumir, lo demás no importa. ¿Para qué votar? Ya existen los partidos tradicionales. Vota PP-PSOE.

martes, 1 de enero de 2013

El cuarto capítulo es el siguiente:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LAS PROMESAS ELECTORALES
Rajoy llegó al poder prometiendo unas cosas. Gobierna haciendo otras. Práctica corriente en los políticos. En cuanto ocupan su trono se olvidan de sus promesas electorales. Siempre ha sido así y la gente igualmente les cree. Misterios de la vida. De once millones de votos obtenidos por Rajoy, posiblemente ocho o nueve millones de estas personas serán perjudicadas por sus decisiones actuales. La decisión del voto debería ser más inteligente. Pero es España.
Rajoy acusando a Zapatero de destruir el Estado del bienestar. Rajoy destruyendo el Estado del bienestar. Rajoy acusando a Zapatero de ser el problema de España. Rajoy siendo el problema de España. Acusaciones mutuas. Siempre lo mismo. El ciudadano pierde. Pero otorga.
Los ciudadanos sabían que estaba mintiendo. Sabían que estábamos en crisis. Que se prometían cosas como si la crisis no existiera. Era irreal. No generaba desconfianza. Extraño. Falta de madurez de la sociedad hispánica. Sus miembros sólo escuchan lo que quieren oír. Irracionalismo peligroso. No es bueno que el ciudadano renuncie a la razón. Es bueno que mantenga su espíritu crítico. Hoy Rajoy nos miente, mañana ¿quién? Nuevas demagogias, peligro seguro.
 Otro caso reciente. Elecciones andaluzas. PSOE prometiendo no hacer lo que seguro va a hacer porque ya lo ha hecho con anterioridad. Curioso. Gana las elecciones. Por el miedo a la derecha. Huir del fuego para caer en las brasas. Voto útil. Gran margen al votante. Éste no es muy listo, pero es bienintencionado. De nuevo es engañado. Nueva vuelta de tuerca. Izquierda Unida participa del engaño. Bajada del sueldo de los funcionarios. Lógico, no son ricos, son currantes. Ellos sí son privilegiados. Política de izquierdas.
Elecciones. Cuatro años de impunidad. Si las cosas van bien, se favorece a los amigos banqueros. Con el crédito, los ciudadanos contentos. Si las cosas van mal, los políticos alardean de ejercicio de responsabilidad y de ajustes: hay que pisar el acelerador de las reformas. Frase de Rajoy. Bien por él. Veinte años de recortes de derechos. Los políticos apoyan a la globalización y a la nueva Europa. Gracias por la fuga de capitales.
Sólo se ha respetado a las generaciones más antiguas. Se las ha mimado. Políticas del INSERSO. Los viejos votan en masa. Los pensionistas representan el último resto de bien común que les queda a los políticos. Que no se confíen. También les llegará a ellos. Fin del último dique de la democracia. Su egoísmo les costará caro. Han visto arruinarse a sus hijos. A ellos les llegará su turno. Quizá se mueran antes de que les ajusten. Quizá no.
Necesidad de una cultura democrática en el solar hispano. Peligro de que esta falta de cultura favorezca opciones radicales. La crisis se perpetúa. La desesperación aumenta. Tanto engaño es peligroso. Nadie debe votar a los partidos que engañan. Nadie debe votar a partidos que prometen la panacea. No hay que ser crédulos. La política no es la religión. Aunque empieza a parecerlo.
Se piden políticos sinceros. Esto no es tan importante. Lo importante es no refrendar un engaño. Voto sectario del votante español. Si éste quiere defender la democracia tiene que aprender a votar. No votar por miedo. Sólo votar por interés, pero racionalmente. Es sencillo. Cuatro años de gobierno, ¿ha cumplido este partido lo que prometió? ¿Vivo yo mejor? ¿Vive mi familia mejor? ¿Vive mi entorno mejor? Si no es así, se vota a otro. Y si sale igualmente falso o corrupto de nuevo se vota a otro. Es fácil. No hace falta escuchar tanto a los políticos. Basta con cambiarlos.
Pero es difícil ser racional en política. Las campañas electorales te inundan de promesas y miedos. El ser hispánico se siente inseguro. O cree que su voto tiene un carácter mágico o cree que no vale para nada y no merece emitirlo. Pero el único voto útil es el voto sensato. El que no convierte a los políticos en una casta si no sirven a los ciudadanos. Y en España, ya sea por omisión, o por sectarismo, los políticos son una casta.
Dificultad para que aparezcan nuevos políticos. La gente no confía en ellos. Curioso. Confía en los que ya le han engañado. Me acuerdo el caso de Pimentel, un exministro de Aznar. Hace años se presentó en Andalucía. No sacó casi votos. No sé si era válido o no. Pero parecía diferente. Esto es bueno. Si siempre son los mismos, destruirán la democracia. La gente dejará de confiar en ésta. Y estamos en crisis. Fácil caldo de cultivo para opciones políticas radicalizadas. El mito de un gobierno fuerte siempre presente. El mito de un líder que lo soluciona todo. El mito regenerador. Cuidado.
Hastío del ciudadano de la política. Acomodamiento de los políticos. Es una forma de vida y se vive muy bien. Tengo poder y nadie lo cuestiona seriamente. Lleva muchos años funcionando el engaño. Los políticos no ven el peligro. Son los únicos que aún creen en su discurso. Votante resignado, pero peligroso. Hasta en España la gente se harta. Hay que esperar a nuevas elecciones. Vota PP-PSOE.