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miércoles, 2 de enero de 2013

El quinto capítulo es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LA JUVENTUD
Época de crisis. Ningún futuro para los jóvenes. Ellos no parecen enterarse. Generación perdida. Una expresión que no va con ellos. El índice de paro juvenil más alto de Europa. No les interesa. No son grupo, son individuos que sueñan. Entender la realidad no es parte importante de su vida. Han sido mimados, creen que serán mimados en el futuro. Su horizonte son sus viajes, sus estudios y sus ambiciones. Necesidades artificiales por doquier. Alguien las paga. Ellos no. Ese alguien morirá, los jóvenes no son conscientes de ello. Ese alguien no tendrá sustituto.
La pasividad social de los jóvenes. Una actitud difícil de explicar. Hagamos un intento. Hubo un tiempo en que las universidades eran un foco de agitación. Ese tiempo ya está muy lejano. Los jóvenes gastan sus energías en otros empeños. ¿Para qué la lucha social? Ellos viven en una sociedad rica y son más capaces que sus padres y abuelos. Si éstos vivieron bien, ellos vivirán mejor. Seguro. No puede ser de otro modo. Las sociedades nunca van para atrás. La historia no es circular.
El mundo juvenil. El mundo de la competitividad ciega. Sólo los mejores son apreciados. Hay que superar al vecino a toda costa. Sólo importa la nota. Debo coleccionar carreras. Compito, debo ser el mejor, luego no reconozco el mérito ajeno. Le privo de humanidad, me privo de humanidad. Debo superarlo, debo superarme.
Tengo que ser el mejor. Otro tiene que ser peor. Otro que también se cree mejor. Otro al que criticaré, otro que me criticará. Competencia sin nobleza. Pérdida de sensibilidad. El esfuerzo no cuenta, el trabajo no cuenta. El resultado sí cuenta. No hay objetividad. Valoración a posteriori. En función del éxito alcanzado. Quien fracasa no tiene mérito. Quien fracasa no tiene derechos. No hay lugar en el mundo juvenil para los fracasados. Aunque trabajen, aunque se esfuercen. Nuevo darwinismo social.
Compito. Las pruebas de mi valía pasan por el éxito alcanzado. Y éste por la riqueza conseguida. Por la calidad de los objetos que atesoro. Visión material ciega. Debo demostrar mi valía con valores externos. Debo consumir aunque mis ingresos desciendan. Ya le pediré prestado a mis mayores. Consumo compulsivo. Móviles de última generación. El móvil me otorga la personalidad. Existo a través de él. De sus cualidades. No tengo identidad. Me equiparo a los pijos. Quiero parecer rico. Quiero parecer triunfador. Imagen sin solidaridad. Espiritualidad moderna. Racionalidad moderna. La competencia, la base del éxito.
Los jóvenes. Qué desesperanza. Han visto fracasar a la generación mileurista. No les ha servido de experiencia. La pobreza no ha llegado aún. El ser humano sólo escarmienta en carne propia. El escarmiento será muy severo. Es duro caminar de rico hacia pobre. Es más duro cuando se vive fuera de la realidad.
Nuestros jóvenes no son mezquinos. No van a discutir políticamente por el reparto del dinero en la sociedad. ¿Para qué la política? Yo me valgo por mí mismo. Estoy por encima de la política. Adopto una postura de desprecio. Apoyo a Escaños en Blanco. Sucedáneo de la política. Nuestros jóvenes. Son incapaces de protestar por derechos concretos. Ellos quieren competir. Que se les respete su libertad. Que puedan demostrar que son los mejores. Creen en la democracia. No saben que los que mandan sí saben ser más pragmáticos. Saben convertir en leyes las ventajas de su posición. Se aprovechan de su posición de fuerza. Los jóvenes no son conscientes de su posición de debilidad. Pecado de la edad que van a pagar muy caro.
Los jóvenes de clase media. Una combinación fatal. Si sus padres no son muy listos, con los jóvenes se culmina la bobería. Creen en los reyes magos. Creen en la sociedad donde el talento se impone. Son tan individualistas que no tienen ojos. No saben ver la realidad. No saben que su bienestar depende de su actitud vigilante. No saben que hay que desconfiar del que manda. No saben que los poderosos siempre se la meten doblada a los de abajo. Ahora se preocupan de la salud de la juventud. Los políticos se preocupan del botellón.
Juventud enferma. Pero no la enfermedad que venden los políticos. El botellón no tiene importancia. Siempre los jóvenes se han divertido. Yo no me olvido de haber sido joven. Otros sí lo hacen. Criminalizar el botellón. Táctica reiterativa de las élites de animalizar a las potenciales víctimas de la explotación. Si se las priva de dignidad, es más fácil privarlas de derechos. Hace un siglo todos los obreros eran alcohólicos. Hoy son seres humanos respetables. Hoy no son pobres.
Juventud enferma. Pero no en sus vicios. Los jóvenes están aprendiendo a tenerlos. Los mayores ya los hemos tenido todos. Es un aprendizaje necesario. Juventud enferma de mente. Juventud competitiva, insolidaria, inconsciente de su fuerza. Si la juventud se uniera cambiaría su suerte. Los jóvenes siempre han tenido mucho más brío que los mayores. Brío que ya se perdió. No habrá un Mayo de 68 en España. Los jóvenes dejan que les animalicen. Fin de la lucha por la liberación sexual. Fin de otras muchas cosas.
No protesten, muchachos. Dejen que los recortes continúen. Vivan en la inopia. Sigan creyendo que se van a comer el mundo mientras desaparecen los buenos trabajos. Sigan creyendo que ustedes son diferentes. Sorpréndanse en el futuro de trabajar por una miseria mientras su compañero más torpe encuentra un buen enchufe. Vuelve la sociedad de los favores: unos pocos buenos empleos canalizados a través de la gratitud de los poderosos. A lamer el culo. Ése es el futuro que les espera, muchachos.
Prepotencia juvenil. Atrevimiento de la edad sumado a la vanidad propia de esta sociedad. Mi mujer ha vuelto a estudiar. Está en una facultad de letras. Estaba en clase cuando Zapatero recortó el sueldo de los funcionarios. Todos sus compañeros se alegraron. Es lo justo. Los funcionarios son unos vagos y ya era hora de que el gobierno los metiera en cintura. Actitud inteligente donde las haya. La mayoría de estos estudiantes la única salida digna que tendrán en el futuro es hacer unas oposiciones y trabajar de profesor para el Estado. Valiente forma de tirar piedras contra su propio tejado. Pero no son conscientes. Ellos no piensan en un trabajo tan vulgar como el de profesor. Sus metas son más altas. No saben pensar en términos de salario y bienestar. No piensan en términos de su futuro. Creen que van a mandar y el que manda nunca tiene problemas. Sólo piensan en términos de presente. Sólo piensan en consumir.

Los jóvenes y el consumo. Sorprendente combatividad la de los jóvenes europeos. Semana de disturbios callejeros en Londres. Saqueos generalizados. Extraña sublevación. Extraña rebeldía juvenil. La juventud dispuesta a saquear tiendas. La juventud sin mover un dedo para defender sus derechos. Sí protestando contra los intentos de atajar la piratería por internet. Éste sí es un problema social. Afecta a su consumo. Sin consumo no somos nada. Sin trabajo no pasa nada. Gran ética la de los jóvenes.  Desalentadora ética. Libertad para consumir, lo demás no importa. ¿Para qué votar? Ya existen los partidos tradicionales. Vota PP-PSOE.

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