Vota PP-PSOE

viernes, 8 de febrero de 2013

El capítulo trigésimo tercero es el siguiente:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: EL VOLUNTARIADO
¡Qué cosa más hermosa ayudar a los demás! ¡Qué cosa más hermosa ayudar a la sociedad! ¡Qué hermoso ayudar a otras sociedades! Hay tanta necesidad de altruismo en el mundo. Hay tanto egoísmo en el mundo. Menos mal que aún quedan personas buenas con capacidad de desprendimiento. Personas que den ejemplo. Buenos españoles que ayuden a los demás a salir de la crisis. Aportando su trabajo. Sin pedir nada a cambio a la sociedad. Como debe ser.
Trabajar por dinero. Qué feo. El dinero todo lo envilece. No hay nada que dignifique más al ser humano que renunciar a su interés. No hay mayor virtud moral que el hacer algo por otros seres humanos sin pedir nada a cambio. Muchos españoles lo han entendido así. Muchos españoles se ofrecen voluntarios para hacer tareas sociales. Muchos españoles entienden que el Estado no tiene dinero. Que no puede despilfarrar en trabajadores. Pero el trabajo hay que hacerlo. El Estado apela a los buenos españoles. Los buenos españoles dan un paso al frente. Los buenos españoles van a trabajar gratuitamente.
El Estado del bienestar sostenido con trabajo voluntario. El sueño del neoliberalismo. Por fin la pesadilla de los ricos de pagar impuestos para mantener servicios sociales se ha acabado. Una nueva caridad ha reaparecido. Ya no como valor religioso, sino como valor laico. De nuevo el compromiso social deja de ser obligatorio. Si tengo tiempo y dinero, echo una mano a la sociedad. De otro modo, nadie me toca lo mío.
Nadie me reprocha si no contribuyo a la sociedad. Nadie ve inmoral que no pague impuestos. Al contrario, se me valora cuando me decido a ser bueno. Entonces, todos me consideran un ejemplo a seguir. Hasta los parados. Y eso que les quito el trabajo. Pero la culpa de que no haya trabajo para los españoles es de los inmigrantes. Jamás de los buenos españoles. Que tanto hacen por España. Hasta trabajar gratis.
Valores morales a la medida del que más tiene. Valores morales en perjuicio de los que menos tienen. Los que viven bien presumiendo de trabajar gratis para la sociedad. Los que viven mal suspirando por un trabajo mal pagado. Y sin poder quejarse. Si lo hacen son malos ciudadanos que tienen que tomar ejemplo de los buenos españoles. Éstos no sólo no se quejan sino que arriman el hombro. Arriman el hombro en beneficio de España. Lástima que este beneficio no llegue a todos los españoles. Ya se sabe. Las buenas obras son caprichosas. Llegan a unos y a otros olvidan. Lo importante es la intención.
El trabajo voluntario. La nueva caridad. De nuevo la justicia social pasa a estar enterrada. De nuevo los derechos convertidos en gratitud. Las clases medias jugando a ser ricas. Asumiendo los valores de los ricos. Asumiendo el paternalismo de los ricos. Asumiendo este paternalismo en el peor momento. Cuando empieza su regreso a pobres. Cuando las ONGs empiezan a dedicar su ayuda a los españoles. Cuando de nuevo vuelve la división entre ricos y pobres.
Las ONGs. La exaltación del voluntariado. La exaltación de los valores más generosos del ser humano. El deseo de paliar la desgracia ajena. El deseo de erradicar la miseria. El deseo de huir de un mundo materialista. Las ONGs. La prueba de que la pobreza es muy real en otras partes del mundo. El deseo del español de sentirse bueno con los desfavorecidos. El deseo del español de aportar un poco de esperanza en otras partes del mundo.
Las ONGs. La posibilidad de viajar sin la despreocupación moral del turista. La posibilidad de conocer realmente el tercer mundo. La posibilidad de salir del universo autista del primer mundo. Que los voluntarios cuenten cómo se vive en otras partes. Que cuenten lo que es la pobreza. Que lo cuenten sin romanticismos. Que no vayan con una visión prefabricada de que los pobres son felices. Sobreviven en la desgracia sí. Sobreviven de la mejor manera sí. Intentando tener sus momentos de placer sí. Pero los voluntarios no se quedan a compartir su vida de felicidad. Los voluntarios regresan. Y deben contar la verdad.
Deben contar que la pobreza es real. Que afecta a personas tan listas como las de aquí. A personas tan válidas como las de aquí. A personas con las mismas aptitudes que las de aquí Que es absurdo no defender el bienestar cuando ya se ha conseguido. Que no es tan fácil vivir bien en este mundo. Que la mayoría de las personas no lo hacen. Que la mayoría de seres humanos no se pueden ni limpiar el culo con papel higiénico. Que hay muchos más pobres que ricos. Y que no son peores que tú. Que tú puedes ser uno de ellos.
El trabajo voluntario. Las ONGs. Representan valores sociales que no se pueden condenar. Pero hay otros valores sociales más importantes. Valores sociales que no sean voluntarios. Valores sociales que obliguen a un compromiso real. A un compromiso real de quienes más se benefician de pertenecer a la sociedad. A un compromiso real de quienes más ganan. Que deben ayudar por ley. Seres privilegiados cuya ayuda no puede quedar a expensas de su índole moral. Porque tienen mucho dinero. Y ese dinero es necesario para que no haya pobres. Porque lo ideal no es que las buenas personas ayuden a la sociedad, sino que la sociedad pueda ayudar a todos sus miembros. Y esto no se consigue con compromisos voluntarios.
La exaltación del trabajo voluntario conviviendo con millones de parados. Otra de las muchas aberraciones de Hispania. Muchos parados teniendo que aceptar periodos de prueba sin cobrar. Como si no necesitaran el dinero. Pero está feo hablar de dinero cuando hay personas que trabajan gratis. Porque todos tenemos que ayudar a la sociedad. Porque todos tenemos que defender un modelo social que no permite la pobreza. En Europa somos todos ricos. En Europa podemos ser todos desprendidos. En España somos europeos. Vota PP-PSOE.
El capítulo siguiente es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LA LEY DE DEPENDENCIA
Tuve a mi abuela viviendo en mi casa muchos años. Estaba enferma. La cuidaba su hija. La cuidaba mi madre. Cuando yo nací ya había tenido su primera trombosis. Ya estaba paralizada de un lado. Ya hablaba mal. Aún se valía, aunque malamente. Había que ayudarla. Mi madre la ayudaba. Sus nietos la ayudábamos.
La trombosis se repitió. Convirtió a mi abuela en un vegetal. En un vegetal vivo. La mantuvimos en casa. Necesitaba de muchos cuidados. Aún vivió varios años. Yo estaba al paro. Había acabado la carrera. Seguía viviendo en casa de mis padres. Ellos trabajaban. Tuve que asumir muchos de los cuidados. Son tareas ingratas. Es duro cuidar de un enfermo crónico. Es más duro cuando no hay posibilidades de recuperación. Finalmente murió mi abuela. Su muerte me liberó. No puedo decir que me entristeciera. La hubiera seguido cuidando, pero era una esclavitud. Una esclavitud compartida por muchas familias.
Promulgación de la ley de dependencia. Tres años después de la muerte de mi abuela. Recuerdo aún fresco de mi sujeción a ella. Muchos años al servicio de un enfermo. Alegría porque otras familias van a recibir ayudas. Alegría porque se da fin a una situación tercermundista. Las familias ya no van a cargar solas con unas tareas tan penosas. Los españoles van a recibir ayudas del Estado para cuidar a sus seres queridos. Por fin el desamparo de los enfermos se va a considerar un asunto de justicia social y no sólo de amor familiar. España está cambiando. Un nuevo espíritu social se adueña del país.
Ley hermosa sobre el papel. Dificultades para llevarla a la práctica. Dificultades de financiación. Ya lo dijo Zapatero. Es de izquierdas bajar impuestos. Sobre todo a los más ricos. Favorezcamos a las Sicavs. Suprimamos el impuesto del patrimonio. Bajemos el impuesto de sucesiones. Confiemos en una economía sin redistribución. Confiemos en una economía sin reglas. La economía crecerá y crecerá. Habrá dinero para todos. Habrá dinero hasta para que juguemos a dictar leyes sociales. Hasta para que juguemos a diferenciarnos de las derechas.
Ley social sin capacidad de financiación. Confianza plena en la economía. Pensamiento muy de izquierdas. Nueva caridad de izquierdas. Cuando no haya dinero el ciudadano que se fastidie. Moderno sentido de entender los derechos. Moderno sentido progresista de entenderlos. La economía es cíclica. La crisis estaba al caer. La crisis viene dos años después de la ley. La crisis invalida la ley. El fracaso afecta doblemente. Con daños morales y con daños económicos. El fracaso de la ley afecta a las esperanzas y al bolsillo. Afecta a los cuidadores, no afecta a los políticos.
Soy Zapatero. Tenía buena intención. No es mi culpa que fracase la ley. Yo he cumplido. He diseñado esta ley tan hermosa. Soy de izquierdas. Tengo sentido social. Lástima que tenga un sentido populista. Con derechos de quita y pon. Me lo puedo permitir. La sociedad no me pide seriedad. Gano unas elecciones con la promesa de perdonar cuatrocientos euros de impuestos. La sociedad no me aprieta. Gestiono al capricho. Si la economía va bien soy el avanzado de la izquierda, si la economía va mal exijo responsabilidad y esfuerzo a los españoles. Los pobres conmigo ganan a veces, los ricos nunca pierden.
Ha llegado la crisis. Tomo medidas. De muy distinto signo a la ley de dependencia. Condeno a la pobreza a muchos españoles. No me siento responsable. Las leyes no me limitan. Reniego de mis promesas previas. Reniego de mis afirmaciones más tajantes. Me aprovecho de que el sentido del honor se ha perdido. Antes el dirigente que llevaba al desastre a un país dimitía. Tenía vergüenza pública. Se avergonzaba ante la sociedad. Estas cosas ya no se estilan. Somos políticos modernos. Somos políticos impunes.
El honor antiguo. No es fácil creer en él. Generaba una doble moral a favor de los poderosos. Su límite moral se lo ponían ellos, no la ley. Pero era algo. Ahora no hay nada. Ahora hay separación de poderes. Dicen que para se controlen entre sí. Más bien para diluir responsabilidades. Ahora el límite lo deben poner los ciudadanos. Pero éstos pasan de todo. Están tan acostumbrados a ser mandados que no discuten al que manda. Llevamos muchos siglos acostumbrados a la sumisión en Hispania. No se cambian de un plumazo los hábitos adquiridos. El ser hispánico reniega del poder pero no lo discute. El ser hispánico es cobarde por naturaleza.
Zapatero se ha ido. Rajoy ha llegado. El gobierno ha cambiado. Un cambio simple. Sólo hay una renovación de las mentiras. Ahora el PSOE denuncia las mentiras del gobierno. Hace un año el PP denunciaba las mentiras del gobierno. Hace un año el PSOE mentía en el gobierno. Ahora el PP miente en el gobierno. Bipartidismo. El PP gana las elecciones por el desgaste del PSOE. La crisis continúa. El PSOE esperando el desgaste del PP. Presumiendo de su faceta social. La ley de dependencia. Sería una aberración que el PSOE volviera al poder. Ya es hora de que el votante pegue un puñetazo en la mesa. Con inteligencia. Sin esperar milagros de una nueva fuerza política. Sin esperar que los nuevos sean limpios y honrados. Pero estando preparando para echarlos si también les corrompe el uso del poder. El ciudadano debe mandar y no ser mandado. El ciudadano debe castigar con su voto a los políticos si no quiere que éstos lo castiguen con sus decisiones.
Rajoy se irá. Como Zapatero se fue. No sé quien sustituirá a Rajoy. Tengo poca confianza en el ser hispánico. Me recuerda al ser itálico. Me recuerda cuando éste se cansó de la corrupción del pentapartito. La revolución ciudadana acabó con Berlusconi en el poder. Triste final para tantas esperanzas democráticas. Pero éstas hay que mantenerlas. Hay que confiar en que alguna vez el ciudadano entienda su fuerza. Entienda que es posible que no se vuelvan a dar decepciones tan importantes como la ley de dependencia. Entienda que hay que acabar con el bipartidismo. Y no sustituirlo por algo peor. El ciudadano tiene que estar siempre atento. Siempre dispuesto a castigar a los políticos. Le va en ello su bienestar. Ese bienestar que muchos españoles ya han perdido. Vota PP-PSOE.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Un nuevo capítulo es:

EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO. LA CULTURA DEL ESFUERZO
Estamos en crisis. Los españoles hemos vivido muy acomodados. La sociedad hispana reclama a sus miembros mayor sacrificio. La sociedad reclama a los españoles mayores virtudes morales. Se la reclama especialmente a la juventud. A la juventud ni-ni que no hace nada. Yo soy profesor. Yo tengo que educar a los jóvenes. Yo les voy a poner las pilas. Yo les voy a enseñar las excelencias de la cultura del esfuerzo. Es la única cultura que vale en tiempos de crisis. España saldrá adelante. Yo cumpliré mi parte.
Pero tengo dudas. Recuerdo mi juventud. No siempre fui ejemplar. Ahora debo exigir lo que no me exigieron. No me convence. Es lo malo de tener memoria. Mis alumnos no son peores de lo que fui yo. Hay buenos y malos estudiantes. Como en mi época. Pero les exigiré más esfuerzo. Necesito una coartada. Necesito una coartada para justificar que yo tenga un buen trabajo y ellos estén condenados a un mal empleo. Debo hacerles sentir que la culpa es sólo suya. Que no se han esforzado. Que tienen lo que se merecen.
Yo no idealizo mi pasado. Ya soy algo mayor. Soy una excepción. Mi generación sí idealiza su pasado. Cualquier persona que está bien idealiza su pasado. Tiene que justificar sus merecimientos ante la sociedad. Ni siquiera los enchufados reconocen el enchufe. Las personas sólo hablan de sus méritos. Nunca de otros factores. Por importantes que sean éstos. Es ley de vida. Pero una mala ley. Los viejos españoles de hace un siglo no eran respetables porque no tenían dinero. Los viejos españoles actuales son respetables porque tienen dinero. Los jóvenes actuales cuando lleguen a viejos de nuevo no serán respetables. Y los individuos de todas estas generaciones son iguales. Sólo que la del medio tenía derechos y las otras dos no. La primera porque no los conocían. La última porque los perdieron.
La cultura del esfuerzo. Los prejuicios a favor de quien tiene éxito. Los prejuicios en contra de quien no lo tiene. Fui muchos años opositor. Entretanto estuve al paro. Encerrado en casa. Estudiando mucho. Esos años mi persona no valía nada. Mis alumnos tienen un futuro negro. Yo pude sacar la plaza de profesor. Aún existían buenos trabajos en la sociedad. Aún había manera de reconocer el esfuerzo del estudiante. Ahora el premio al esfuerzo se ha sustituido por la cultura del esfuerzo. Los buenos estudiantes condenados a la marginalidad. Condenados a exigírseles un poco más. Los malos estudiantes, si tienen padrinos, dictando lecciones de éxito. Porque el éxito se valora a posteriori. Como debe ser.
Oyendo hablar a los viejos criticando el no hacer nada de los jóvenes pienso que todos ellos debieron ser grandes estudiantes. Oyendo las críticas sobre la LOGSE pienso que antes todo el mundo sabía de todo y se esforzaba al máximo. Que todos eran lumbreras. Que nunca hubo mediocridad en España. Que si los mayores viven bien es porque son todos seres sobresalientes. Y no es así. No son tan perfectos. Ni los jóvenes son tan imperfectos. Pero a éstos se les exige perfección. Los jóvenes tienen un problema. Un gran problema. La sociedad está en su contra. Y está en su contra creyendo que obra con justicia. Creyendo como los malos padres que los castigos son por el bien de los hijos.
La cultura del esfuerzo. Otra de las muchas contradicciones sociales. Los padres quitan responsabilidades a sus hijos. Se lo dan todo en bandeja. Compiten con otros padres por ser los mejores padres. Compiten porque sus hijos tengan lo que quieran. Que no les falte de nada. Viven para que sus niños no se sientan menos que otros niños. Luego los niños se hacen jóvenes. Tienen que adquirir responsabilidades. Y entonces los mayores les censuran. Les censuran por no querer marchar de casa. Por no querer aceptar malos trabajos. Por querer seguir teniendo tiempo libre. Les censuran por no querer renunciar a su bienestar.
Soy un padre. Soy una madre. Sobreprotejo a mis hijos. Les hago pensar que la vida es fácil. Dejo que abusen de mí. Que sean mis tiranos. Les concedo todos sus caprichos. Les hago sus tareas escolares. Les refuerzo su subjetividad. Luego les exijo capacidad de sacrificio. Quiero que sean luchadores. Que sepan sufrir. Que sepan lidiar con las dificultades de la vida. Contradictorio. Confundo a los jóvenes. Ellos son los malos. Porque lo tienen todo, porque no saben luchar por nada. Yo soy el bueno perfecto.
De nuevo los miembros de las clases medias perjudicándose entre sí. En este caso entre generaciones. La generación mayor sin apoyar a la generación joven. Dejándola sola ante el peligro. Ante el peligro de involución social. La generación mayor alabando unos valores que sólo pueden beneficiar a los más fuertes de la sociedad. A los que pueden llegar al éxito por herencia. Y vender que lo hacen por su esfuerzo. Porque es muy fácil justificar un estatus. Es muy fácil crear un historial de merecimientos. Es muy fácil crear un currículo adecuado. Sólo hay que tener el dinero para comprarse los títulos. Nuestra sociedad hispana desconfía del pobre, no del rico. Al pobre se le exige mucho. Al rico se le exige mucho menos. Los ricos comparten la cultura del esfuerzo. Les viene bien. Ellos son los mejores.
Igualdad de oportunidades. ¡Qué patraña! Unos más medios, otros menos. Unos buenos contactos, otros malos. Unos mayor premio a su esfuerzo, otros menor o inexistente. Los primeros recompensados por la sociedad, los segundos puestos bajo sospecha. Los segundos son mis alumnos. Tengo miedo por su futuro. No son hijos de ricos. No pueden comprar sus títulos. Necesitan que se valore su esfuerzo. Necesitan que su esfuerzo les sirva para vivir bien. No necesitan una cultura del esfuerzo que minusvalora al individuo. No necesitan de unos valores morales que les perjudican al reclamar sus derechos.
Los nuevos valores. Las nuevas posibilidades de apretar a los que están por debajo. Los pobres vuelven a ser pobres por sus defectos morales. Y hay que vigilarlos para que no se aprovechen de la sociedad. Para que no vivan del trabajo ajeno. Se necesita mayor severidad. Lo sabe el nuevo gobierno hispano. Persigue la picaresca. No persigue la explotación. La mujer de mi primo trabaja sesenta horas a la semana. Es madre. Tiene hijos. No puede estar con ellos. Su empresa no recibe ninguna inspección laboral. Ella no va a denunciar. Se queda sin trabajo. Se queda sin poder mantener a sus hijos. Valiente vida. La que nos extraña que rechacen nuestros jóvenes. Pero éstos son unos vagos.
Tradicionalmente las clases altas siempre han despreciado al resto de las clases sociales. No les ha bastado con vivir mejor sino que han pretendido la superioridad moral. Y habitualmente la han conseguido. La nobleza mantuvo durante siglos un aura especial entre los plebeyos. Ahora entre la clase media se repite el fenómeno. Los que aún viven bien pretenden una superioridad integral sobre el resto. No les basta la desgracia ajena sino que pretenden que sea merecida. Es una actitud triste. Es una actitud insolidaria. Que va condenar a nuestros jóvenes. A los que no se esfuerzan. Pero también a los que se esfuerzan.
Soy profesor. Soy funcionario. He pasado la mayor parte de mi vida estudiando. Hasta más allá de los treinta años. Y no por ser un mal estudiante. Conseguir un buen empleo no es fácil. Hay que trabajarlo. Ahora los funcionarios somos vilipendiados por la sociedad. No merecemos nuestro bienestar. Debemos esforzarnos más. Somos unos vagos, somos unos pícaros. Las nuevas leyes expresan este sentir social. Menos sueldo y más horas de trabajo. La sociedad contenta. No se permiten aprovechados en su seno.
La cultura del esfuerzo. El reino de los hijos de...El reino de los mangantes. El reino de los Fabra. Normal que los políticos persigan a los funcionarios. Normal que los ciudadanos apoyen a los políticos. Normal que los políticos destruyan los buenos trabajos. Normal que los ciudadanos no defiendan la existencia de buenos trabajos para sus hijos. Será que éstos no se esfuerzan. Estamos en España. Vota PP-PSOE.
El capítulo trigésimo es:

EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LOS INTERINOS
Ya he dicho que soy profesor. En la enseñanza pública. Soy funcionario de carrera. En mi trabajo coincido con muchos compañeros que no tienen la plaza de funcionario en propiedad. Los llamados interinos para entendernos. Los interinos son trabajadores que renuevan su contrato año tras año. O eso pasaba hasta ahora. Ahora son los trabajadores de la administración que están directamente amenazados por los últimos recortes gubernativos. O sea, los trabajadores de la administración que según el gobierno no van a ver renovado su contrato. O sea, los trabajadores de la administración que van a ser despedidos el próximo año.
La cuesta abajo de los interinos empezó hace dos años. Zapatero se puso firme. Con los de abajo claro. El gobierno adopta las primeras medidas duras contra los funcionarios. Rebajas salariales muy importantes. En mi cuerpo, el de profesores, del 7%. Todos mis compañeros indignados con la medida. La crisis no la debemos pagar nosotros. No la generamos. La culpa es de otros. Sí, discursos bonitos. Mucha cháchara. Voluntad de resistencia nula.
Los sindicatos hacen un intento. Sin mucha convicción. Conocen el cuerpo de funcionarios. No son mineros precisamente. Los funcionarios convocados a la huelga. Días previos a la huelga. Nadie desvela sus intenciones. Yo empiezo a sospechar. La huelga será un fracaso. No puedo entenderlo.  Veo los peligros futuros. Llega el día de la huelga. Poco seguimiento. Entre los interinos casi nulo. Les aviso. La tarta siempre se rompe por el lado más débil.
Siguientes recortes. Siguientes huelgas. Misma respuesta de los interinos. Nula respuesta de los interinos. Los trabajadores poniéndose la soga al cuello. Sin comprender el peligro. Pensando que las medidas que afectan a todos a mí no me afectan. Pensando que un milagro me va a salvar. Dejando pasar el tiempo a ver si ocurre el milagro. El tiempo ha pasado. El milagro no ha llegado. Las oportunidades se han terminado.
Los interinos. Gente joven por lo general. Con los vicios sociales de la gente joven. Desmovilización absoluta. Individualismo acentuado. Desconfianza hacia los sindicatos. Bien. Pero no se puede luchar por los derechos por libre. Hay que hacerlo en grupo. Los sindicatos fallan, sí. Pero las personas fallan más. No se puede exigir a un sindicato que defienda tus derechos sin tener tu apoyo.  No se puede no hacer la huelga y querer que triunfe la huelga. No se puede querer conservar íntegra la nómina y querer el éxito de las reivindicaciones. No se puede querer ganar siempre. Los jóvenes lo pretenden. Los interinos lo pretenden.
Las huelgas. Exponentes del individualismo moderno. Cientos de excusas para no hacerlas. Son métodos anticuados de lucha. Un día no vale para nada. No me lo puedo permitir. No confío en los sindicatos. Nadie la va a hacer. Y así excusas y excusas. Todo por no comprometerse realmente. Todo por no perder un día de salario. La gente inventa otras pantomimas de protesta. En mi profesión, las camisetas verdes. Las camisetas verdes reivindicando la enseñanza pública. Todo el mundo se las pone. Todo el mundo que no hace las huelgas. Muchos de los que van a ser despedidos.
Las huelgas. Se lo digo a mis compañeros. Yo hago la huelga aunque la haga yo solo. Y la he hecho solo. Siendo el tonto de la clase. Siendo el hazmerreír. Pero no importa. Una huelga en solitario es absurda. La fuerza está en el grupo. Pero no importa. El grupo lo forman personas. Personas que se tienen que concienciar de defender sus derechos. Personas que se tienen que concienciar de su insignificancia individual. Personas como los interinos que van a ser despedidas. Que van a ser despedidas sin haber luchado por sus derechos.
Hablo con mis compañeros. Hablo con A. I., una interina. Hablo antes de la última convocatoria de huelga. Me explica. No puede hacer la huelga porque tiene que pagar la hipoteca. Vale. Ella tiene sus gastos. Yo tengo los míos. No insisto. Ahora han salido las vacantes para el año próximo. Esta chica no va a trabajar. Se han reducido las plazas para interinos de una forma drástica. El gobierno ha metido la tijera a fondo. Esta chica tiene que seguir pagando la hipoteca. Pero asumirá su problema en solitario. Nadie la ayudará. Ya no tiene compañeros que la puedan ayudar. Ya no tiene la fuerza de ningún grupo que la respalde. Ha perdido su capacidad de presión social. Es una parada. Ha dejado de ser persona. Ha pasado a ser estadística. Ella hará sus cuentas, el gobierno ha hecho las suyas.
Hablo con mis compañeros. Hablo con B., otra interina. Sobre el conflicto minero. Los dos trabajamos en una zona minera. Los dos tenemos que ir en coche a trabajar. B. no entiende los cortes de carretera. Se indigna con los retrasos que le ocasionan. Considera a los mineros personas que no tienen respeto por las demás. B. considera a los mineros personas que no tienen sentido social. B. está a punto de perder su puesto de trabajo. Los mineros también. B. no se siente identificada con los mineros. Ellos están defendiendo sus empleos. B. no defiende el suyo. B. considera a los mineros antisociales. B. no considera al gobierno antisocial. Los abusos de los de arriba se comprenden. Los abusos de tus semejantes no se comprenden.
B., ejemplo claro de la mentalidad actual. B., ejemplo claro de la persona condenada a perder su trabajo. A pesar de sus estudios. A pesar de su formación. Todo su aprendizaje no le vale de nada sin derechos. Pero ella no se entera. Considera que ella se labrará un futuro porque ella vale mucho. Considera que tendrá una nueva oportunidad de mostrar su valía. Pero la crisis va para largo.  B. tendrá varios años para reflexionar sobre la importancia de un buen trabajo. Varios años para reflexionar sobre la importancia de no perderlo. Varios años para pudrirse en vida. Como muchos de mis amigos. Todos licenciados. Todos muy formados. Todos sin un duro. Todos refugiados en casa de sus padres. Todos esperando su oportunidad. Todos parados de larga duración.
B., ejemplo claro de la mentalidad actual. Cuando estás bien no lo valoras. Crees que tu bienestar es natural. Que te lo mereces. Que tienes más méritos que otros. Punto de vista individual. Punto de vista cerrado. Vivimos en una sociedad que no enseña a la gente a pensar. Formarse y competir está bien, es parte de la lucha por la vida. Pero unirse y defender los derechos también está bien, es otra parte de la lucha por la vida. La gente no piensa en esta faceta colectiva, sólo en la faceta individual. La gente tiene que volver a pensar en bloque. B. va a tener largos años para reflexionar sobre sí misma y los mineros. Largos años para reflexionar sobre la importancia de conservar un buen trabajo.
Nuevo ejemplo de mentalidad actual. Nuevo ejemplo relacionado con los interinos. Su protagonista no es un interino. Su protagonista es R., el jefe de una interina. R. tiene plaza fija. No puede ser despedido. Al menos, hasta que cambie la ley. R. ha sido muy amable todo el año con su compañera. R. ha estado dispuesto a ayudarla en lo que deseara. Ella era nueva en el centro escolar y R. ha sido muy atento. R. es muy tacaño. No ha hecho las huelgas. No ha apoyado a su compañera. Ella ahora va a ser despedida. Ella se va a quedar sin trabajo. Yo no he sido tan servicial con ella. Yo he hecho las huelgas. Yo he intentado que no fuera despedida. He perdido bastante dinero. ¿Quién la ayudado más? ¿Qué entiende esta sociedad por ayudar?
La mentalidad actual. El fracaso de las huelgas entre los funcionarios. La falta de conciencia de los interinos de que su suerte está echada. El egoísmo de los empleados fijos. Ninguno con razones de peso para no hacer las huelgas. Ni siquiera el miedo a las represalias por parte de los trabajadores de la empresa privada. Aunque también éstos tendrán que acabar haciendo las huelgas. El despido libre flota en el ambiente. Ni el buen desempeño garantiza ya el trabajo. Ni la obediencia garantiza ya el trabajo. Nada garantiza ya el trabajo. Estamos ante un futuro de trabajos sin garantías. Los que aún son dignos se dejan perder. Los interinos han dejado perder algunos de los últimos buenos trabajos. Que ya no volverán.
Los trabajos del futuro. La vuelta a depender de la índole del jefe. Los trabajadores dependiendo de si el empresario es bueno o malo. La vuelta a depender la seguridad del trabajador de los caprichos de un jefe. De que si le caes bien o si le caes mal. De que si te quiere proteger o te quiere hacer la vida imposible. No dependiendo el bienestar del trabajador de su responsabilidad en el trabajo, sino de que si el jefe encuentra un ahorro en contratar a un sustituto más barato. Que a su vez estará a expensas de un nuevo ahorro.
Los interinos tenían un buen trabajo. Ahora volverán al mercado de trabajo. Volverán para descubrir el paro o volverán para descubrir que las personas son fácilmente sustituibles por otras personas. Que el valor del individuo es nulo cuando es tan fácil prescindir de él. Estas cosas ya pasaban. Pero les pasaban a otros. La vanidad no les dejaba pensar. Eran profesores. Habían estudiado mucho para serlo. Habían conseguido una dignidad. Habían conseguido un estatus. Creían merecerlo. Creían que las demás personas valoraban sus méritos. Creían que la sociedad valoraba sus méritos. Y la sociedad no valora nada. Las sociedades las forman personas. Y estas personas son ahora individualistas. Solo valoran los propios méritos. Nunca los ajenos.
Los interinos. Aprenderán a entender su insignificancia. Aprenderán a entender la insignificancia humana. Que los ricos tienen su dinero para vivir bien. Que los pobres necesitan de derechos para vivir bien. Que la clase media si no cuenta con buenos trabajos está condenada a la pobreza. Que los buenos trabajos hay que defenderlos. Que los derechos hay que salvaguardarlos. Aprenderán que los méritos individuales no valen nada si la sociedad está injustamente conformada. Aprenderán estas verdades o aprenderán otras verdades más dolorosas. Espero que no les vaya mal en el futuro. Espero que no me vaya mal a mí mismo. Aún conservo un buen trabajo. Soy el siguiente objetivo. Los interinos ya han sido sacrificados. Se avecinan nuevas reformas legales. Los políticos siguen pensando en nuevas soluciones a la crisis. Los políticos siguen al servicio de la sociedad. Vota PP-PSOE.

domingo, 3 de febrero de 2013

El siguiente capítulo es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: ALEMANIA
He estado de vacaciones. He estado de vacaciones en un lugar atractivo para el turismo extranjero. Peñíscola. He visto muchos alemanes. He sentido aversión por ellos. Su gobierno tiene la culpa de muchos de mis males. Su gobierno aprieta al gobierno español. Su gobierno aprieta a los españoles. Su gobierno es una sanguijuela. Yo veo a los alemanes como sanguijuelas.
Odio irracional. Odio sin sentido. Los alemanes apoyan a su gobierno. Defiende los intereses de su país. No hacen más que lo que yo haría en su lugar. No hay que ser cínicos. Yo no me preocupo de marroquíes, portugueses o mexicanos. Y con todos estos pueblos me unen fuertes lazos. Con unos comparto la lengua, con otros el Mediterráneo y con otros la idea de Europa. Pero da lo mismo. Son extraños a mí. Cada perro que se lama su rabo. Los seres humanos somos así. Los débiles reclaman justicia, los fuertes son implacables.
Los alemanes avalando a su gobierno en sus recortes a España. Medidas que favorecen a sus bancos. Antes, los españoles avalaban a su gobierno en el saqueo de Iberoamérica. Favorecía a las empresas españolas. Hoy, éstas imponen las leyes al gobierno hispano. La crisis la pagan los españoles, no ellas. Mañana los bancos alemanes impondrán sus leyes al gobierno germano. La población alemana también tendrá su crisis. La población ayudando a reforzar a los poderosos. Éstos imponiendo su poder a la población a través de los gobiernos. El neoliberalismo siempre triunfando. La población siempre perdiendo.
Pan para hoy y hambre para mañana. La población incapaz de imaginar el mañana que les espera. Un pasado feliz no hace prever un futuro infeliz. Los alemanes viven bien. Se sienten los amos de Europa. Intentaron serlo en dos grandes guerras que perdieron. Lo han conseguido por medios pacíficos. Europa baila al son de Alemania. Los alemanes se sienten un pueblo extraordinario. Sin duda lo son. También lo fueron en esas dos guerras. Que casi ganan. Que perdieron. Tragedias terribles. Ocasionadas por los poderosos. Sufridas por el pueblo.
Primera Guerra Mundial. Partido Socialista alemán. El partido socialista más importante de Europa. El partido político más importante del parlamento alemán. Sus líderes dirigen la II Internacional Socialista. Dirigen la solidaridad obrera. Dirigen el internacionalismo obrero. Los obreros no matan a otros obreros. Los obreros rechazan las guerras imperialistas. Los líderes del partido socialista alemán dirigen el fuerte compromiso pacifista del mundo obrero. Hasta que llega el año de 1914. Hasta que llega la toma de decisiones.
Llega el año de 1914. El gobierno alemán declara la guerra. El partido socialista apoya a su gobierno. Traición a sus votantes. Éstos morirán en masa. En la guerra de trincheras. Mortífera guerra. En perjuicio de muchos. En beneficio de pocos. Los alemanes unidos entre sí. En perjuicio de muchos, en beneficio de pocos. Fin de la guerra. El partido socialista gana las elecciones. Los líderes socialistas obtienen su premio. Los líderes socialistas obtienen el poder. Los líderes socialistas ya lo sabían. Los alemanes son sobre todo una nación.
Segunda Guerra Mundial. Aún más mortífera que la anterior. Génesis de sobra conocida. Tratado de Versalles. Hiperinflación. Crisis de 1929. El nazismo como aberración histórica. Los alemanes de nuevo unidos. Mito de la puñalada por la espalda. Alemania preparándose para la guerra. Alemania en guerra con el mundo. Alemania ocasionando sufrimientos sin cuento. La Segunda Guerra Mundial como máxima expresión del horror. Los alemanes primero como verdugos, después como víctimas. Víctimas de sus propios excesos, víctimas de su incapacidad para controlar la ambición de sus élites. De nuevo haciendo causa común con ellas. De nuevo sufriendo justos por pecadores. De nuevo siendo una nación.
Posguerra. Creación del Estado del bienestar. Los alemanes olvidan las guerras. Sesenta años de vida feliz son muchos años. Sesenta años de no buscar las riquezas ajenas, sino de disfrutar las propias. Sesenta años de repartirse la riqueza. Sesenta años de crear una sociedad más justa. Donde no hay lugar a las guerras. Donde el ciudadano alemán puede ser feliz. Donde el ciudadano alemán puede vivir en paz. Donde el ciudadano alemán siente orgullo de su nación y no la nación siente orgullo de sus sacrificios.
Caída del Muro de Berlín. Oportunidad histórica para la reunificación. Las dos Alemanias de nuevo unidas. El comunismo pasando a los libros de historia. Todo positivo por el momento. Todo negativo para el futuro. Desaparece el freno a las élites. De nuevo regresa el egoísmo de éstas. Regresan los desequilibrios sociales. Alemania se suma al neoliberalismo. Alemania se pone a la cabeza del neoliberalismo europeo.
El cambio en Alemania. El cambio de modelo de Europa. La Europa de las dos velocidades, la Europa del capital. Los alemanes de nuevo sintiéndose fuertes, los alemanes de nuevo rivalizando con otros pueblos. Los alemanes de nuevo buscando fuera lo que sus élites no les dan dentro. Alemania volviendo a una política exterior más agresiva. Los alemanes de nuevo identificados con su gobierno. La nación de nuevo reclamando la unidad de los alemanes.
La población alemana condenada. Triunfos pasajeros en el exterior. Otros pueblos europeos se empobrecerán antes que ellos. Los españoles vamos camino de ellos. También creíamos que nuestra prosperidad era para siempre. Ahora ya no lo tenemos tan claro. La desgracia de otros europeos no traerá la prosperidad a todos los alemanes, sólo a unos pocos de ellos. Y éstos pocos no tendrán suficiente, también querrán su cuota del resto de los alemanes. Y la obtendrán. Para eso son los que mandan. Para eso los alemanes apoyan a su gobierno.
El neoliberalismo. Los ricos alemanes. Cada vez pagando menos impuestos. Los problemas del Estado del bienestar reproducidos incluso en las economías más fuertes. Cuantos menos impuestos para los ricos, mayores oportunidades de pobreza para el resto. Es cuestión de tiempo. Los minijobs ya están ahí. Y han llegado para quedarse. Para quedarse mucho tiempo. Para quedarse para siempre.
El neoliberalismo. El nuevo capitalismo. Repaso histórico. Tras la Revolución Industrial hubo un capitalismo que justificaba las revoluciones. Un capitalismo que explica la convulsa historia de la primera mitad del siglo XX. Tras la Segunda Guerra Mundial hubo un cambio en el capitalismo. Se creó el Estado del bienestar. Ahora regresa el capitalismo que justifica las revoluciones. Los alemanes aún no se han enterado. Su gobierno busca culpables en el exterior. Los alemanes se lo creen. Los culpables están en el interior. Los alemanes deben aprender a buscarlos. Pero rápido. Antes de que se empobrezcan. Antes de que con la pobreza regrese la violencia. Los alemanes saben mucho de revoluciones. Los alemanes saben mucho de guerras. Los alemanes deben recordar. Los alemanes deben espabilar. Los alemanes deben relativizar a su nación.
Alemania, el país más poderoso de Europa. El país con mayor capacidad de decisión. Alemania, el país europeo donde los votantes sí pueden elegir un gobierno fuerte. Un gobierno fuerte ante los poderes económicos. Los alemanes deben defenderse. Deben defenderse del neoliberalismo. Deben usar la fuerza de su voto. Deben huir de la manipulación política. Deben pensar en sí mismos. Pueden cambiar el destino de los europeos. Pueden cambiar su propio destino. Pero no creo. Los alemanes tampoco deben ser muy listos. En Alemania hay bipartidismo. Menos que en España. Vano consuelo. El mismo sistema. La misma desesperanza. Vota PP-PSOE.
El vigésimo octavo capítulo es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: JOAQUÍN ALMUNIA
Ayer representante de las políticas socialistas. Hoy representante de las políticas neoliberales. La misma cara. La misma persona. Que no ha cambiado. Que pertenece al mismo partido político. Éste tampoco ha cambiado. No le reprueba. Forma parte de él. Es Joaquín Almunia. Un animal político. Un político hispano. En la política hispana no hay contradicciones. Quien gobierna hace lo contrario que lo que afirmó en la oposición. Sin rubor. Sin vergüenza. Las urnas le avalan. Las urnas le dan patente de corso. Y son cada mucho tiempo. Son cada cuatro años. Y el votante olvida. Y el votante consiente. Consiente en tener un margen de elección mínimo. Consiente en el bipartidismo.
Joaquín Almunia. Un perdedor. Hace años candidato a la presidencia del gobierno de España. Hoy candidato a la reprobación pública. Para él es indiferente. Para ser candidato a la presidencia por parte del partido socialista jugó sucio. Ahora sigue jugando sucio. Representa a los españoles. Perjudica a los españoles. Sólo busca el poder. Y lo tiene. Es un perdedor. Forma parte de la Comisión Europea.
Fue elegido por los españoles. Su poder emana de los españoles. Su cargo le viene por representación popular. Se ha olvidado de ello. Se ha desligado de sus representados. El poder por el poder. La política profesional. El político convertido en burócrata. El político convertido en tecnócrata. Alejado del pueblo. Alejado del espíritu democrático. Convertido en un poder en sí mismo. Actuando como si la fuente de su poder le viniera de arriba y no de abajo. Dirigiendo recortes de derechos. Perjudicando a los de abajo. Sin sensibilidad hacia los de abajo.
Escucho un día la radio. Interviene una oyente. En el paro. Agotada la prestación por desempleo. En situación límite. Reflexionando sobre si los políticos pueden dormir con la conciencia tranquila. Me sonrío. No tienen problema. Duermen a pierna suelta. No tienen mala conciencia. Ellos no han agotado la prestación por desempleo. Ellos no sufren la situación. Y la capacidad de los seres humanos para disculpar sus actuaciones es asombrosa. Y los políticos saben dar explicaciones convincentes. Saben excusarse. Saben justificarse. Saben justificar que ellos no tienen la culpa. Ellos tienen la responsabilidad. Son cosas distintas. La responsabilidad se debe exigir. La sociedad no la exige. España no es Islandia. España acepta las explicaciones políticas.
Los españoles no castigan el mal ejercicio del poder. Los políticos no se autoinculpan. Los políticos alardean de su responsabilidad de gobierno. Con los privilegios de ésta. Sin sus exigencias. Es un papel cómodo. Yo no tengo la culpa. Mis culpas las pagan otros. El sueño de todos los seres humanos. Una vida sin responsabilidades. Pero cobrando mucho por tenerlas. Los políticos convertidos en gestores de lo público. Aprendiendo de los gestores de los negocios privados. Aprendiendo de los ejecutivos de los bancos. Quiebra el banco. Me aumento el salario. Lógico. Pagan terceros.
Asunto de Bankia. Comisión de investigación en el congreso. Políticos investigando a compañeros. Políticos investigando a financieros. Impunes investigando a impunes. Los inculpados gustándose. Todos contentos de su gestión. Nada de autocrítica. Ninguna consecuencia. La crisis la sufren otros. La pobreza la sufren otros.
Connivencia entre políticos y financieros. Nada nuevo bajo el sol. Intereses comunes. Los intereses del poder. Los financieros con el poder del dinero. Los políticos con el poder del Estado. Los políticos convertidos en casta. Desligados de la realidad. El PSOE renovándose con Rubalcaba tras su fracaso electoral. El PSOE promoviendo a Almunia a la Comisión Europea tras su fracaso electoral. Nunca un retorno a la vida normal. Nunca un retorno a la humildad. Los políticos instalados en la soberbia. Abusando de su poder.
Connivencia entre políticos y financieros. Desprecio por el ciudadano común en sus reuniones privadas. Está tan abajo. Se sonríen de sus reclamaciones. Se ríen de sus protestas. Risas de nuestros representantes y de los representantes de nuestros males. Acuerdos ocultos a la ciudadanía. Acuerdos sangrantes. Abusos legales. Un ejemplo. El ciudadano que devuelva su piso por imposibilidad de pagar la letra pierde la casa y mantiene la deuda. Todo muy justo. Todo legal. No hay nada más que añadir.
Llega la crisis. Se acelera el fin del bienestar. El ciudadano con miedo. El ciudadano asustado. Los políticos sintiendo el vértigo del poder. La población pendiente de sus decisiones. Ellos saboreando el temor ajeno. Sin identificarse con sus votantes. Sin poder sentir compasión por seres tan inferiores. Viviendo en las alturas del poder. Unos más en lo alto que otros. La Comisión Europea. Superestructura superpuesta a la democracia. Joaquín Almunia reprobando al gobierno democrático de su país. Haciendo de látigo de un ente todopoderoso. Convertido en un ser odioso. Disfrutando de ser tan odioso.
Políticos enfermos de poder. Expresión de una sociedad también enferma de ambición. Tiene que ser triste aparecer en televisión y que millones de personas te insulten mentalmente. Tiene que ser triste ser tan aborrecible a tus compatriotas.  Tiene que ser triste sentir un bienestar propio a costa de  la desgracia ajena. Tienes que valer. Tienes que valer para hacer un papel tan vil. No todos valen. Pero algunos llevan ejerciendo ese papel mucho tiempo. Y los españoles llevan mucho tiempo votándoles. Seguirán votándoles por supuesto. No les obligarán a humanizarse. No les forzarán a volver a ser personas normales. Sin poder. Sin soberbia. Vota PP-PSOE. 

sábado, 2 de febrero de 2013

El vigésimo séptimo capítulo del ensayo es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LAS CLASES MEDIAS
España, país de desigualdades. España, país de nobleza y campesinado. Miseria campesina. Perpetuada a través de los siglos. Con minifundio en el norte. Con latifundio en el sur. Pero con el mismo resultado. Vida triste. Vida de subsistencia. Generación tras generación. Siglo tras siglo. Unos pocos disfrutando de la vida, una mayoría lamentando haber nacido. Sin conocer el placer. Sin conocer la felicidad. Sólo conociendo la miseria. Sólo conociendo la desgracia.
Pobreza de los españoles. Hasta tiempos muy recientes. Filmada por Buñuel. Documental sobre Las Hurdes. Hace menos de un siglo. Imágenes para llorar. Así vivían los españoles. Así vivieron aún nuestros bisabuelos. Así vivieron aún muchos de nuestros abuelos. Segunda mitad del siglo XX. Cambia la suerte del ser hispánico. La prosperidad empieza a alcanzar sus filas. La riqueza se reparte. La mayoría sale de pobre. Se forman las clases medias. El ser hispánico aprende a comer bien. El ser hispánico aprende a vivir bien.
Las clases medias. Acceso al bienestar. Olvido del estado anterior. Es duro recordar. La psicología del individuo tapa el lado amargo de la vida. Prefiere el lado amable. Los españoles acostumbrados a la buena vida. Los españoles alejados de los malos recuerdos. Confiados sólo en mejorar. Creyendo en el progreso. Creyendo en su capacidad. Creyendo en sí mismos. Olvidando la tradicional indefensión del ser hispánico. Olvidando su ancestral vida desgraciada. Creyendo que los tiempos han cambiado para siempre. Creyendo que los derechos son inalienables. Creyendo que la prosperidad es inalienable.
Pecado de las clases medias. Se olvidaron muy rápido de que se puede ser pobre. Se olvidaron muy rápido de que siempre hubo ricos y pobres. De que nunca dejó de haber ricos. De que éstos son muy egoístas. De que querían recuperar el terreno perdido. De que estaban esperando su oportunidad. De que estaban esperando que la sociedad bajase la guardia. Y las clases medias bajaron la guardia. Se creyeron ricas también. Y no lo eran. Su riqueza era otorgada. Su riqueza era dependiente. Y los ricos de verdad dijeron basta. Y las clases medias no entendieron. Las clases medias cedieron. Las clases medias se empobrecieron.
Las clases medias. Preocupadas por su bienestar físico se olvidaron de que la mente también hay que tenerla activa. Mente sana en cuerpo sano. Obsesión por el deporte moderna. Todos a cuidarse. Todos al gimnasio. Todos a hacer footing. Todos a hacerse la cirugía estética. El lema clásico falla por el lado más impensado. La sabiduría de los antiguos errando por el lado de la mente. Las clases medias. Cuerpo sano en mente enferma. Nadie piensa ya. Ha llegado la edad de oro. La edad de la eterna juventud. Cuidemos sólo la salud propia. No cuidemos la salud social.
Cuidemos la estética. Cuidemos la calidad. Vivamos en mundo artificial. En un mundo de seres selectos. En un mundo de productos selectos. Presumamos de ir al Arzak. Presumamos de pagar por no comer. Refinémonos ya que vamos a ser todos ricos. Imitemos el modo de vida de las clases altas. Las diferencias sociales han desaparecido. Los hábitos populares han desaparecido. La comida tiene que ser sana. La vida tiene que ser sana. Todo tiene que ser sano. Menos la mente. La mente está podrida. El ser de clase media se ha vuelto narcisista. El ser de clase media sólo piensa en sí. El ser de clase media ha perdido la perspectiva. La perspectiva de su propia destrucción. Somos clase media. Sigamos viviendo falsamente.
Preocupémonos sólo de nosotros mismos. De nuestro peso. De nuestra dieta. De nuestros gustos. Compremos ropa de marca. Busquemos marcar distancias con el prójimo. Busquemos marcar nuestra calidad. Poner nuestro sello en los objetos que nos rodean. Ropa cara, coches caros, viajes caros, todo nos lo podemos permitir. Despilfarremos. Aunque nos endeudemos. Aunque empufemos a nuestros familiares. Aunque los salarios vayan a menos. Presumamos. Mientras salgan las cuentas, presumamos. Lo demás no tiene importancia. Vivamos como ricos puesto que todos viven como ricos. Y yo no soy menos. Yo soy clase media.
Las clases medias. Los viejos olvidaron su amargo pasado. Los jóvenes nacieron viviendo bien. Todos creyeron que no había vuelta atrás. Creyeron en una sociedad sin clases. En una sociedad sin luchas de intereses. En una sociedad garantista que protegía al individuo. En una sociedad donde el individuo tenía satisfechas las necesidades básicas. En una sociedad donde el individuo tenía que ser ambicioso. Que siempre se iba hacia adelante, nunca hacia atrás. Y llegó la crisis. Llegó el momento de contrastar la prosperidad alcanzada. Y los españoles no entendieron la marcha atrás. Y era su culpa. Y ellos no se sentían culpables. Ellos se sentían ricos.
Pobre clase media. Los pobres venidos a ricos no entienden que no se puede ser rico permanentemente. Ya lo dice el nuevo gobierno de Hispania. Los españoles hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Tenemos que pagar por ello. Tenemos que pagar la soberbia de habernos sentido ricos. Tenemos que pagar la urgencia de haber jugado a ricos con dinero ajeno. Tenemos que entender que volvamos a ser clase baja. El gobierno nos hará el favor de devolver la sociedad hispana a su estado natural. Las medidas para salir de la crisis van en esta línea. Recorte generalizado de derechos. La riqueza de nuevo en manos de unos pocos. La pobreza de nuevo repartida entre muchos.
Triste regresión de la clase media hispánica. Producto de los anteriores años de bonanza. Los españoles votando el neoliberalismo. Haciendo un gran uso de la democracia. Votando a favor de gobiernos que elaboraban leyes injustas. Creando el caldo de cultivo para la pobreza. Sin ojos para analizar la realidad. Aprobando la Constitución Europea. Las clases medias comportándose absurdamente. Votando contra sí mismas. Perjudicándose a sí mismas.
Triste regresión. Costó muchos siglos que una mayoría de pobres tomara conciencia de la injusticia y cambiara la sociedad. Costó tanto que es difícil de entender por qué se produjo. Los pobres son seres resignados. Pero cambiaron. Y lucharon por vivir bien. Lucharon mucho. Y consiguieron vivir bien. Se crearon las clases medias. Fin de la historia. O no. Desgraciadamente.
Triste regresión. Penosa lección de historia. Las clases medias triunfaron. Las clases medias se confiaron. Se acomodaron. Perdieron el espíritu de lucha. Y en pocos años van a perder las ventajas que se tardaron mucho tiempo en conseguir. Van a perderlas por olvidar su origen. Por olvidar su lugar social. Por creerse más de lo que son, van a conseguir ser menos. Por no defender sus derechos, van a perder su bienestar. Van a volver a pobres, sintiéndose ricos. Porque las mentalidades cambian lentamente. Porque una mente enferma tarda mucho en curar. Pero los cambios sociales son muy rápidos. Y el fin de las clases medias está siendo rápido, aún más rápido que su aparición.
Las clases medias. Un interesante y pasajero fenómeno social que las futuras generaciones estudiarán en los libros de historia. Sin entender mucho. Sin entender cómo pudieron unas personas que vivían bien dejar que otras que aún vivían mejor las convirtieran en pobres. Sin entender cómo este cambio se produjo en un sistema democrático. Sin entender cómo los gobiernos elegidos por las clases medias las degradaron en clases bajas. Pero así es el votante. Sobre todo el votante español. Sabe bien con quien se tiene que identificar. Sabe bien a quien tiene que votar. Elige bien. Elige siempre bien. Vota PP-PSOE.
El capítulo siguiente es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: EL CAPITALISMO
España está en crisis. La peor expresión del capitalismo se ha instalado en el solar hispano. Muchos españoles de nuevo desconfían del capitalismo. De nuevo se escuchan tesis anticapitalistas. De nuevo se desempolvan viejas consignas sobre el pueblo trabajador y la explotación que sufre por los ricos. De nuevo reaparecen expresiones como proletariado, imperialismo, lucha de clases o plutocracia. De nuevo la gente duda del capitalismo. Pensaba que éste sólo traía riqueza y ahora se entera que también trae pobreza.
El capitalismo. Sistema económico sagrado hasta fechas recientes. Tan interrelacionado con la democracia que son imposibles de deslindar. Renunciar al capitalismo es como renunciar a la democracia. Ésta aporta la libertad política, el capitalismo aporta la libertad económica. Los dos tienen que ir de la mano. Los dos se complementan. Los dos son el garante del bienestar del individuo.
El bienestar del individuo amenazado. Por el propio capitalismo. Algo falla. Algunos añoran el comunismo. Añoran su combatividad social. Se olvidan del comunismo real. Se olvidan de sus abusos. Pero buscan alternativas. El capitalismo está fallando. También está produciendo abusos. Y el comunismo ya no es alternativa. Ya no hay límites para el capitalismo. Ya no hay límites para los grandes capitalistas.
La caída del muro de Berlín. Fin del capitalismo humano. Vuelta al capitalismo salvaje. El neoliberalismo entrando a saco en Europa. Un capitalismo que creó clases medias sustituido por un capitalismo que las destruye. Un capitalismo que intentaba evitar la pobreza de la población para que no apoyaran al comunismo sustituido por un capitalismo al servicio del incremento de la riqueza de unos pocos. Un capitalismo de nuevo en estado puro. Un capitalismo de nuevo basado en la ley del más fuerte.
La construcción del euro. Años noventa. El nuevo capitalismo a escena. La globalización en ciernes. Los sindicatos dormidos. Los españoles creyendo en el capitalismo europeo. El antiguo. Los españoles recibiendo el capitalismo europeo. El nuevo. El neoliberalismo imponiendo sus criterios. Los españoles ciegos ante la tormenta que se avecina. El mito europeo demasiado poderoso. El pasado de pobres demasiado poderoso. El nuevo escenario demasiado extraño. Los españoles perdiendo soberanía. El capitalismo ganando poder.
El euro. Capitalismo sin límites. Moneda común sin democracia común. El pueblo ha dejado de ser soberano. Elige gobiernos que reciben instrucciones de los bancos. Gobiernos que sacan pecho con el pueblo, pero que no lo pueden sacar con los ricos. Gobiernos fuertes hacia abajo, gobiernos débiles hacia arriba. Marco político nacional en marco económico transnacional. Políticos convertidos en domadores del pueblo. Sin responsabilidades. Escudando sus decisiones en la necesidad de construir la nueva Europa. La nueva Europa capitalista.
El nuevo capitalismo. El neoliberalismo. El mito del hombre hecho a sí mismo calando entre las clases medias. Los derechos sociales vistos como estorbo. Es tan fácil prometer la riqueza cuando no existe el recuerdo de la pobreza. La vanidad del hombre es infinita. Siempre mira hacia arriba. Siempre se imagina como millonario, no se imagina como indigente. Normal. Pero la imaginación es la imaginación y la realidad es la realidad. Y a la nueva realidad están despertando los españoles. Algunos más lentamente, otros más bruscamente. Algunos aún manejan euros, otros ya no los manejan. Algunos aún mantienen el sueño capitalista, otros ya han descendido a la realidad capitalista.
Tengo amigos argentinos. También ellos conocieron el sueño neoliberal. Años noventa en Argentina. La población viviendo a crédito. Moneda fuerte. Venta de empresas públicas. Privatizaciones a gogó. Falsa prosperidad. Los sueños se acaban. Primeros tiempos del nuevo milenio. El corralito. Los sueños arruinados. Las familias arruinadas. El neoliberalismo sin culpa. Aplicándose en Europa. Los irlandeses ciegos. Los españoles ciegos. Aún vivían en su falsa prosperidad.
Entrada en el euro. Los españoles sin reflexión. Venta de las empresas públicas más importantes. Boyantes negocios para avispados. La riqueza de España en manos extranjeras. Se la echa en falta en esta crisis. Demasiada dependencia del chantaje exterior. La deslocalización amenazando. El gobierno cediendo. La población cediendo. La población sin recuerdo. Entrada en el euro. Éxito político. El gobierno consigue mayoría absoluta. Ya somos europeos. Ya somos ricos. Ya seremos pobres.
El capitalismo del euro. Yo soy un burgués y quiero seguir viviendo como un burgués. No soy comunista, vivo demasiado bien como para añorar el comunismo. Pero como vivo bien, no quiero vivir mal. Quiero una seguridad en mi bienestar. No quiero que me cuenten pamplinas de flexibilidad laboral, formación permanente o competitividad. El capitalismo genera riqueza, que la reparta. Hubo un tiempo en que la repartió por el miedo al comunismo. Yo quiero que la reparta por el miedo al buen uso de la democracia. Quiero que las clases medias espabilen, que los derechos que tanto ha conseguido alcanzar no se dejen perder en pocos años. Quiero que la crisis no sea una excusa para un futuro de pobres. Quiero que la población se entere de que el capitalismo sin reglas hace ricos, pero también hace pobres. Y que hace muchos más pobres que ricos.
El capitalismo del euro. El desengaño de la nueva moneda. El saqueo legal de las clases medias. Subidas de precios y bajadas de salarios. Pérdida de condiciones laborales. Inflación galopante en el precio de la vivienda. Incremento de los impuestos indirectos. Todo son mejoras. Ahora se terminó el crédito. Ahora se observan mejor las ventajas del nuevo capitalismo. Ahora algunos aprenderán, otros seguirán en el limbo. Los que aún no se han empobrecido. Los que seguirán creyendo en Europa. En esta Europa. Los que seguirán votando. Vota PP-PSOE.

miércoles, 30 de enero de 2013

Un nuevo capítulo es:

EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LA SOCIEDAD DE LA ENVIDIA
De un tiempo a esta parte los españoles nos hemos vuelto ambiciosos. Han llegado nuevos tiempos. Se ha acabado por fin la tradicional resignación hispana. Aquella aceptación de las jerarquías como un mal inevitable. Se ha acabado la tradicional sumisión a la Iglesia, al ejército o al trono. Es un gran logro. Los españoles confían en sí mismos. No se ponen metas. No aceptan subordinaciones. Una nueva vitalidad recorre Hispania. La vitalidad del triunfador. La vitalidad del que no se rinde. El español es a día de hoy orgulloso. El español tiene voluntad de mejora. El español no se deja pisar.
Es una gran cosa  esta fe en sí mismo del nuevo español. Tiene muchos valores positivos. Muchos españoles se han descubierto cualidades insospechadas. Muchos tienen liderazgo. Muchos tienen iniciativa. Muchos son emprendedores. Los españoles se quieren a sí mismos. Creen en sí mismos. Desgraciadamente no es oro todo lo que reluce. También existe un lado opuesto. Un lado malo muy triste. Los españoles compiten. Los españoles compiten mucho entre sí. Y la competencia no es siempre sana.
España se ha transformado en el reino de la envidia. Los españoles no aceptan la subordinación. Los españoles no aceptan ser menos que nadie. Consecuencia. No aceptan que su vecino esté mejor que ellos. Les duele que su vecino esté mejor que ellos. Otra consecuencia que refuerza la anterior. Los españoles quieren ser ricos. No discuten la existencia de ricos en la sociedad. Ellos son ambiciosos. Los ricos copan mucha de la riqueza de la sociedad. Queda menos para repartir. Queda menos para el resto. Consecuencia final. Un español no acepta que su igual viva bien. Puede significar que a él no le llegue. Puede significar que él tenga que vivir mal. Pensamiento racional o pensamiento irracional: no importa. Funciona. Funciona en la sociedad hispana.
Ha llegado la crisis. Este pensamiento envidioso se impone. Los españoles desean la nivelación social hacia abajo. Yo no puedo prosperar. Pues castigo para todos. Los españoles nos hemos puesto a gobernar. Los españoles animamos al gobierno a que recorte en todo lo que sobra. Todo lo que sobra muchas veces son personas. A los españoles no les importan las personas. A los españoles sólo les importa su persona.
Soy funcionario. No quiero hurgar más en mi condición privilegiada. Soy profesor de la enseñanza pública. La enseñanza pública tiene rivalidad con la enseñanza concertada. Muchos de mis compañeros son partidarios de acabar con la enseñanza concertada. Yo también. Pero discrepo en los medios. Ellos quieren acabar con ella de golpe. Quieren soluciones rápidas. Yo no quiero soluciones rápidas con personas. Yo no quiero que echen a los profesores de la concertada a la calle sin contrapartidas. Son personas. Tienen familias.
Algunos me dicen que es imposible no recortar nada. Que no hay dinero para todo. Que el dinero se debe administrar mejor. Con esto último estoy de acuerdo. Debe haber más transparencia. Deben conocerse mejor los negocios ocultos del Estado. Deben conocerse mejor los negocios ocultos de los poderosos. Porque sí hay dinero. Que debe aflorar. Que debe ser redistribuido. Que no debe quedar en pocas manos. Que debe beneficiar a las personas.
Los recortes. La población empobreciéndose. Los españoles en un sálvese quien pueda. Aplaudiendo las medidas contra su vecino. Como si el daño ajeno los inmunizase. Sin pensar en justicia. Porque el español quiere ser rico. Porque al español no le importa que sus vecinos sean pobres. Porque predica ajustes sin buscar el dinero donde lo hay. Porque no piensa que lo lógico es pedir dinero a quien lo tiene. Porque la gente que lo tiene, porque tiene mucho, no retrocederá a pobre. Y los vecinos del español sí retrocederán a pobres. Y él irá detrás. Forma parte del vecindario.
La sociedad del bienestar. La sociedad de la envidia. La sociedad en que todo el mundo quiere vivir bien sin desear que el prójimo viva bien. Extraña sociedad con extraña moral. Moral individualista. Falta de moral social. Falta de moral que sea sensible a los débiles cuando uno es débil. Extraña percepción de uno mismo. El español sintiéndose ambicioso. El español creyéndose más de lo que es. El español sintiéndose fuerte sin serlo.
Cambio de mentalidades. En principio positivo. El español ya no se deja pisar. En realidad negativo. El español deja pisar al vecino. El vecino deja que le pisen a él. ¡Qué falta hace una moral social! Una moral que no disculpe las acciones de los fuertes. Que no permita que éstos justifiquen su egoísmo con razones económicas. Que no permita que éstos hagan chantaje a la sociedad sin perder la buena conciencia. Una moral que haga que los españoles vivan mejor. Creyendo en sí mismos sí, pero defendiéndose unos a otros. Porque los fuertes son fuertes por sí mismos y los débiles sólo lo son unidos.
La sociedad de la envidia. Los españoles llenos de ambición. Moral de voluntad. Moral individualista. Una moral equivocada. Una moral que no refrena el egoísmo de los ambiciosos. Una moral que traslada al derecho el predominio de unos pocos. Que permite el renacimiento de morales ya desterradas. Vuelve la moral de pureza. Vuelve la autoridad moral de la Iglesia. Normal en una sociedad en que cada vez hay mayor diferencia entre ricos y pobres. Normal en una sociedad que de nuevo tiene que lavar muchas conciencias. Normal en una sociedad que de nuevo culpabiliza a los pobres. No triunfan. Tienen vicios. Vota PP-PSOE.

lunes, 28 de enero de 2013

El vigésimo cuarto capítulo es:

EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO. LOS MERCADOS
Los mercados. Palabra ominosa. Palabra amenazante. Los nuevos hunos. El coco de los niños convertido en los mercados para los adultos. Los mercados. Seres sin rostro, seres sin nombre. Nadie los conoce. Nadie informa de quienes son. Pero roban, asolan, destruyen, atacan por doquier. Nada les contenta. Son insaciables. Son crueles. No tienen principios, no tienen límites, no tienen forma. O no la tienen para el ciudadano.
Los mercados. Ladrones ocultos. Interés en que no se conozcan sus nombres y apellidos. Sociedad de la información desinformada. Ladrones de guante blanco. Ladrones respetables. Ciudadanos con dos caras. Altruistas y benefactores públicamente. Especuladores y saqueadores privadamente. Ladrones poderosos. Ellos controlan la información. Ellos ocultan sus operaciones mercantiles. Ellos manipulan a la sociedad. Ellos roban a la sociedad. Ellos son los buenos.
De nuevo los ricos como los buenos. La población sin derechos obligada a estar agradecida de que le den un empleo. Obligada a estar agradecida de que le paguen bien por su trabajo. Obligada a estar agradecida de que inviertan en su país. Vivir del favor ajeno y no del derecho propio. Volver a confiar en que los amos sean buenos. El dueño de Mercadona como empresario ejemplar. No tener defensa para el caso contrario. No tener defensa para los potenciales abusos. Los mercados son buenos. Los ajustes son necesarios.
La población. Inerme ante el despojo. Acostumbrada a pensar en grande, ahora tiene que pensar en pequeño. Y no sabe. Ha perdido la desconfianza hacia los de arriba. Creía que éstos iban a respetar el contrato social. Que la riqueza iba a ser repartida. Que la fuerza de trabajo también era valorada. Que la sociedad del bienestar era para siempre. Que las clases medias eran para siempre. La ingenuidad que se paga. Los mercados se la hacen pagar a la población.
La población hispana. Confiando en la solidaridad de sus ricos. Todos remamos en el mismo barco. Evasión de capitales. Paraísos fiscales. Chalaneo con la deuda pública. La única patria actual de los ricos es el dinero. La globalización ha creado una clase de millonarios sin alma. Millonarios sin compromiso social. Al menos antes, cuando había guerras, la aristocracia conservaba la función militar.  Los ricos tenían que jugarse la vida como los demás. Ahora para ellos son sólo ventajas. Dominan la política sin dar nada a cambio. Tienen el poder legal. Imponen la subida del IVA. No la imponen a los productos de lujo.
Solidaridad social. Solidaridad de los ricos entre sí. Para favorecer a los ricos extranjeros se despoja a las clases medias españolas. Pero no a los ricos españoles ¡Qué suerte tienen! ¿Participarán ellos también en el saqueo? No creo. No hay que ser mal pensado. Ellos son patriotas. El gobierno siempre habla de los esfuerzos de España. Y España somos todos. Ricos y pobres. Sólo pasa que unos tienen más suerte que otros.
Los ricos. Los mercados. Hay que tenerlos contentos con recortes. Hay que recuperar su confianza. Hay que alimentar su voracidad. Extraña política de apaciguamiento. Como con Hitler. El mismo éxito. El mismo fracaso. Las lecciones de la historia se olvidan a propósito. Interesado y extraño olvido. Connivencia entre políticos y banqueros. Mutuamente se tapan. La culpa de la crisis, ya se sabe, es de otros. Ayer de los controladores aéreos, ahora de los funcionarios, mañana de los inmigrantes. Para eso controlo la información. Para eso la manipulo. Para eso tengo la complicidad de los tertulianos. Para eso tengo la complicidad de los periodistas. Para esto tengo la complicidad de los políticos.
Los políticos protegiendo a los banqueros. Éstos no protegiendo a los políticos. Éstos caerán a los píes de los caballos. De los mismos caballos a los que intentan conducir a los funcionarios. Los políticos buscan el desprestigio de éstos. Los políticos se equivocan al jugar sucio. La gente también se revolverá contra ellos. Los malos serán ellos. Con el beneplácito de los millonarios. Éstos aún juegan más sucio. ¡Qué más les da a éstos unos culpables que otros!  Lo importante es alimentar la carnaza popular. Las víctimas son indistintas. Los políticos también pagarán su servilismo.
Los mercados azuzando a través de los políticos el miedo a la crisis. El terror al colapso económico favoreciendo los recortes. Un miedo cerval paraliza las conciencias ciudadanas. La población traga con todo. No piensa. Ha perdido el hábito de desconfiar. Cree en la información. Cree en las mentiras. No racionaliza. Piensa que los recortes son justos. No piensa que favorecen a unos pocos. No piensa que perjudican al bien común. Piensa que todos creen en éste. No piensa que los millonarios sólo creen en su dinero. En el modo de incrementarlo. La población no sabe aquello de que el fin justifica los medios. Los mercados sí lo saben.
Los mercados. Los economistas. Nuevos gurús de la realidad social. Nuevos falsos adivinos. Predicciones de recuperación económica que nunca se cumplen. Modelos económicos que conducen a la miseria. Reformas y reformas económicas que no garantizan nada más que el empobrecimiento de la población. Planes de recuperación a nivel nacional a base de aumentar la indigencia a nivel personal. Extraños mecanismos de crecimiento en una sociedad de consumo. El bien común al servicio de unos pocos. Retroceso social sin contrapartidas. Retroceso social sin final.
La democracia como falso poder popular. El pueblo al servicio del enriquecimiento de una minoría. El ciudadano sin futuro votando su propia caída. Volviendo a dejar su destino en manos ajenas. Apoyando su futura marginalidad. Apostando por una sociedad de consumo en que él sea el parado. Apostando a vivir sin dinero en un mundo consumista. Apoyando su propia desgracia. Por confiar en el sistema. Por confiar en el sistema que promete hacerse ricos a los que no van a pasar de pobres.
Yo no quiero vivir en una economía en que el país crezca y yo pierda. Yo no quiero ser un desclasado en mi propia sociedad. Yo no quiero que mi vida la controlen los mercados. Yo quiero trabajar. Y no quiero rebajar mis condiciones de trabajo. Yo quiero vivir bien. Yo no quiero la jornada laboral de las sesenta horas. Yo quiero mis vacaciones pagadas. Yo no quiero asistir a mi retroceso social sin que exista un retroceso económico de los más ricos.
Yo no quiero perder mientras otros ganan. Yo quiero vivir de mis derechos, no de las promesas ajenas ni de la ambición propia. Yo quiero tener unas garantías de bienestar futuro, no una falsa confianza en mi potencial dentro de una sociedad injusta. Yo tengo mi vanidad, pero también mi lucidez. Prefiero no ser pobre que ser rico. Prefiero que mi gobierno meta mano a los mercados que confiar en mi futura condición de hombre hecho a sí mismo. Pertenezco a la clase media. Aún estoy más cercano a pobre que a rico. O así lo veo yo.
Otros no lo ven así. El ser humano es incorregible. El ser hispánico es suicida. Hay elecciones en España. En plena crisis económica. Gana las elecciones el PP. Promete la panacea. Promete la vuelta a la prosperidad. Es tan fácil encontrar la solución a los problemas de España. Los de derechas entendemos de economía. No hay más culpable de la crisis que la mala gestión del gobierno anterior. Los mercados son nuestros amigos. Les daremos confianza. Nos prestarán todo el dinero. Sin pedir nada a cambio. Claro. Es tan fácil de creer.
Discurso electoral para incautos. Los mercados son buenos. Los mercados no son responsables de la crisis. Al contrario. La esperanza nos viene de ellos. La gente vota al Partido Popular. La clase media quiere volver a jugar a ser rica. Mayoría absoluta. Los mercados aún son más amos. Han pasado las elecciones. La gente ha escogido. No escogerá hasta dentro de cuatro años. Hay mucho tiempo para reducir derechos. La mayoría absoluta lo permite. Los recortes se incrementan. Los españoles sorprendidos. Ya no serán ricos. Aún no se lo creen. Aún están perplejos. Aún están reflexionando sobre el sentido de su voto.
Los mercados. Los españoles no sólo no serán ricos, sino que verán su contrario. La clase media se agotará. Volverá la pobreza. Volverá la suciedad. Habíamos hecho una sociedad tan limpia. Volveremos a oler mal. Nos lo merecemos. Los mercados. Rebrotará la delincuencia. Hay que  comer todos los días, por las buenas o por las malas. Renacerá la inseguridad. Afectará a los ciudadanos. Afectará a la calidad de vida. Afectará al turismo. Nada importa. El bien común al servicio de unos pocos. Almunia asesorando a Guindos. Vota PP-PSOE.
El vigésimo tercer capítulo es:

EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LAS OBRAS FARAÓNICAS
Soy un gran aficionado al deporte. Este verano son las olimpiadas de Londres. Acaba de salir una noticia económica. El PIB inglés ha caído un 0,7% en el primer semestre de este año olímpico. Recuerdo unas declaraciones recientes de un representante de la candidatura olímpica española. La concesión de las olimpiadas a Madrid contribuirá a la salida de la crisis. Atraerá inversiones. Relanzará la economía. Mejorará el ánimo de los españoles Todo será ventajas. Sin duda. Como con las olimpiadas londinenses.
Recuerdo las olimpiadas anteriores en España. En Barcelona. Múltiples gastos. Agravamiento de una crisis que ya estaba en ciernes. Crisis menor que la actual pero crisis. Las olimpiadas de Barcelona no ayudaron al país. Más bien contribuyeron a lo contrario. Precedentes claros de que en estos eventos hay más gastos que beneficios. No importa. Los políticos lo saben. Las grandes realizaciones dan ganancias. Pero ganancias políticas.
Siempre ha sido. Obsesión antigua de los reyes por la arquitectura. Por construir ciudades. Por construir grandes palacios. Por quedar en el recuerdo de sus súbditos. Porque quede memoria de sí mismos. Los tiempos cambian. Los procedimientos del poder no. La democracia ha llegado. Pero gobiernan personas. Personas que también quieren dejar constancia de su presencia en el poder. Personas que también quieren pasar a la historia.
Las grandes obras. Las obras faraónicas. Obras al servicio de los gobernantes. Obras al servicio de su gloria. Con el consentimiento de los gobernados. Que están orgullosos de ellas. Que las consideran logros colectivos. Logros que reflejan la prosperidad de su país. Y la prosperidad de un país se refleja en el bienestar de sus habitantes, no en las construcciones monumentales. Siguientes olimpiadas. Río de Janeiro. Paraíso de las favelas.
Obras farónicas. En España sabemos mucho de ellas. Sabemos mucho de desvaríos recientes. De AVEs sin pasajeros y aeropuertos sin aviones. De Ciudades de las Artes y las Ciencias. De Terras Míticas. De despilfarros sin cuento. Que ahora pagamos. En plena crisis. Una factura sin responsables. Porque estas obras se hacían por el bien del país. Eran avances necesarios para equipararse con Europa. Para que España por fin entrara en la senda definitiva del progreso. Del progreso de unos pocos.
El AVE. Soy clase media. Trabajo de profesor. No me puedo permitir comprar un billete regular. Menos si viajo con mi familia. Me sale demasiado caro. Extraño tren al servicio de la sociedad. Prohibitivo para el bolsillo de la mayoría de los españoles. Pero pagado por todos ellos. A costa de otros gastos más utiles para ellos. El AVE. Orgullo de la clase política. Muestra de la pujanza de España. Muestra de la modernidad de España.
El AVE y la carrera espacial soviética. Claro paralelismo en el camino a la ruina. Claro paralelismo en la irresponsabilidad política. Gastos monstruosos sin sentido y sin necesidad. Como los de los ciudadanos. Pero con una diferencia. Muy importante. Un particular asume su deuda. Las consecuencias de su mala gestión las paga él. Los créditos impagados los sufre él. El banco le desahucia. El banco le embarga.
Problema de la deuda pública en España El banco también embarga al Estado. Pero embarga a los gobernados, no a los gobernantes. La gente corriente pierde por partida doble. Los políticos eximen su responsabilidad por partida doble. No previnieron a la gente de la futura crisis. Dejaron que se entramparan en créditos. También entramparon al Estado. Ahora buscan soluciones. Soluciones que pasan por ellos. Soluciones que repercuten en otros. Como era de esperar. Es fácil convencer al buen ciudadano español de lo que es conveniente para Hispania a cada momento.
En época de pujanza obras faraónicas. En época de crisis recortes faraónicos. La gloria para los gobernantes. Los sacrificios para los gobernados. La lógica del poder. La lógica de la impunidad. Hubo dinero para aeropuertos sin aviones. No hay dinero para dar cuatrocientos euros de ayuda a parados de larga duración. No hay dinero para que las familias coman. Los políticos sin ver el contrasentido.  Normal. Están acostumbrados a la impunidad de sus actos. Están acostumbrados a la impunidad de sus decisiones.
Impunidad de los políticos. Insensibilidad hacia los ciudadanos. El portavoz del gobierno hablando de que los cuatrocientos euros desactivan la búsqueda de empleo. Como si él pudiera vivir con ese dinero. Como si él no gastara este dinero casi todos los días. Y él también está subsidiado. Subsidiado para servir a los ciudadanos, no para empobrecerlos. Pero les ha perdido el respeto. Les ha engañado ya tantas veces que no puede tener ningún respeto por ellos. Todavía le han elegido hace pocos meses.
Impunidad de los políticos. Consentimiento de los ciudadanos. Ahora éstos se indignan del recorte de gastos básicos. Antes no pusieron freno a gastos superfluos. Se sintieron orgullosos de obras completamente inútiles para ellos. Obras que aumentaban la vanidad de sus políticos. Políticos que se creyeron dioses. Y los dioses no piensan en los seres humanos. Los dioses desprecian a los seres humanos. Los ciudadanos son seres humanos. Los políticos desprecian a los ciudadanos. Ciudadanos que refrendan a sus políticos. Porque vivimos en democracia. Porque nada ha cambiado. Porque nada puede cambiar. Los gobernantes reinando al servicio de su gloria. Los ciudadanos recibiendo los dones de Eurovegas. Vota PP-PSOE.