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viernes, 8 de febrero de 2013

El capítulo trigésimo tercero es el siguiente:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: EL VOLUNTARIADO
¡Qué cosa más hermosa ayudar a los demás! ¡Qué cosa más hermosa ayudar a la sociedad! ¡Qué hermoso ayudar a otras sociedades! Hay tanta necesidad de altruismo en el mundo. Hay tanto egoísmo en el mundo. Menos mal que aún quedan personas buenas con capacidad de desprendimiento. Personas que den ejemplo. Buenos españoles que ayuden a los demás a salir de la crisis. Aportando su trabajo. Sin pedir nada a cambio a la sociedad. Como debe ser.
Trabajar por dinero. Qué feo. El dinero todo lo envilece. No hay nada que dignifique más al ser humano que renunciar a su interés. No hay mayor virtud moral que el hacer algo por otros seres humanos sin pedir nada a cambio. Muchos españoles lo han entendido así. Muchos españoles se ofrecen voluntarios para hacer tareas sociales. Muchos españoles entienden que el Estado no tiene dinero. Que no puede despilfarrar en trabajadores. Pero el trabajo hay que hacerlo. El Estado apela a los buenos españoles. Los buenos españoles dan un paso al frente. Los buenos españoles van a trabajar gratuitamente.
El Estado del bienestar sostenido con trabajo voluntario. El sueño del neoliberalismo. Por fin la pesadilla de los ricos de pagar impuestos para mantener servicios sociales se ha acabado. Una nueva caridad ha reaparecido. Ya no como valor religioso, sino como valor laico. De nuevo el compromiso social deja de ser obligatorio. Si tengo tiempo y dinero, echo una mano a la sociedad. De otro modo, nadie me toca lo mío.
Nadie me reprocha si no contribuyo a la sociedad. Nadie ve inmoral que no pague impuestos. Al contrario, se me valora cuando me decido a ser bueno. Entonces, todos me consideran un ejemplo a seguir. Hasta los parados. Y eso que les quito el trabajo. Pero la culpa de que no haya trabajo para los españoles es de los inmigrantes. Jamás de los buenos españoles. Que tanto hacen por España. Hasta trabajar gratis.
Valores morales a la medida del que más tiene. Valores morales en perjuicio de los que menos tienen. Los que viven bien presumiendo de trabajar gratis para la sociedad. Los que viven mal suspirando por un trabajo mal pagado. Y sin poder quejarse. Si lo hacen son malos ciudadanos que tienen que tomar ejemplo de los buenos españoles. Éstos no sólo no se quejan sino que arriman el hombro. Arriman el hombro en beneficio de España. Lástima que este beneficio no llegue a todos los españoles. Ya se sabe. Las buenas obras son caprichosas. Llegan a unos y a otros olvidan. Lo importante es la intención.
El trabajo voluntario. La nueva caridad. De nuevo la justicia social pasa a estar enterrada. De nuevo los derechos convertidos en gratitud. Las clases medias jugando a ser ricas. Asumiendo los valores de los ricos. Asumiendo el paternalismo de los ricos. Asumiendo este paternalismo en el peor momento. Cuando empieza su regreso a pobres. Cuando las ONGs empiezan a dedicar su ayuda a los españoles. Cuando de nuevo vuelve la división entre ricos y pobres.
Las ONGs. La exaltación del voluntariado. La exaltación de los valores más generosos del ser humano. El deseo de paliar la desgracia ajena. El deseo de erradicar la miseria. El deseo de huir de un mundo materialista. Las ONGs. La prueba de que la pobreza es muy real en otras partes del mundo. El deseo del español de sentirse bueno con los desfavorecidos. El deseo del español de aportar un poco de esperanza en otras partes del mundo.
Las ONGs. La posibilidad de viajar sin la despreocupación moral del turista. La posibilidad de conocer realmente el tercer mundo. La posibilidad de salir del universo autista del primer mundo. Que los voluntarios cuenten cómo se vive en otras partes. Que cuenten lo que es la pobreza. Que lo cuenten sin romanticismos. Que no vayan con una visión prefabricada de que los pobres son felices. Sobreviven en la desgracia sí. Sobreviven de la mejor manera sí. Intentando tener sus momentos de placer sí. Pero los voluntarios no se quedan a compartir su vida de felicidad. Los voluntarios regresan. Y deben contar la verdad.
Deben contar que la pobreza es real. Que afecta a personas tan listas como las de aquí. A personas tan válidas como las de aquí. A personas con las mismas aptitudes que las de aquí Que es absurdo no defender el bienestar cuando ya se ha conseguido. Que no es tan fácil vivir bien en este mundo. Que la mayoría de las personas no lo hacen. Que la mayoría de seres humanos no se pueden ni limpiar el culo con papel higiénico. Que hay muchos más pobres que ricos. Y que no son peores que tú. Que tú puedes ser uno de ellos.
El trabajo voluntario. Las ONGs. Representan valores sociales que no se pueden condenar. Pero hay otros valores sociales más importantes. Valores sociales que no sean voluntarios. Valores sociales que obliguen a un compromiso real. A un compromiso real de quienes más se benefician de pertenecer a la sociedad. A un compromiso real de quienes más ganan. Que deben ayudar por ley. Seres privilegiados cuya ayuda no puede quedar a expensas de su índole moral. Porque tienen mucho dinero. Y ese dinero es necesario para que no haya pobres. Porque lo ideal no es que las buenas personas ayuden a la sociedad, sino que la sociedad pueda ayudar a todos sus miembros. Y esto no se consigue con compromisos voluntarios.
La exaltación del trabajo voluntario conviviendo con millones de parados. Otra de las muchas aberraciones de Hispania. Muchos parados teniendo que aceptar periodos de prueba sin cobrar. Como si no necesitaran el dinero. Pero está feo hablar de dinero cuando hay personas que trabajan gratis. Porque todos tenemos que ayudar a la sociedad. Porque todos tenemos que defender un modelo social que no permite la pobreza. En Europa somos todos ricos. En Europa podemos ser todos desprendidos. En España somos europeos. Vota PP-PSOE.

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