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viernes, 8 de febrero de 2013

El capítulo siguiente es:


EL INFRAHOMBRE HISPÁNICO: LA LEY DE DEPENDENCIA
Tuve a mi abuela viviendo en mi casa muchos años. Estaba enferma. La cuidaba su hija. La cuidaba mi madre. Cuando yo nací ya había tenido su primera trombosis. Ya estaba paralizada de un lado. Ya hablaba mal. Aún se valía, aunque malamente. Había que ayudarla. Mi madre la ayudaba. Sus nietos la ayudábamos.
La trombosis se repitió. Convirtió a mi abuela en un vegetal. En un vegetal vivo. La mantuvimos en casa. Necesitaba de muchos cuidados. Aún vivió varios años. Yo estaba al paro. Había acabado la carrera. Seguía viviendo en casa de mis padres. Ellos trabajaban. Tuve que asumir muchos de los cuidados. Son tareas ingratas. Es duro cuidar de un enfermo crónico. Es más duro cuando no hay posibilidades de recuperación. Finalmente murió mi abuela. Su muerte me liberó. No puedo decir que me entristeciera. La hubiera seguido cuidando, pero era una esclavitud. Una esclavitud compartida por muchas familias.
Promulgación de la ley de dependencia. Tres años después de la muerte de mi abuela. Recuerdo aún fresco de mi sujeción a ella. Muchos años al servicio de un enfermo. Alegría porque otras familias van a recibir ayudas. Alegría porque se da fin a una situación tercermundista. Las familias ya no van a cargar solas con unas tareas tan penosas. Los españoles van a recibir ayudas del Estado para cuidar a sus seres queridos. Por fin el desamparo de los enfermos se va a considerar un asunto de justicia social y no sólo de amor familiar. España está cambiando. Un nuevo espíritu social se adueña del país.
Ley hermosa sobre el papel. Dificultades para llevarla a la práctica. Dificultades de financiación. Ya lo dijo Zapatero. Es de izquierdas bajar impuestos. Sobre todo a los más ricos. Favorezcamos a las Sicavs. Suprimamos el impuesto del patrimonio. Bajemos el impuesto de sucesiones. Confiemos en una economía sin redistribución. Confiemos en una economía sin reglas. La economía crecerá y crecerá. Habrá dinero para todos. Habrá dinero hasta para que juguemos a dictar leyes sociales. Hasta para que juguemos a diferenciarnos de las derechas.
Ley social sin capacidad de financiación. Confianza plena en la economía. Pensamiento muy de izquierdas. Nueva caridad de izquierdas. Cuando no haya dinero el ciudadano que se fastidie. Moderno sentido de entender los derechos. Moderno sentido progresista de entenderlos. La economía es cíclica. La crisis estaba al caer. La crisis viene dos años después de la ley. La crisis invalida la ley. El fracaso afecta doblemente. Con daños morales y con daños económicos. El fracaso de la ley afecta a las esperanzas y al bolsillo. Afecta a los cuidadores, no afecta a los políticos.
Soy Zapatero. Tenía buena intención. No es mi culpa que fracase la ley. Yo he cumplido. He diseñado esta ley tan hermosa. Soy de izquierdas. Tengo sentido social. Lástima que tenga un sentido populista. Con derechos de quita y pon. Me lo puedo permitir. La sociedad no me pide seriedad. Gano unas elecciones con la promesa de perdonar cuatrocientos euros de impuestos. La sociedad no me aprieta. Gestiono al capricho. Si la economía va bien soy el avanzado de la izquierda, si la economía va mal exijo responsabilidad y esfuerzo a los españoles. Los pobres conmigo ganan a veces, los ricos nunca pierden.
Ha llegado la crisis. Tomo medidas. De muy distinto signo a la ley de dependencia. Condeno a la pobreza a muchos españoles. No me siento responsable. Las leyes no me limitan. Reniego de mis promesas previas. Reniego de mis afirmaciones más tajantes. Me aprovecho de que el sentido del honor se ha perdido. Antes el dirigente que llevaba al desastre a un país dimitía. Tenía vergüenza pública. Se avergonzaba ante la sociedad. Estas cosas ya no se estilan. Somos políticos modernos. Somos políticos impunes.
El honor antiguo. No es fácil creer en él. Generaba una doble moral a favor de los poderosos. Su límite moral se lo ponían ellos, no la ley. Pero era algo. Ahora no hay nada. Ahora hay separación de poderes. Dicen que para se controlen entre sí. Más bien para diluir responsabilidades. Ahora el límite lo deben poner los ciudadanos. Pero éstos pasan de todo. Están tan acostumbrados a ser mandados que no discuten al que manda. Llevamos muchos siglos acostumbrados a la sumisión en Hispania. No se cambian de un plumazo los hábitos adquiridos. El ser hispánico reniega del poder pero no lo discute. El ser hispánico es cobarde por naturaleza.
Zapatero se ha ido. Rajoy ha llegado. El gobierno ha cambiado. Un cambio simple. Sólo hay una renovación de las mentiras. Ahora el PSOE denuncia las mentiras del gobierno. Hace un año el PP denunciaba las mentiras del gobierno. Hace un año el PSOE mentía en el gobierno. Ahora el PP miente en el gobierno. Bipartidismo. El PP gana las elecciones por el desgaste del PSOE. La crisis continúa. El PSOE esperando el desgaste del PP. Presumiendo de su faceta social. La ley de dependencia. Sería una aberración que el PSOE volviera al poder. Ya es hora de que el votante pegue un puñetazo en la mesa. Con inteligencia. Sin esperar milagros de una nueva fuerza política. Sin esperar que los nuevos sean limpios y honrados. Pero estando preparando para echarlos si también les corrompe el uso del poder. El ciudadano debe mandar y no ser mandado. El ciudadano debe castigar con su voto a los políticos si no quiere que éstos lo castiguen con sus decisiones.
Rajoy se irá. Como Zapatero se fue. No sé quien sustituirá a Rajoy. Tengo poca confianza en el ser hispánico. Me recuerda al ser itálico. Me recuerda cuando éste se cansó de la corrupción del pentapartito. La revolución ciudadana acabó con Berlusconi en el poder. Triste final para tantas esperanzas democráticas. Pero éstas hay que mantenerlas. Hay que confiar en que alguna vez el ciudadano entienda su fuerza. Entienda que es posible que no se vuelvan a dar decepciones tan importantes como la ley de dependencia. Entienda que hay que acabar con el bipartidismo. Y no sustituirlo por algo peor. El ciudadano tiene que estar siempre atento. Siempre dispuesto a castigar a los políticos. Le va en ello su bienestar. Ese bienestar que muchos españoles ya han perdido. Vota PP-PSOE.

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